COLUMNISTAS

¿Asalto al INE?

 

Por Ricardo Homs

La lucha por el control del INE, -recientemente librada a través del Plan B-, se caracterizó por el argumento enarbolado por el presidente, -y la bancada de Morena en el Congreso-, del combate a la corrupción, a los privilegios y la opacidad.

De este modo se enarboló durante la sustitución de los cuatro consejeros del INE que cumplieron su ciclo, -incluido su presidente Lorenzo Córdova-, una moralización de esta institución.

Sin embargo, -ante las altísimas calificaciones obtenidas por los candidatos a estas cuatro vacantes, que pertenecían a la elite de Morena-, surgió la sospecha de que hubiese habido una operación encubierta para proporcionar a estos, -previamente a la aplicación de los exámenes de conocimiento-, el cuestionario que serviría de base para cubrir con este requisito.

De este modo se integraron las quintetas de las cuales saldrían los punteros para ocupar cada una de estas vacantes, poniéndose especial énfasis en la que se definiría la presidencia del INE, -conformada únicamente por mujeres-, bajo el argumento de la equidad de género.

La primera voz de alerta de la filiación morenista de estas candidatas a encabezar el INE, fue la cercanía de  Bertha María Alcalde Luján, -una de ellas-,  con la secretaria del trabajo y previsión social, Luisa María Alcalde Luján, -hermana-, y con Bertha Elena Luján Uranga, -su madre-, quien durante la gestión de la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, de Andrés Manuel López Obrador, fue contralora y en 2015 al 2017 presidenta del Consejo Nacional de Morena, así como secretaria  general de su partido del 2012 al 2015.

Si bien la ganadora del proceso para obtener la presidencia del INE, -definida por insaculación o sorteo-, fue la sonorense Guadalupe Taddei Zavala, con amplia experiencia electoral, quien terminó siendo cuestionada por conflictos de intereses, debido a que su familia cercana son funcionarios públicos ubicados en cargos estratégicos dentro del gobierno morenista de Sonora.

Jorge Luis Taddei Bringas es delegado federal, representando a la Secretaría del Bienestar en Sonora. Sus hijos Daniel, Ivanna y Jorge Carlos Taddei Arriola, ocupan cargos relevantes. 

Daniel Taddei Arriola adquirió notoriedad nacional cuando fue nombrado por el presidente López Obrador como director general de la empresa gubernamental Litio Mx, cuando apenas era estudiante de posgrado y estaba finalizando esos estudios.

Taddei Arriola dejó en el camino a candidatos experimentados en la industria minera.

A su vez, los tres hermanos Piñeda Taddei también ocupan cargos relevantes en el gobierno estatal.

Tratando de dimensionar el nivel del compromiso que la nueva presidenta del INE puede tener con su partido Morena, tenemos que reconocer que la mayoría de los presidentes del IFE y del INE han tenido vínculos con el partido en el poder.

El primer consejero presidente, José Woldenberg, era esposo de la doctora Julia Carabias, en ese entonces secretaria del Medio Ambiente dentro del gobierno del presidente Zedillo.

Otro consejero presidente, -Luís Carlos Ugalde-, se casó con Lía Limón, hija de quien había sido secretario de Educación Pública con el presidente Zedillo, pero sin cargo público ya cuando Ugalde fue presidente del IFE.

Es normal que los consejeros tengan alguna vinculación con un partido o el gobierno, pues no llegan de otro planeta. Son producto del entorno político del momento.

El verdadero riesgo viene del perfil personal y carácter del presidente López Obrador.

Es evidente que todos los presidentes imponen su voluntad. Sin embargo, los de antes tenían clase para hacerlo y guardaban las formas. En contraste, el presidente López Obrador acosa a todos los funcionarios que forman parte de los tres niveles de gobierno e incluso, de los otros poderes, bajo el argumento de “están conmigo o contra mí”.

No podemos olvidar el mensaje que envió a la ministra Norma Piña cuando ésta tomó la presidencia de la SCJN. En una mañanera el presidente López Obrador se jactó ante la prensa, -y los medios de comunicación-, que ella le debía el cargo, pues había permitido su nombramiento.

Este fue un insulto para todo el Poder Judicial, -y en particular-, para cada uno de los ministros, que constitucionalmente tienen la atribución de seleccionar a quien presidirá la SCJN y a la Judicatura.

Este mensaje puso en evidencia que él cree tener el poder de veto para impedir la llegada a ese cargo de quien no le simpatice, o incluso, de imponerlo, sin considerar que ese es un poder autónomo e independiente; uno de los tres Poderes de la Unión.

La nueva presidenta del INE, Guadalupe Taddei, seguramente tendrá intentos de sometimiento para que este instituto electoral se alinee a los deseos personales del presidente López Obrador y actúe como un apéndice del gobierno federal.

Los presidentes anteriores fueron respetuosos de la autonomía del IFE, -y si tenían intereses en una elección-, seguramente trataban el asunto con gran delicadeza.

Otro aspecto para considerar es que el argumento que esgrimió el presidente López Obrador en contra de la anterior administración del INE fue el combate a la corrupción, -amenazando a través del secretario de Gobernación-, de destazarlo para armarlo de nuevo.

Sin embargo, él ha estado tolerando los grandes escándalos de su administración como el fraude a Segalmex por 15 mil millones de pesos y ahora, -después del la muerte de 39 migrantes-, las denuncias de corrupción que circulan respecto a la operación del Instituto Nacional de Migración.

Por tanto, la vinculación de la nueva presidenta del INE Guadalupe Taddei con un grupo de familiares incrustados en el gobierno del Estado de Sonora y con el primo, -un poderoso superdelegado federal-, generan suspicacias respecto a su posible autonomía en referencia con el gobierno federal, -y en particular-, con el presidente, quien está tolerando el nepotismo que constituye la familia Taddei en Sonora y en el gobierno federal, contradiciendo su cruzada en contra de la corrupción y las malas prácticas gubernamentales, caracterizadas por él, como privilegios.

¿Será que la presidenta Taddei tendrá el valor de contradecir las instrucciones que le envíe de forma directa el presidente López Obrador? El tiempo dará testimonio.

 

¿A usted qué le parece?

 


 

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