Reunión entre iguales
Por Ángel Álvaro Peña
La Cumbre de Líderes de América del Norte, levantó muchas especulaciones en la víspera desde diferentes puntos de la oposición dentro y fuera de México. Una parte de los mexicanos tiene especial interés en que el actual gobierno de México mantenga una tensión permanente con el vecino del norte, a pesar de que cada vez que hay oportunidad algún funcionario federal o el propio Joe Biden reitera que hay excelentes relaciones entre ambos países.
Buscan, hasta por debajo de las piedras y más allá de la imaginación, pretextos para debilitar internacionalmente al actual gobierno, simplemente por el hecho de no seguir los lineamientos de gobiernos anteriores.
Desde que los resultados electorales que favorecieron a Biden se dieron a conocer, en México se creó una especie de nado sincronizado en los medios presionando para que el Presidente Andrés Manuel López Obrador, felicitara al triunfador del vecino país del norte.
Desde ese momento y hasta la fecha las especulaciones sobre las buenas o malas relaciones entre los dos vecinos sin argumentos que tratan de deteriorar no sólo la vecindad sino las buenas relaciones; sin embargo, se prevé que pasará el sexenio y no habrá roce alguno con la Casa Blanca.
Ahora se realizará la Cumbre de Líderes de América del Norte, que incluyen a esos países y Canadá, cuyo primer ministro, Justin Trudeau, visitará México para hablar de temas de interés común como el caso de migrantes, comercio, tráfico de armas, de drogas, aranceles y todo lo que tiene que ver no sólo con el tratado firmado por los tres países sino para darle una nueva cara a dicha reunión, más completa, más humana, más sensible.
Los rumores sobre posibles desacuerdos entre los tres líderes fueron difundidos por los mismos frentes que aseguraban que de no felicitar López Obrador a Biden oportunamente, arrojaría una enemistad irreconciliable.
Todavía hay sectores de la población que ven al vecino del norte con el monarca del mundo, la punta del imperio capitalista, la sede del poder mundial. Lo cual nunca ha sido real si se ve la historia, la geografía y la política con mayor profundidad. Estados Unidos no ha dejado de ser el país más poderoso del mundo, lo cierto es que nunca lo ha sido.
La Cumbre de Líderes de América del Norte, segunda reunión trilateral de este tipo, representa una oportunidad única para fortalecer la competitividad económica continental, aseguró el Consejo Coordinador Empresarial.
Estados Unidos es un vecino que la geografía y el destino colocó próximo a México y la mejor manera de mantener una relación real es una reunión de tres iguales, el mundo de países superiores, de fuertes y débiles quedó en el pasado y forma parte de una historia que no puede volver a repetirse.
El Air Force Oneavión en que viajó el presidente del vecino del norte, tocó tierra en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles a las 19:22 del domingo pasado, es la primera visita oficial de un presidente de Estados Unidos en México desde la que realizó Barack Obama, en 2014. Fue recibido por Andrés Manuel López Obrador, quien lo esperó en el pie de la escalera, para después saludar a Marcelo Ebrard Casaubon, a Esteban Moctezuma y a Ken Salazar. Biden y López Obrador subieron a la limusina llamada La Bestia, en la que emprendieron el viaje por tierra hacia la Ciudad de México.
Jill Biden, primera dama estadounidense viajó por separado de su marido, aterrizó en el AICM horas antes, donde fue recibida por Beatriz Gutiérrez Müller.
El embajador de Estados Unidos, Ken Salazar, afirmó horas antes del encuentro que para Joe Biden “la relación entre los Estados Unidos y México es una de las más importantes en todo el mundo”, dejando atrás rumores y especulaciones. Justin Trudeau, mandatario de Canadá, también llegara al AIFA.
Al término de la reunión bilateral México-EU, el primer ministro Trudeau y su esposa llegarán a Palacio Nacional, donde asistirán se sumará a una cena para los mandatarios.
El martes, el presidente Biden y Trudeau arribarán a Palacio Nacional a las 11:30 horas para la Cumbre trilateral de América del Norte.
El miércoles, se tiene estimado el arribo de Trudeau a Palacio Nacional alrededor de las 13:00 horas, para la reunión bilateral Canadá-México, con el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Esta es la primera reunión entre iguales, sin servilismos ni sumisiones, sin más compromisos que los intereses de tres naciones que comparten también amistad, necesidades y buena voluntad. Donde se muestra la necesidad de un mundo sin países pequeños ni economías grandes.
En México se quisieron enturbiar las relaciones con sólo con los países socios sino con varios países del continente, con la intención de separar, dividir, incluso enfrentar.
Los tres países se reúnen por conformar América del Norte, una delimitación geográfica con sus propios problemas e intereses, necesidades e inquietudes; sin embargo, no faltaron los mal intencionados que afirmaron conceptos absurdos como el hecho de que los representantes de Perú no vendrían porque ven con resentimiento el gobierno de López Obrador, cuando Perú, ni ningún otro país, tiene derecho a la reunión, porque la geografía no los instaló en la región que ahora tiene preocupaciones comunes.
La mala voluntad, la desinformación, el encono intenta confundir a más de un despistado. Desde contrincantes hasta medios hubieran querido que esta reunión no se llevara a cabo, menos aun con la armonía que implica esta dualidad de encuentros; primero bilateral entre México y los dos países, y, además, y con la misma importancia trilateral, donde se consolida una relación que va más allá de lo comercial y entra en el ámbito de la amistad, la solidaridad y el diálogo.
PEGA Y CORRE
Una nueva agresión a la democracia ocurrió en Brasil, donde los interesados en preservar sus privilegios quisieron tomar por asalto los poderes, en un intento fallido de golpe de Estado. Debe haber un castigo ejemplar para que no se repitan dichas intentonas en América Latina ni el resto del mundo. La voluntad popular es sagrada.
Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes