El Mecanismo se hunde
Por Ángel Álvaro Peña
La constante entre la opinión pública y los comunicadores es que desde su creación el Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, es una simulación.
Su existencia desde 2012, no impide el asesinato de periodistas y no existe ni medidas de prevención, ni capacitación para los comunicadores para evitar ataques, ni investigaciones que sirvan para evitar más muertes ni castigo ejemplar para los pocos culpables encontrado con una lentitud acostumbrada en esas actividades. Si bien la Subsecretaría de Derechos Humanos, Migración y Población de México ha tenido grandes logros como el hecho de investigar el proceso de desaparición de los 43 estudiantes de la Normal Rural Isidro Burgos; sin embargo, se carece de apoyo para tener esos mismos resultados en la protección de periodistas.
Lo que impera ahora es la improvisación, porque a pesar de que nunca ha cumplido con su cometido de proteger, como su nombre lo dice, el Mecanismo se encamina hacia su fracaso más grande, empezado desde su primer responsable, Aarón Mastache Mondragón, quien era el chofer del subsecretario Alejandro Encinas y fue habilitado para defender la integridad de los periodistas en un acto de gran irresponsabilidad, al ser removido a la Subdirección General de Infraestructura Hidroagrícola de la Comisión Nacional del Agua, deja en su lugar al actual responsable, quien entra con bombo y platillo a ocupar un cargo que desconoce porque su labor debe ser de protección y no de defensa de los derechos, una diferencia muy grande porque su anterior responsabilidad radica en atender a víctimas de violaciones a derechos humanos pero no a proteger la vida de nadie.
Enrique Irazoqe Palazuelos es licenciado en Derecho y Ciencias Sociales por la Universidad Autónoma de Nuevo León; especialista en derechos humanos, cuenta con la Maestría de Derechos Humanos y Democracia por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, es decir nada que ver con su responsabilidad actual.
No es lo mismo proteger los derechos humanos una vez que se cometieron porque mientras no haya denuncia de violación no hay ejercicio de la defensa. Nunca se dedicó ni a proteger ni a evitar este tipo de violaciones y el colmo de la improvisación surge cuando por razones de austeridad y de pereza mental, así como de incapacidad e insensibilidad, se contrata al Servicio de Protección Federal al cual puede ingresar cualquier persona entre 18 y 65 años a trabajar, siempre y cuando tenga la secundaria y cumpla con los requisitos de altura física pata llevar a cabo esa responsabilidad.
Anteriormente la Policía Federal cubría este perfil con mayor eficacia, se trataba de integrantes que eran entrenados en escuelas especiales, dentro y fuera del país. Su formación era de tres años, que implicaba un internado y gozaba de gran prestigio internacional. Esa escuela se encontraba en San Luis Potosí donde salieron muy buenos policías; sin embargo, ahora es el tiempo de la concesión para evitar responsabilidades con la apariencia de austeridad.
En las evaluaciones que ha realizado el mecanismo en diferentes ciudades del país, la justificación es la misma: antes estábamos peor, lo que no quiere decir que estemos mejor porque está a punto de romperse el récord de periodistas asesinados, porque hubo 101 muertos en el sexenio de Felipe Calderón; 96 con Enrique Peña Nieto y hoy 63 en lo que va del sexenio, a pesar de que todavía falta más de dos años para que termine.
Los burócratas del mecanismo argumentan que se ha invertido más de mil 200 millones en medidas implementadas por el mecanismo de protección, para mil 300 botones de seguridad, 69 servicios de escolta y 84 refugios de seguridad.
Se carece de una capacitación elemental para los periodistas y defensores de derechos humanos, no hay capacitación de protocolos de protección. Es como si les entregaran un arma a los periodistas que no saben usar, así sucede porque no hay un instructivo que puedan seguir desde el momento que pertenecen a este mecanismo.
El procedimiento que dictamina medidas cautelares es lento y deficiente, no hay disposición para proteger, se trata de verdaderos novatos que otorgar el título de policías como si se tratara de una fábrica de suicidas. El Servicio de Protección Federal paga a sus egresado ña cantidad de 10,372.85 pesos mensuales.
Anteriormente esta dependencia se dedicaba a la custodia de edificios de gobierno, y ahora ante la necesidad de cubrir la protección de personas no saben que, hacer en caso de peligro. La falta de preparación es evidente en los guardias y la carencia de prácticas de tiro y entrenamiento permanente simplemente no existe.
En marzo del presente año se graduaron 530 cadetes, aprobados con la anuencia del comisionado de dicha empresa, Luis Wertman Zaslav, quien en el acto oficial de graduación afirmó que “al representar a esta institución, tienen la responsabilidad permanente de contribuir a que logremos la paz y la tranquilidad que todos nos merecemos en el país. Sus familias, y las familias de millones de mexicanos, cuentan con su dedicación y profesionalismo para vivir en una sociedad mejor”.
México está en el ojo del huracán a nivel internacional al conocerse el peligro que significa la práctica del periodismo en nuestro país. Foros internacionales, fundaciones, asociaciones de todo el mundo se han manifestado para que sea protegida la vida de los comunicadores; sin embargo, nada cambia al interior del país y el Mecanismo pareciera ser una instancia cada vez más ineficiente, pero como la tarea radica en proteger la vida no hacerlo, tanta irresponsabilidad se vuelve complicidad.
De diciembre de 2018 a la fecha se ha incrementado el número de personas que están bajo la protección del Mecanismo según sus informes, en 80 por ciento.
Según Irazoque Palazuelos pasó de 758 personas a 1,508, a principios de 2022, de los cuales son 495 periodistas, desglosado en 155 mujeres y 360 hombre, así como 1023 personas defensoras de derechos humanos, de las cuales 551 son mujeres y 472 son hombres.
Los resultados son nulos sea quien esté al frente de este mecanismo, y puede afirmarse que cada vez está peor y no sólo porque los asesinatos de los periodistas continúan sino porque cada día se regatea más el beneficio, se limitan guardias, se quita armamento, se reducen los presupuestos, se quiere ahorrar gasolina, etc.
Los comunicadores protegidos por este mecanismo deben ampararse para seguir gozando de este derecho que algunos de los funcionarios consideran un favor, una dádiva. Recordemos que de la integridad física de los periodistas también depende el equilibrio del gobierno, la estabilidad del Estado y la buena salud de la democracia.
PEGA Y CORRE
La oposición dijo lo que se sabía que diría del Cuarto Informe de Gobierno del Presidente de la República, donde tampoco hubo nada nuevo. Faltó contenido al informe y creatividad a la crítica.
Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes
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