COLUMNISTAS

Recordando a Armando Arcos Suárez (DEP)

 

Por Dra. Zaida Alicia Lladó Castillo

En la madrugada del domingo 18 de septiembre del presente, falleció en la ciudad de León Guanajuato, el excelente cantante, compositor y productor musical veracruzano, Armando Arcos Suárez.   Y el hecho nos causó tristeza por lo que fue él, como excelente persona y amigo, pero también recordándole como fundador y principal figura del grupo musical “Los Joao”.

A muchos de nuestra generación, nos constó como nació y creció el grupo “Los Joao”. Este nace en 1970 en la ciudad de Xalapa, Veracruz, conjugándose en él un conjunto de jóvenes estudiantes de la Universidad Veracruzana, -que sin ser profesionales aun,  ya poseían experiencia musical pues habían pertenecido a otros grupos de la capital del estado-, que en el momento tomaban la decisión de unirse para hacer de la interpretación musical una delicia, ubicándose rápidamente como uno de  los grupos , que en el Estado y principalmente Xalapa,  igual amenizaban las tardeadas del Restaurante “Terraza Jardín”, como las fiestas de 15 años ,los bailes de la Prepa Juárez, de la Escuela Normal Veracruzana, los Carnavales de Xalapa y Veracruz, etc., haciendo que cada momento su presencia se convirtiera en un verdadero agasajo.

Eran los tiempos en que la música brasileña tomaba relevancia con figuras como Elis Regina (“Aguas de Marzo”), Sergio Méndez ( Brasil 66)  y desde el luego el extraordinario intérprete Joao Gilberto  (La Chica de Ipanema, Desafinado, O Pato, Insensatez, entre otras), así como los boleros románticos de compositores como Cesar Portillo (interprete y autor de “Delirio”, “Contigo en la Distancia”, “Realidad y Fantasía”, etc.),  y “La Salsa”, como un género musical que aparecía como resultado de la influencia cubana , en esa década setentera,  en los bares de Nueva York y que llegaba a México a través de los programas radiofónicos y televisivos, lo que llevo a definir el nombre del grupo como : Los Joao, en honor al gran Joao Gilberto.

De esa manera, algunos elementos que habían pertenecido al antiguo “Conjunto Arquitectura” como: Armando Arcos (guitarra), Armando Pérez Marín (teclados) y Sergio Gutiérrez (batería), unen su experiencia a otros excelentes músicos como Filemón “Monchis” Arcos (guitarra), Mayolo Ortiz (epd) (guitarra), Daniel Martínez (trompeta), entre otros, para conformar lo que sería uno de los grupos más populares, no solo de México sino de Latinoamérica, permaneciendo en el gusto de muchas generaciones que hemos disfrutado su música.

 

Pero fue sin duda, Armando Arcos, uno de los más fuertes pilares del grupo pues logró ser factor de unidad y calidad musical, no solo por su profesionalismo y capacidad para vocalizar y tocar el “bajo”, sino también para dirigir y producir música de todo tipo.  Por ello esa hermosa experiencia que inicio en 1970, y que dos años después continuara en la ciudad de México, se prolongó exitosamente por más de 50 años, pues Los Joao se ganaron, poco a poco, el respeto y admiración del público mexicano, latinoamericano y de diversas ciudades importes de Europa.

El disco “Chiquilla” grabado en 1974, le dio gran popularidad y fama nacional e internacional al grupo y a partir de ello, surgieron otros éxitos, como: “María Isabel”, “El Muerto Vivo”, “Quiero Amanecer”, “Quédate”, “Pedro Navaja”, etc. La fama alcanzaba a los jóvenes y su presencia aumentaba en los grandes festivales y programas musicales, haciendo con ello, que ya no se detuviera esa inercia y así se construyera una impresionante carrera llena de éxitos, que les aseguró su lugar en la historia de la música popular mexicana.

Y todo eso se logra solo cuando hay empatía, constancia, profesionalismo y unión en un proyecto. Y sin duda, en mucho se debe ello a Armando Arcos.

Armando, fue un hombre que con valentía enfrentó en 2020 el cáncer. Un ser humano que nunca perdió la fe. Por el contrario, se aferró al amor de la Virgen Guadalupana y se rindió ante ella para pedirle sanación. Como así lo dijera en su momento; “fueron 33 días de estar hospitalizado, rezando y confiando en la mano de Dios, del Señor Jesús, primero que nada y de la intercesión de mi Virgen María de Guadalupe”. Recibí la unción y después de tratamientos me realicé unos estudios observándose meses después que el diagnóstico demostraba que estaba limpio”.

Por ello como agradecimiento de ese milagro, él le compuso una canción y la interpretó ante su imagen, el 11 de diciembre de 2021 en la Basílica. Y derivado de ello, como una forma de difundir este hecho, su servidora hizo referencia de ese acontecimiento en un artículo que le dediqué a la Virgen del Tepeyac, en la celebración de su festejo del 12 de diciembre pasado, en el cual hablaba de la persona de Armando y la forma en que, con tanta devoción, hacía notar el milagro que la Virgen había hecho en su persona. Gesto que él me agradeció el mismo día, a través de un mensaje.

Sin duda la ausencia de Armando, como músico, como amigo e integrante de ese extraordinario grupo musical Los Joao, se resentirá, pero queda el recuerdo de su especial voz, de su simpatía y de su calidad musical como el gran artista que fue. Como dijera su buen amigo Tito Barquín: “Armando “Boruca” Arcos Suarez, nos deja a muchos, un importante legado musical tanto en nuestro estado como en el extranjero. Sera siempre recordado por su gran sencillez, calidad humana y gran impulsor de agrupaciones musicales con sus arreglos y sobre todo por su gran fe a Dios y a la Virgen de Guadalupe, de quien recibió un verdadero milagro”. Y es verdad. Él ya está en la presencia del Creador y de su amada Virgen…la Guadalupana. 

Por eso hoy que nuestro amigo Armando Arcos Suárez, ha dejado este mundo, lamentamos su ausencia, hacemos oración por su descanso y ofrecemos nuestras condolencias a su familia y amigos;  y desde luego, a todos los integrantes del grupo Los Joao, nuestro más sentido pésame, agrupación a la que seguiremos admirando por su calidad y arte musical, pero también, por los recuerdos que evocan sus melodías cada vez que las escuchamos y porque éstas nos han alegrado, despertado emociones y hecho soñar en diferentes etapas de nuestra historia. 

 

Hasta la próxima.

 

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