COLUMNISTAS

Cambio de dirección en el INE

 

Por Laura Cevallos

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos ha sido más tocada que el tubo de un vagón del Metro. La han parchado y remendado para los fines más aviesos, pero como antes no había oposición real sino una comparsa blanquizaul que simulaba estar opuesta al tricolor, todas las reformas que se requirieran para legitimar los abusos que desde el poder se cometían en contra del pueblo, se acordaban por mayoría y se pagaban con cochupos millonarios.

En 2014, ese Pacto por México que tan gustosos firmaron PRI, PAN, PRD y MC, tuvo diferentes efectos, casi todos nocivos, en distintos rubros. En el político electoral, se transformó el IFE en INE y se ampliaron sus funciones de lo federal a la organización de procesos electorales estatales. Se extendieron anticonstitucionalmente los periodos del Consejero saliente, Lorenzo Córdova y su Secretario General, Edmundo Jacobo y también se señaló el método de selección del Comité Técnico Evaluador que procesara a los concursantes que eventualmente serían quienes cubrieran las vacantes que se produjeran dentro del consejo general del propio INE.

Sin embargo, siempre es posible encontrar alguna joya perdida en medio del desorden. En la transformación al INE, se estableció que el método de selección final de los aspirantes tenía que acordarse: a) por mayoría calificada de 2/3 partes de la Cámara de Diputados, b) por insaculación y c) por decisión final del Pleno de la Corte.

Sabedores de que padecemos de los efectos de no contar con una mayoría calificada para la aprobación de reformas y que por lo tanto se impidió, entre otras, la reforma constitucional denominada Plan A, en materia electoral, y que tenemos obligación de seguir jugando con las reglas impuestas antes de este gobierno, los opositodos creyeron que negándose a acordar los perfiles seleccionados en mayoría, podrían acudir directamente con sus compis de la Suprema Corta, como acudieron para tramitar suspensiones ilegales a la vigencia del compendio de reformas en materia electoral, o Plan B; entonces, también les pedirían que ellos decidieran esos perfiles que ya tenían pensados, para que fueran sus operadores en el nuevo Consejo General del INE.

 

 

Creyeron que no habíamos leído las letras pequeñitas y que nuestros legisladores no estaban atentos y por eso podían engañar con la cantaleta de que la insaculación era un proceso anticonstitucional.

Quien juega limpio, si sigue las reglas, no se equivocará. En cambio, el tramposo, acostumbrado arrebatar conquistas, no se da cuenta de que sus propias reglas tienen posibilidad de reconocer el triunfo de un adversario digno.

Si de algo tenemos que estar seguros es que tenemos tribunos que además de capacidad técnica en materia constitucional, tienen ética y probada dignidad; que nos representan.

Hoy en el INE tenemos cambio de dirección y la nueva presidenta desde el día uno, se compromete a revisar cada uno de los procesos de las tareas del instituto para eficientarlos y demostrar que la democracia es valiosa en sí misma.

México empieza a reescribir un rumbo en el que las autoridades emergen del propio pueblo, desligándonos de esas rancias costumbres de los poderes heredados entre las élites.

 


 

Twitter: @cevalloslaura