Democracia: corrupción y devastación
Por Francisco Blanco Calderón
Primera Parte
FELICIDADES IMAGEN DEL GOLFO
Un consorcio periodístico de la dimensión de Imagen del Golfo que llega su aniversario número treinta y dos, siendo motivo de satisfacción no solo para los lectores, gobierno y ciudadanos, como los trabajadores y colaboradores de este gran medio de información. Ejemplo de equilibrio que permite posiciones encontradas del pensamiento y formación ideológica de quienes formamos parte de él. Nuestro reconocimiento al maestro y amigo Pepe Robles como a sus hijos Robles Barajas, por abrir este espacio al debate y la reflexión. Enhorabuena Pepe y su familia.
En nombre de la democracia se han cometido grandes destrozos de la humanidad. Democracia sin paralelo tanto en los países desarrollados como en los de en vías de desarrollo. En contra posición la democracia es un término referido para designar a una de las formas de gobierno en que puede ejercerse el poder político del y para el pueblo.
“Vivir en una democracia supone pensar que cada uno de los miembros de una comunidad con derecho a serlo, es decir, sus ciudadanos y ciudadanas son quienes toman las decisiones, quienes ejercen el poder y quienes se benefician del resultado de esas decisiones. También significa que se reconoce la dignidad del ser humano, los derechos de las personas, se promueve el tomar decisiones respetando las diferencias, la pluralidad y la diversidad, impulsando el respeto a la ley y a las libertades de cada uno. De ese modo, la democracia es, al mismo tiempo, un ideal, un régimen político y un conjunto de valores, actitudes y creencias”. (Faro Democrático. UNAM).
Los grandes imperios, capitalista e imperialista han fundamentado sus acciones de saqueo, destrucción y muerte, realizando golpes de estado, invasiones, imposiciones políticas con el fin de someter a naciones libres y soberanas, en función de la necesidad de imponer reglas democráticas de su versión de crecimiento. Así lo hicieron los grandes imperios europeos de los siglos entre los siglos XV y XVIII en Asia, África y América Latina, finalmente la parte norte del continente.
Los movimientos independistas se llevaron a cabo en Estados Unidos pese a la destrucción de las grandes tribus indígenas y hacia el sur aniquilando imperios y culturas como la Azteca, Maya e Inca, imponiendo valores religiosos para someter conciencias y domesticarlas al trabajo manual en sus tierras expropiadas.
Según Alain Touraine de la Unesco: “Hoy día en muchos lugares del mundo se ha planteado abiertamente un conflicto entre una modernización económica, que trastorna la organización social, y el apego a ciertas creencias. No puede haber democracia, sin modernización e identidad se consideran hasta tal punto antagónicas. La democracia no descansa solamente en un equilibrio o un compromiso entre las fuerzas que están en juego, sino en su integración total. Aquellos para quienes el progreso significa hacer tabla rasa del pasado y de las tradiciones son tan adversarios de la democracia como los que ven en la modernización una obra divina. Una sociedad sólo puede ser democrática si reconoce a la vez su unidad y sus conflictos internos”.
GOLPES DE ESTADOS EN LA
En nuestro caso, Latinoamérica, ha sufrido infinidad de golpes de Estado, invasiones militares, derribando gobiernos constitucionalmente elegidos, saqueando todos sus recursos naturales y energéticos, desde antes de las décadas de los cincuenta hasta nuestros días. Ejemplo que rebasan la lógica como Guatemala, Cuba, Nicaragua, México, Argentina, Perú, Bolivia, Chile, Ecuador, Brasil y Colombia. Ya en este siglo XXI América Latina inicia su reconstrucción con gobiernos progresistas en los que destacan Argentina, Ecuador, Venezuela, Perú, Chile, Brasil y Bolivia inspirados en el proceso revolucionario de Cuba.
Hugo Chávez, Néstor Kirchner, Evo Morales, Rafael Correa, Luiz Ignacio Lula da Silva que emularon el trabajo de Jacobo Árbenz, Salvador Allende, Martin Torrijos y Jaime Roldos, asesinados en golpes de Estado, lo que ha permitido la incorporación de nuevas generaciones de dirigentes nacionales por la vía democrática: en México, con Andrés Manuel López Obrador, en Venezuela con Nicolas Maduro, en Chile con Gabriel Boric, en Bolivia con Luis Arce, en Argentina con Alberto Fernández, en Perú con Pedro Castillo y en Colombia con Gustavo Petro. Y este domingo en Brasil con Lula da Silva, si los pronósticos de encuestas internacionales le dan el gane en la segunda vuelta.
Momento crucial para el futuro inmediato en un mundo ha dejado de ser Unipolar, con la conducción absoluta de Estados Unidos, convirtiéndose en multipolar con la participación de China, Rusia, Corea del Norte, India, Irán y Europa occidental.
BIDEN DE CAÍDA
El deterioro de Biden en las encuestas, menos del 30 por ciento lo acredita, una nación otrora poderosa hoy convertida en un país con grandes desigualdades raciales y una economía en picada. Estados Unidos apuesta hoy a la guerra Ucrania-Rusia para tratar de mantener el control mundial perdido, poniendo en peligro la estabilidad mundial.
La democracia actual ceñida a golpes suaves, a la manipulación mediática, al control de los grandes medios de comunicación convencionales y asociados a los grandes capitales de intereses trasnacionales. Democracia que se refugia en una religiosidad ramplona tanto en el Dios en el dólar, como las posiciones de ultraderecha en España e Italia y que se ve reflejada, en el caso de México, por el Yunque y el partido mustio y de doble moral el PAN.
El futuro inmediato de América Latina se concentra en la integración económica, cultural, científica y tecnológica de las naciones que la conforman. Asumir el modelo europeo es el reto de presente para el futuro inmediato. Integración propuesta recientemente por López Obrador y que se ve con grandes posibilidades en la nueva construcción progresista y nacionalista de Latinoamérica.
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