INTERNACIONAL

Sufre el mundo olas de frío y calor extremos

Gran parte de Estados Unidos tiembla a causa de un frío brutal. En Dakota del Norte la sensación térmica alcanzó menos 56 grados Celsius, mientras la mayor parte del resto del mundo siente un clima inusualmente cálido.

En un mapa de las temperaturas mundiales de los últimos días, grandes porciones del mundo –el Ártico, Asia, partes de África, Medio Oriente y Sudamérica– aparecen en rojo oscuro, lo que significa alrededor de 7 grados Celsius por encima de la media de finales del siglo XX.

Pero Estados Unidos destaca con una mancha púrpura azulado por el frío; la sensación térmica en algunas zonas alcanzó 56 grados Celsius bajo cero, mientras en Miami fue de 33. Por extraña que parezca, esa contradicción encaja perfectamente en las explicaciones de lo que el cambio climático está provocando en la Tierra, de acuerdo con los científicos.

Los casos en los que el clima fue más cálido de lo habitual se registraron tanto en el hemisferio sur, donde es verano, como en el hemisferio norte, que está en invierno. Por ejemplo, Omán (norte) tuvo la noche de enero más cálida de su historia con 26.4 grados Celsius, y Argentina (sur) igual, con 27.3.

Si parece que el mundo se ha vuelto del revés, en cierto modo es así. Porque todo esto se debe a lo que está ocurriendo en el Ártico, que solía calentarse dos veces más rápido que el resto del planeta y ahora lo hace de tres a cuatro veces más rápido.

Cuando el Ártico se calienta más de la cuenta (como ahora), es más probable que el frío intenso invada lugares que no están preparados para afrontarlo, como Texas, explica Jennifer Francis, climatóloga del Centro de Investigación Woodwell y pionera en la teoría de la amplificación del Ártico, que vincula los brotes de frío con el cambio climático.

Este fenómeno es uno de los síntomas más claros del cambio climático provocado por el ser humano, que hace más probables los inviernos extremos, incluso cuando el planeta se calienta en general.

La forma en que el frío nos está invadiendo es a través de una frase meteorológica cada vez más familiar para los estadunidenses: el vórtice polar, término meteorológico que se remonta a 1853, pero que sólo se ha utilizado con frecuencia durante la última década.

Esto podría deberse a que las olas de frío se están dando con más frecuencia, dice el experto en meteorología invernal Judah Cohen, de Atmospheric Environmental Research, empresa comercial ubicada a las afueras de Boston.

Según Cohen, el vórtice polar es un fenómeno fuerte y helado que suele permanecer en la parte más septentrional del planeta, atrapado por fuertes vientos a su alrededor.

Es como si una patinadora sobre hielo girara rápidamente con los brazos recogidos. Pero cuando el vórtice polar se debilita, los brazos empiezan a extenderse, la patinadora resbala y todo el aire frío se desprende del centro del vórtice polar, señaló Cohen.

El actual brote de frío es coherente con el cambio ártico y el vórtice polar, detalló Cohen. Lo que hemos descubierto es que cuando el vórtice polar se estira como una goma elástica, es mucho más probable que se produzcan condiciones meteorológicas invernales extremas en Estados Unidos.

El experto y otros colegas han realizado estudios que demuestran que los episodios de vórtice polar se han hecho más frecuentes en las últimas décadas.

La idea es que la corriente en chorro –la circulación de aire superior que altera el clima– es más ondulada con el calentamiento global amplificado, opinó el climatólogo Steve Vavrus, de la Universidad de Wisconsin, campus Madison. Y esos cambios ondulatorios en el aire superior sacan al vórtice polar de su lugar y lo dirigen hacia Estados Unidos, explicó Cohen.

Es una teoría que aún es debatida por los especialistas, pero es aceptada cada vez más.