COLUMNISTAS

Si Xóchitl fuera de Morena

 

Por José García Sánchez

Si una legisladora de Morena, del PT o del Partido Verde pidiera hablar con el Presidente en la Conferencia Matutina, más de un opositor argumentaría que se coarta la libertad de expresión, porque es un espacio dedicado a los periodistas.

De inmediato la artillería del senado se iniciaría el coro de gritos, estridencias e insultos y se interpondría una demanda por coartar la libertad de expresión y argumentaría que se le resta espacios a la prensa. La cúpula de los partidos de oposición viajaría a la OEA a denunciar que una legisladora del partido en el poder tiene la osadía de pedir audiencia al Presidente en un tiempo dedicado única y exclusivamente a los periodistas, lo cual implica el principio de una dictadura y anuncia el cierre de medios de comunicación, así como la explicación de la muerte de los comunicadores.

La legisladora sería vilipendiada, se le buscaría si tiene cédula profesional y si nació donde dice que nació y si se ha divorciado o tiene hijos fuera del matrimonio. Una vez realizada esta tarea por Latinus y sus secuaces, se le consignaría como inquisidora por censurar el tiempo de los periodistas que cuentan con tan pocas oportunidades de expresar sus ideas, de manifestar sus críticas, de retar a la autoridad, de regañar al Presidente y de exhibirse como opositores.

Las redes sociales hubieran sido abarrotadas de bots con una gran variedad de adjetivos y señalando a la legisladora como una amenaza para la libertad de los periodistas, incluso cómplice de lo asesinato de periodistas.

Una diputada, más cercanas a la Inquisición que la democracia le entregarían una carta personalmente al Papa para que excomulgara a la legisladora que tanto daño hace a la libertad de expresión del país.

 

Desde otro flanco pedirían la conclusión de las mañaneras porque ningún legislador, de ningún partido político, tiene derecho a arrebatarle a los periodistas mexicanos los espacios para expresar sus sentimientos y resentimientos.

No faltaría la opositora que argumentara que el sacrosanto ejercicio del periodismo se está judicializando porque es a través de una orden judicial que el Presidente accede a tender a una senadora.

Si Xóchitl Gálvez fuera de Morena ya estarían las panistas diciendo que sólo quiere promoverse para ocupar cargos de elección popular y que ellas encabezan las encuestas al cualquier puesto de elección popular al que ella quiera llegar.

Ahora que es Xóchitl quien quiere replicar algo al presidente dela república los simpatizantes de Morena están expectantes, no sin un dejo de morbo, y los opositores quieren ver sangre ante la sed de venganza que les caracteriza. Acostumbrados al Coliseo Romano, que no han podido superar, quieren que hasta mentadas haya en ese encuentro que levanta la moral de la oposición y convoca a los morenistas a un circo y no precisamente romano.

Pero por fortuna Xóchitl está lejos de cualquier puesto serio de decisiones y sólo mostrará un blusón nuevo, una carpeta repleta de documentos y un acento francés de Tula, y un vocabulario de Alvarado.

No pasará de ser una anécdota más de las muchas que forman parte del repertorio del surrealismo involuntario de la risa fácil, de la improvisación que muestran los aprendices de comedia del PAN. Si esto sigue con esas visitas la transmisión de las mañaneras deberá tener risas grabadas.

 


 

Twitter: @Josangasa3