COLUMNISTAS

La sombra del presidente AMLO

 

Por Carlos O. Silva Bandala

Dice un refrán pueblerino: el que a buen árbol se arrima, buena sombra lo cobija.  

En los regímenes presidencialistas del PRI, más de 70 años, el liderazgo del Presidente de la República en la gobernanza del país como en el PRI era fundamental e incuestionablemente necesario contar con su apoyo incondicional para ser precandidato y seguidamente, candidato presidencial. Esa posibilidad no alcanzaba para los gobernadores ni para el Regente de la CdMx (Ahora gobernador). Dicha circunstancia solo fue para los Secretarios de Estado, también llamados “Secretarios del gabinete presidencial”.

Los candidatos presidenciales debían haber completado una preparación en las labores políticas y de administración pública desde las responsabilidades de primer nivel al lado del Presidente, de ahí la frase: para ser Papa se necesita ser Cardenal. Circunstancialmente Ernesto P. Uruchurtu que venía siendo Regente de la CdMx (por 14 años, se le mencionó como posible candidato presidencial. Sin embargo, tanto él como el resto de los gobernadores formaban parte del siguiente nivel por debajo de los “Secretarios del gabinete presidencial”.

Hoy vemos en las precandidaturas de Morena a dos Secretarios de Estado y a una gobernadora: Adán Augusto López, Secretario de Gobernación y Marcelo Ebrard, Secretario de Relaciones Exteriores, además la Gobernadora de la CdMx, Claudia Sheinbaum. El gobierno de la CdMx desde siempre ha tenido un significado sobresaliente en el comando del poder político presidencial. Por demás hay razones para entenderlo. En la CdMx están asentados los tres poderes más importantes del ejercicio y equilibrio político nacional: el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. Para mayor explicación, el Presidente de la República, el Congreso de la Unión (Cámara de Senadores y Cámara de Diputados) y la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Es la Capital de todos los mexicanos.

La gran marcha del 27 de noviembre dejó el mensaje inequívoco de la capacidad de liderazgo del Presidente en la clases medias bajas y pobres de la nación, sin embargo, el Presidente no irá en las boletas electorales del 2024, situación que de entrada crea un sentimiento de frustración en la gente que simpatiza, agradecida de su gobierno. En la simbología de la marcha, los tres precandidatos presidenciales morenistas, solamente quedaron de manera presencial. El Presidente atrajo la atención y la solidaridad de cientos de miles de manifestantes, que antes de empezar a relatar los logros de su gobierno a grito ensordecedor le pedían (miles y miles) 6 años más, 6 años más, 6 años más. Empero el Presidente atajó ese clamor con “No a la reelección, somos juaristas, maderistas”.

Por eso es tan importante la sombra del Presidente, que se vuelve indispensable, fundamental e ineludible para quien resulte candidato presidencial de Morena en el 2024. Ya se ha analizado en otras entregas del dicente, lo relacionado al liderazgo persé. Ninguno de los tres precandidatos posee el carisma y el liderazgo para ganar la elección presidencial sin esa sombra política al comento. Pero no es tan simple abanderar a Morena y considerarse triunfador presidencial, pues, un muy considerable número de millones de mexicanos simpatizan con los partidos de oposición.

En el otro riel de la locomotora presidencial, tan importante y de transcendencia en el ejercicio del poder político gobernante, en la sombra del Presidente, es de considerarse a quienes logren ser los candidatos morenistas para 9 gobernadores a elegirse, senadores y diputados federales. Difícil, que Morena pierda la elección presidencial, pero el punto de reflexión y preocupación estará en lo concerniente a llegar a tener al menos mayoría simple en la composición de las Cámara de Senadores y Diputados. Esa parte es la más complicada, pues si bien han permeado con eficacia los nombres de los tres candidatos presidenciales, a los cuales se les asocia cercanos al Presidente, que ha llamado “hermanos”, en los demás hay un desconocimiento total.

 

 

LOS GOBERNADORES MORENISTAS

Es en esta parte donde puede presentarse un alto riesgo de descomposición interpartidista por la ambición de alcanzar alguna candidatura, y es allí, donde la veintena de gobernadores morenistas, que están del lado del Presidente, que escuchan y atienden las señaladas de ruta a seguir, que en el lenguaje cifrado deben de entender para la unidad, disciplina y mano dura, para controlar el desorden que pudiesen presentarse por esas pasiones ambiciosas, se hace impostergable la participación de los gobernadores, dado que el Presidente se apoya en mucho en ellos para la selección de los candidatos al Congreso de la Unión. Son, en mucho, los gobernadores, los responsables de presentar las listas de posibles candidatos al Presidente de la República, quien es el que da el palomazo, final. Mucho de responsabilidad queda en los gobernadores de la buena, regular o mala campaña electoral de esas candidaturas, donde el Presidente deposita su confianza en la eficacia promocional.

Lo anterior, ya que no se conoce promoción alguna al particular, como lo es con los candidatos presidenciales. Que si bien, hoy los pronósticos dan por ganador a Morena, la presidencial 2024-2030, la numerología de la composición morenista en el Congreso de la Unión es la otra circunstancia de mucho cuidado para avanzar en el proyecto de nación propuesto. Pues, como hemos visto en los pesos y contrapesos del poder político, se vuelve complicado y en ocasiones insuperable llegar a consensos con las otras fuerzas políticas para implementar programas de gobierno.

Los partidos políticos PAN/PRI/PRD están enfocados en la puja de una alianza opositora, en la insistencia centrada a una candidatura presidencial, común. No les interesa por ahora lo que corresponda a las candidaturas al Congreso de la Unión; actitud convenenciera, ya que al haber sido rechazada la reforma política electoral propuesta por el Presidente, las diputaciones y senadurías plurinominales, 200 y 36 respectivamente se mantendrán en la integración total de ambas Cámaras y en esas condiciones, protegieron, de manera tramposa, los espacios de los que se apoderarán para ser candidatos plurinominales, especialmente las elites partidistas, sin riesgo alguno, como lo es una candidatura uninominal, dicho de otra manera de elección de participación ciudadana. A pesar de ello, no se justifica que Morena se duerma en sus laureles y actúe en similares condiciones, pues en los hechos uno de los tres precandidatos presidenciales, será el candidato/a. El punto es, lo que sigue: los precandidatos a diputados y senadores, que vayan, como el caso de los presidenciales, posicionándose en la consideración ciudadana. Es muy simple entender esta urgencia, si observamos como el Presidente de la República con todo y todo de alrededor del 70% de aceptación a su gobierno, en el Congreso de la Unión, iniciativas de trascendencia de su proyecto político, algunas de ellas no prosperaron. Y todo por no contar con esa mayoría de legisladores que validaran sus pretensiones, aún con aliados político-partidistas. Y miren cuanto poder tiene el Presidente.

La sombra del Presidente ha de alcanzar no solamente a los presidenciales y en su caso al futuro candidato/a presidencial. Los hechos hablan por si mismo, por eso, la sombra del Presidente debe alcanzar hasta los candidatos a diputados federales y senadores, a los 9 gobernadores. Circunstancias motivacionales que han de quedar firmes en los más- menos 30 millones de beneficiarios de asistencia social de su gobierno, ese es el meollo.

 


 

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