Las lecciones de Boric
Por Ricardo Homs
La visita del presidente de Chile Gabriel Boric nos deja varias lecciones. La primera de ellas es la congruencia. No obstante, su interés en ser cortés y cordial con su anfitrión, -el presidente López Obrador-, antepuso su congruencia con los principios básicos de la ideología de izquierda con cualquier otra consideración.
Su rechazo a la dictadura de Daniel Ortega la manifestó con claridad en su visita al Congreso, donde exigió la libertad de los presos políticos de Nicaragua. Su visita al Senado fue muy significativa, pues se sintió libre de fijar su propia postura frente a temas regionales, sin tener cerca a su anfitrión. Recordemos que el gobierno de México ha asumido una postura hipócrita frente a los abusos del dictador Ortega en Nicaragua, principalmente durante este sexenio.
La tolerancia del gobierno obradorista frente a los crímenes y el fraude que rodearon a las últimas elecciones presidenciales de Nicaragua, -del 7 de noviembre del 2021-, convierten a este gobierno en cómplice. Simplemente mantenerse en el poder él, -Daniel Ortega-, y su esposa como vicepresidenta, durante 15 años y diez meses consecutivos, define la vocación dictatorial de ese gobierno. Sin embargo, apoyar a Ortega y fustigar el recuerdo de Porfirio Díaz muestran la incongruencia de nuestro gobierno y de nuestro presidente. Tan dictador fue Díaz como hoy lo es Ortega. Entonces… -¿No deberían recibir el mismo trato?
También en la tribuna del Senado señaló el grave problema de la violencia contra las mujeres, el cual ha sido soslayado por este gobierno.
En septiembre de este año ya se había manifestado denunciando “un doble estándar”, (o doble moral), de los gobiernos de izquierda de Latinoamérica cuando se trata de juzgar los abusos de derechos humanos en nuestra región, principalmente en Nicaragua y Venezuela.
La segunda lección es la que nos desmitifica la idea de una izquierda latinoamericana unida. Sin embargo, descubrimos la existencia de una “izquierda ilustrada”, -o educada-, a la que pertenecen Boric y Michel Bachelet, por citar algunos, -así como muchos intelectuales y académicos mexicanos, los cuales originalmente respaldaron el proyecto de la 4T, pero hoy se han deslindado, considerando que se han traicionado los postulados originales, hasta que estos han sido sustituidos por una obsesión enfermiza por retener el poder al precio que fuere.
El mismo Gibran Ramírez, el académico y politólogo morenista que contendió por la presidencia de su partido, reconoce públicamente este cambio de prioridades. De la justicia social cuando los principales funcionarios de este gobierno eran oposición, hasta hoy que gobiernan y su prioridad se transformó en la acumulación de poder y control. Lo curioso es que esta “izquierda bananera” parece que sigue un guión previamente aprendido, pues las coincidencias se repiten, hasta en la palabrería
Por tanto, ha quedado claro que en América subsiste la verdadera izquierda, como la de Boric, comprometida con los ideales de la transformación social, la cual persigue con verdadero compromiso con la justicia social.
Por otra parte, la “izquierda bananera”, de vocación dictatorial como la de Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia y quizá en menor grado Argentina, Perú y Ecuador.
Quizá no lo hemos percibido aún pero esta visita de Gabriel Boric será significativa, pues se le percibe un liderazgo e independencia que seguramente tendrán consecuencias.
Todo parece indicar que habrá un distanciamiento entre ambas corrientes de izquierda, el cual podrá darse desde varias intensidades.
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