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Fernando Remes, un vulgar ladrón

 

Por Ángel Álvaro Peña

La trayectoria deportiva de Fernando Remes fue degenerando poco a poco pero de manera evidente, de ser una estrella del béisbol termina convertido en un auténtico ladrón. No sin antes dar muestras de un carácter iracundo de desplantes de misoginia que le obligaron a ofrecer una disculpa pública y de pasar de ser el ídolo nacional a un despreciable ser humano con el que nadie quiere tratar por lo impulsivo de su conducta y lo delictivo de sus actos contra la sociedad que le hizo el favor de elegirlo presidente municipal.

Llegó a Veracruz como mozo de quien fuera su jefe en el béisbol, don Alejo Peralta, quien tenía un rancho en Cazones y ahí se quedó haciendo negocios alrededor de sus relaciones y las amistades que poco a poco le fueron dando la espalda por lo traicionero y desleal de su proceder dentro de los negocios. Ahora, todo mundo sabe que, como por arte de magia, se quedó con un rancho que era propiedad del empresario que fuera dueño del equipo de béisbol de los Tigres.

Desde aquellos años la vocación de Remes no era el deporte sino el delito, y fue cuando inició su negocio de transportes a base de camiones robados, que asociado con el líder de la banda de nombre Vicente Reyes Casados, quien era ampayer de béisbol de la región, logró hacerse de ese negocio de transporte.

El robo de los motores de tractocamiones lo realizaba con la ayuda de uno de los operadores de sus camiones, quien una vez no estuvo conforme con lo que el beisbolista le dio y fue a denunciarlo con el jefe de la Policía Intermunicipal Remigio Ortiz Olivares, quien tomó cartas en el asunto.

El chofer inconforme llevó así al uniformado a un rancho en Tihuatlán donde Remes dirigía la operación de colocación de un motor robado en uno de sus camiones.

Remes Garza intentó huir pero fue alcanzado por el chofer de Remigio, José Luis Moreno, quien lo cacheteó, lo amarró de manos, como puerco. Lo aventó a la batea de una camioneta para llevarlo directamente a la cárcel. Fue llevado a Poza Rica amarrado de pies y manos, trasladado en la batea de un vehículo policiaco ante la mirada de la población y el testimonio de los medios de información.

 

El jefe de la banda, Vicente Reyes Casados, a quien asesinaron en la frontera, desvalijaba los camiones y los vendía por piezas.

Por eso Remes se hizo de dinero. Actividad que sigue realizando bajo el amparo de la presidencia municipal. Así, le apuesta a la desmemoria de la población e intenta aparecer como un hombre honesto, lo cierto es que no ha cambiado de giro porque Transportes Remes ahora cuenta con unidades nuevas, de lujo.

La verdad es que tiene un negro pasado y su trayectoria está llena de delitos.

La manera de trabajar como alcalde ha sido denunciada por los propios empleados del ayuntamiento, porque es prepotente, explotador y acosador de mujeres. Su impunidad se debe a que se dice amigo del Presidente de la República, amistad que empieza a desmoronarse porque seguramente llegaron hasta a los oídos de López Obrador en Palacio Nacional la manera enfermiza con que se conduce el prepotente presidente municipal de una ciudad que no merece este tipo de representantes.

Desde la campaña Remes utilizó gente que lo apoyaba y en esa inercia logró llegar con una buena cantidad de votos a la presidencia municipal, pero una vez que llegó al poder empezó a darle la espalda a la gente que le había ayudado a llegar al cargo.

Muchas madres de desaparecidos se quedaron con la promesa de que contribuyera a buscar a sus familiares, pero Remes nunca se ha condolido del dolor ajeno; al contrario, si puede utilizarlos a su favor lo hace sin ningún miramiento tratando de realzar su imagen como la de un paladín de la democracia.

Su escudo y camino seguro a la impunidad es su supuesta amistad con el presidente de la República, con quien lo une la afición por el béisbol, pero el alcalde de Poza Rica hace muchos años que no piensa en el deporte que le dio la fama, el único deporte que practica es la rapiña. De esto debe estar consciente el Jefe del Ejecutivo.

Remes conoce, como buen mafioso, las diferentes maneras de robar desde el lugar donde se encuentra, así que creó un patronato dizque para construir un estadio de béisbol porque el Heriberto Jara Corona es de Pemex y la Sección 30, y los pozarricenses, según ambiciones de El Pulpo, “merecen tener su propio estadio», se construirá en el predio donde operó la aerolínea “Servicios Aéreos Especiales”, SAESA. Predio del que se apropió ilegalmente.

Creó expectativas fuera de su alcance y sintiéndose todavía parte del “Rey de los deportes” prometió que en el nuevo parque de béisbol jugarían los Diablos Rojos y los Tigres. Finalmente, a más de la mitad de su mediocre gestión, no hay estadio, ni partido, ni jugadores, ni dinero, sólo demagogia, como todo lo que promete, propia de los tiempos que se fueron que personajes como Remes tratan de revivir con el disfraz de la Cuarta Transformación a la que lastiman de manera contundente con sus acciones delictivas, sus discursos vanos y sus acciones transgresoras del orden público.

En su prepotencia amenazó a un conocido periodista por teléfono al que le dijo que, si los comunicadores pertenecen al Cuarto Poder, él es parte del Quinto Poder, que está fuera de la ley.

En Poza Rica no hay quien exprese una palabra a su favor, ni siquiera de compasión, porque ha pasado de ser un personaje admirado a un simple ciudadano despreciable, misógino, ratero, prepotente que sólo vive para hacer daño, a pesar de que prometió hacer el bien a la comunidad en tiempos de campaña. Sus mentiras rebasan la lógica y la salud mental.

 

PEGA Y CORRE

También el incendio de la Central de Abasto de la CDMX, donde fueron afectados más de 350 locatarios, fue intencional. Está detenido uno de los culpables.

 

Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes