COLUMNISTAS

Quintana Roo, inseguridad y corrupción

 

Por José Páramo Castro

La candidatura de Mara Lezama en Quintana Roo, empieza a hacer agua y la cúpula de ese partido se preocupa ante el progresivo desgate de la imagen de la ex alcaldesa de Cancún. Además de la exhibición de la enajenación de bienes inmuebles y negocios con empresas fantasma, la balacera en Cancún la noche del viernes 6 de mayo, se convierte en un grave obstáculo para el triunfo de la morenista.

 

Cuando inició su campaña estaba a más de 20 puntos de su contrincante más cercano que era la candidata del PAN y del PRD, Laura Fernández, quien ante el desgaste progresivo de las acusaciones a los partidos políticos que la apoyan debido a su acusación hacia sus militantes de traidores a la patria, dejan el avance de José Luis Pech, ex morenista que caminan cada calle de la entidad por alcanzar el favor del voto de los quintanarroenses.

 

Las acusaciones contra Mara Lezama tienen que ver con diferentes casos de corrupción, uno de os más recientes fue su complicidad con el notario público más importante de la ciudad de Cancún, Luis Cámara Patrón, titular de la Notaría Pública No. 30, quien la ayudó para hacerse de una residencia de lujo en una de las zonas más exclusiva de esa ciudad, ubicada en la calle de Puerto Escondido No. 178, en la zona Puerto Cancún.

 

Sin embargo, para la población lo más importante es la seguridad y en este sentido, la balacera en dos abres de Cancún, dejó un gran impacto en los ciudadanos de la entidad, por el número de muertos y heridos y la reiterada acción delincuencial en los puntos de atracción turística del estado, principalmente Cancún.

 

Dos muertos y siete heridos, además de daños en dos bares de la avenida Kabah, cuyos propietarios habían sido amenazados por el crimen organizado, anteriormente, ante la falta de pago de derecho de piso, fue el saldo de hechos simultáneos sólo atribuible al crimen organizado, que penetró a esa ciudad durante la administración de Mara Lezama.

El conflicto, además de la tragedia que representa para las familias de las víctimas, es una alerta que motivará que el turismo se aleje y la gente no salga en las noches ante el temor de la delincuencia. Es muy difícil mantener el orden en este tipo de lugares, muy codiciados por los vendedores de drogas y todo tipo de delitos; sin embargo, la gestión de Lezama fue muy lamentable, lapso en el cual en más de una ocasión algunos países recomendaban no visitar Cancún por la inseguridad que privaba.

Si se cierra el turismo a Quintana Roo, se le asfixia económicamente y esto podría tener repercusiones importantes en la economía no sólo de la entidad sino de todo el país. Que se haga lo que deba hacerse para erradicar este problema, que debe empezar por impedir que la misma persona que gobernó Cancún ahora gobierne el estado.

Lo ocurrido el viernes en Cancún desmotiva a mucha gente, duda, incluso, en participar en las elecciones, lo cual es un retroceso para las intenciones de la democracia participativa que ha cobrado importancia en la conciencia de los mexicanos.

 

La violencia en Cancún habla de un lugar que a pesar de los cambios no ha tenido transformación, a causa de malos gobiernos de la ciudad.