COLUMNISTAS

La lucha de clases en Brasil

 

Por Arturo Salcido

Lula, el gran dirigente, incansable luchador social, héroe de mil batallas, ha regresado a la presidencia de Brasil, triunfando sobre mil adversidades, derrotando la infamia y la calumnia, venciendo mil tempestades.

Su discurso de toma de posesión para su tercer período presidencial, con la madurez de quien ha triunfado una y otra vez, y después ha sufrido persecución, injusticia, cárcel y malos tratos para volver a vencer contra toda la miseria política de la oligarquía brasileña apoyada y alentada por el imperialismo norteamericano, ha sido un mensaje claro, preciso, breve; el mensaje de un gran dirigente que tiene muy claro lo que debe decir y sabe perfectamente cómo decirlo.

En primer lugar es el mensaje de alguien que conoce muy bien los monstruos que ha desatado; tiene claros los retos, conoce a los miserables que enfrenta, y sabe además que es el presidente de una gran nación, muy importante en territorio, población, economía, política y con una gran oportunidad histórica.

Lula sabe muy bien lo que logró hacer en los dos periodos presidenciales que él encabezó, más el período de Dilma, y sabe también dolorosamente que después de ellos vino un desgraciado a borrar todo y a entregar el país a los peores intereses capitalistas nacionales y extranjeros.

 

 

El mensaje de Lula tiene capítulos muy claros de una parte el reclamo obligado a los miserables, después el lamento por todo el daño que causaron, y enseguida promete retomar el rumbo y continuar la obra emprendida. 

Lula sabe que no tiene mayoría, ni parlamentaria, ni judicial, ni en los estados, ni entre los capitalistas, sin embargo, hace un llamado a los capitales nacionales y extranjeros. Tampoco tiene mayoría en la composición de  las fuerzas políticas que lo han llevado al poder. No resultará fácil gobernar ni construir.

Lula propone continuar su proyecto, hacia una sociedad menos injusta, menos desigual, con progreso económico y bienestar social. Eso no es socialismo, en el mejor de los casos es un capitalismo más desarrollado: aunque sus detractores lo acusen de llevar al país al comunismo.

Brasil es una potencia económica y tiene todo para construir una sociedad próspera y moderna, pero necesita el permiso norteamericano, o saber avanzar sin su permiso.

En este 2023 la correlación de fuerzas en el mundo se ha movido, la importancia de los BRICS ahora fortalecidos y ampliados puede ser de gran importancia para el Brasil de Lula.

En Brasil se da una tremenda polarización de los grupos sociales, 60 millones de votos contra 58. Tal vez los más pobres, los más manipulados por las organizaciones clericales, se fueron en su mayoría hacia la derecha.  Del lado de Lula, una izquierda muy relativa, masas de trabajadores  acompañados de intelectuales y estudiantes. no en su totalidad, obviamente.

Ha ganado Lula, es preciso decirlo; no hubiera ganado ningún otro candidato, aunque fuera del mismo partido. Ha triunfado el milagro electoral, el líder carismático, el gran dirigente popular. Más preciso, ha ganado Lula, no el partido, no el programa.

Ocho años de Lula en la presidencia y casi seis de Dilma, no fueron suficientes para construir un aparato político que garantizara la continuidad; tal vez por creer que el pueblo seguiría con ellos, por imagen, popularidad, simpatía, pero al parecer los pueblos necesitan algo más para no irse con el primer desgraciado que calumnia a sus verdaderos representantes.

Bolsonaro huyó esperando ser cobijado entre los amigos imaginarios de Biden. No debe ser perdonado, hay que perseguirlo por todos los delitos cometidos desde antes de ser presidente.

Lula tendrá que preguntarse si dejará que todo su esfuerzo y sacrificio sea borrado por el próximo presidente de derecha. ¿La lucha de clases en América Latina es sólo electoral?, ¿Un pasito a la derecha y luego otro a la izquierda?

En Bolivia, en Perú, en Ecuador, en Colombia, en Argentina, la derecha ha demostrado siempre que van mas allá del juego electoral.

 

En todo proceso de lucha de clases actual, es necesario tener muy presentes el papel que juegan tres fuerzas políticas:

– El Ejército

– El Poder Judicial

– Los medios de comunicación.

 

Esos tres aparatos llevan el juego electoral hasta donde les conviene, y si pierden arrebatan. Es obligado actuar en relación con esos poderes. Son tres temas a desarrollar.

 

 

 


 

* Director General de publicaciones del Instituto Politécnico Nacional | 2001-2010

* Autor del proyecto de iniciativa de ley para una Nueva Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos | 2000

* Diputado federal por el partido comunista mexicano | 1979-1982

* Presidente del colegio nacional de economistas | 1989-1992

 

 

Correo: asalcido.b@gmail.com

Twitter: @AsalcidoB

 

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