El Mario se rompe por lo más Delgado
Por Ángel Álvaro Peña
Para qué quiere enemigos Morena si en su líder nacional tiene el principal problema. Muchas veces se ha insistido en la falta de madurez política de Mario Delgado, quien desde su llegada a encabezar al partido en el poder las críticas se han multiplicado desde dentro y fuera del movimiento.
La falta de tacto, de sensibilidad política, de empatía social se mostró de nuevo en una conferencia de prensa del líder nacional de Morena en la ciudad de Oaxaca, frente al gobernador de la entidad, Salomón Jara, de Morena, y para quien también debieron ser las rechiflas, a los cuatro meses escasos de haber tomado el poder.
La complejidad de Oaxaca, el estado con el mayor número de municipios, con 570, algunos de ellos gobernados por el esquema de usos y costumbres, que muestran la diversidad de tradiciones y conductas.
Es en ese escenario donde la torpeza de Mario Delgado llegó a límites imperdonables, un poco siguiendo la tónica del Presidente de la República, quien también señala, aunque de manera más selectiva, y menos generalizada, a los periodistas.
Se trata de una falta de respeto convocar a la prensa para insultarlos, la vocación política de Mario Delgado se extingue en momentos en que debe ser más lúcida porque dentro de dos meses habrá elecciones en dos entidades para renovar gobernadores.
A los 28 años Mario Delgado ya era secretario de Finanzas del Gobierno de la Ciudad de México, que encabezaba el secretario de Relaciones Exteriores, quien, al parecer no formó adecuadamente a su pupilo, porque el líder nacional de Morena sigue siendo gente de Marcelo Ebrard para los mexicanos, lo cual debió tomar muy en cuenta el líder a la hora de insultar a los comunicadores que exigieron respeto en solidaridad con otros periodistas, mencionado como mercenarios disfrazados de comunicadores.
Existen videos donde el líder de Morena, donde, a pesar de la reacción indignada de los periodistas en Oaxaca, él sigue hablando como si no le importaran las respuestas de repudio de los presentes.
Los periodistas no se quedaron callados y le dijeron: “A lo que viniste, hermano, no a ofender”. Cualquier persona bien nacida sabe que debe dejar hablar a los invitados o a los anfitriones, como quiera que perciba Delgado a los periodistas presentes, pero el ex secretario de educación del Gobierno de la CDMX, mostró su falta de educación.
Este acto no es un error simplemente de Mario Delgado, sino una manera del partido en el poder de mostrarse ante los medios, con quienes debe tener comunicación armónica, porque a final de cuentas también los insultos forman parte de la comunicación, de una comunicación que los opositores han tomado como bandera y única acción política, y que ahora Mario Delgado practica para confirmar que sí todos somos iguales.
Porque la actitud de Mario Delgado no sólo mancha la imagen de Morena, también la de Marcelo Ebrard, por ser u guía política, del Presidente de la República, por convertirse en el guía moral del partido que encabeza el gran denostador, pero de paso se lleva entre las patas al gobernador Salomón Jara, quien fue aceptado por los oaxaqueños a fuerza, a pesar de que en la encuestas estaba arriba Susana Harp Iturribarría, y le fue arrebatada la candidatura de Morena, por las argucias de Mario Delgado, quien impuso a Jara con el pretexto de que en Oaxaca tocaba hombre como candidato y el actual gobernador nunca fue capaz de reparar o reconsiderar esta anomalía que burlaba las encuestas e insultaba la inteligencia de los oaxaqueños.
Esperemos que Mario Delgado permita ganar a su partido y la única forma de hacerlo es renunciando a su cargo.
PEGA Y CORRE
Edmundo Jacobo se dio cuenta de que con los nuevos consejeros electorales no podría hacer las finanzas que acostumbrada ni sería la estrella refulgente que fue y decidió renunciar, el mismo día que su cómplice Lorenzo Córdova y Ciro Murayama se van del INE. En una semana más. Adiós.
Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes