COLUMNISTAS

Sindicato o “sindicuento”

 

Por Herlindo Robles

El abandono de los trabajadores burocráticos, por parte de sus dirigencias sindicales, remarcan el mote impuesto de “sindicuento”, esto sucede en amplios sectores sean del ámbito federal o estatal.

El reclamo a violación de derechos de burócratas en la alcaldía Cuauhtémoc a llegado hasta la solicitud de intervención de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum y al Contralor, los trabajadores de esa alcaldía a pesar de estar sindicalizados tienen que acudir por propio derecho en calidad de “base trabajadora” a interponer denuncias administrativas en contra de directores de área, pues ni el mismo organismo de control interno les da tramite a sus quejas contra actos de nepotismo, discriminación y malos tratos de que son víctimas, así la promoción de la cultura en esa demarcación.

La pregunta es ¿Qué pueden hacer los trabajadores amenazados en su esfera jurídica y dignidad personal?, ante el todopoderoso desdén de funcionarios designados por la arrogancia de mandos políticos, sin la atención de sus delegados sindicales, tal vez sin conocimiento de los secretarios generales de las secciones sindicales.

 

 

La debilidad de trabajadores de base se advierte cada ves más agreste, en perjuicio de la ciudadanía que es el ultimo eslabón de la cadena del servicio público. Es importante recobrar el ejercicio de la vida sindical en las organizaciones a efecto de que los trabajadores sean respaldados en sus necesidades, no solo en prestaciones, sino en la diaria gestión y respaldo de la salvaguarda de sus derechos humanos, que en casos como el que se toca, repercute negativamente en su esfera jurídica.

El presidente de la República, ha sostenido que se debe democratizar la vida pública, esto atañe a las organizaciones sindicales, sean burocráticas o del apartado “A”, de la Ley Federal del Trabajo. No es dable distanciar la obligación de dialogo a organismos de representación de personas trabajadoras, hoy un sector muy dañado en especial el genero de las mujeres; en efecto mucho se puede lograr en contra de la violencia de genero desde las organizaciones sindicales, protegiendo a las compañeras en sus derechos en prestaciones sociales, que permitan un mejor desempeño en su ámbito, ese ha sido tradicionalmente en México, un compromiso institucional, que se ha venido abandonando desde que apareció el modelo neoliberal, que ha tratado de llevar todos los beneficios a las cúpulas, sean económicas, o de poder político en que se habían enquistado, dejando a la base trabajadora sin alternativas de apoyo social.

Los comedores, guarderías, o tiendas de productos fueron desaparecidas silenciosamente, hasta llegar al desamparo social de las bases trabajadoras burocráticas.

El escalafón burlado por procesos a “modo” de los que se benefician con promociones escalafonarias, fue otro duro golpe a la base trabajadora, ahora impedida en su derecho a la superación personal. 

El nepotismo ha sido un agravio a la dignidad de personal comprometido y responsable, que se le disminuyen oportunidades, con efecto de permanencia de personal sin capacidades y despótico trato a la ciudadanía en el caso del sistema burocrático, que no es exclusivo, pues en el sector privado también se “cuecen habas”.

Solo echar un vistazo a las terribles direcciones de “RH”, donde desde la misma denominación la persona se considera un recurso “renovable o desechable”. Mucho es el trabajo interno que ameritan las organizaciones sindicales y solo los miembros de las mismas pueden iniciar el cambio favorable.

 


 

Twitter: @zorvha