Pólvora en infiernitos
Por Luis Ramírez Baqueiro
“Hay puñales en las sonrisas de los hombres; cuanto más cercanos son, más sangrientos”
– William Shakespeare –
En Veracruz de la mano de Morena ha proliferado una cierta forma de buscar desviar la realidad de los hechos y eventos que ocurren.
El mecanismo difundir a través de correos electrónicos versiones incriminatorias, difamatorias y con gran alarde de amarillismo para que el lector tenga la sensación de que la fuente está informada de primera mano, pero, sobre todo, los datos resultaron ciertos, cosa que muchas veces no es así.
El creador del concepto es un oscuro personaje que ha transitado entre el mar de tiburones que representan los actores políticos veracruzanos.
Sus primeros pasos los dio de la mano del propio Clan Yunes de Boca del Río, en donde fungió como el encargado de su prensa, pero llegado el momento, las versiones acusan que rompió con ellos por deudas pendientes con el Sistema de Administración Tributaria (SAT) lo que le habría causado una merma importante en sus recursos personales, provocando el enojo y el enconó como el que operó en su contra al paso del tiempo.
Cambiado de camiseta por la que consideró una traición de su parte, Francisco Javier Vicente Rodríguez alías “El Chule” o “El Chuletas” o “Juan Tirado” como firma los pasquines que difunde, comenzó a trabajar para el bando contrario, en su momento encabezado por el hoy reo, Javier Duarte de Ochoa, a través de la intermediación de Gina Domínguez Colío y posteriormente de Alberto Silva Ramos encargándose de toda la serie de campañas negras que en su contra circularon bajo el auspicio del Duartismo.
Nunca comprendieron que el daño propiciado sería inmensamente proporcional al intento de desprestigio y orden que infringieron, pues con el paso de los meses, la relación entre estos sujetos –cuales clásicos malandros- terminó por ventilarse bajo el hecho de intentos y amenazas de extorsión.
Nada positivo resultaría de la extraña relación en la que se involucra a otro extraño personaje de nombre Julio Hernández, quien se hiciera popular entre los políticos por organizarles conferencias de prensa en los cafés del puerto a cambio de una comisión económica, y que con el paso de los años se especializó en el manejo de campañas negras.
La historia del “Chule o Chuletas” vuelve a estar vigente pues, sus servicios siguen siendo contratados por personajes de Morena de baja ralea, quienes apostando a la deshonra y el descrédito impulsan sus operaciones.
Así se sabe que el secretario de Gobierno, E. Patrocinio Cisneros Burgos costea la fórmula mágica preparada por el hijo de inmigrantes españoles avecindados en Veracruz.
Alejado del Puerto, durante el bienio de Miguel Ángel Yunes Linares, el hacedor de la “pólvora para infiernitos” se habría avecindado en el vecino estado de Puebla, a donde huye para poner tierra de por medio y evitar la acción de la justicia que lo busca por los delitos de extorsión.
Desde ahí se dice vendió la versión de que Miguel Ángel Yunes Linares hubiera operado junto a Javier Duarte una campaña para impedir el triunfo de Josefina Vázquez Mota a la presidencia en la franca competencia que tuvo contra Enrique Peña Nieto, a la postre todos conocemos el desenlace.
Desde ese momento marcó su sentencia, evidenciado como desleal y traidor, transita su vida, esperanzado en seguir utilizando a los reporteros y columnistas para refritear sus fuentes y datos y deslizar su toque literario al mero estilo de un consumado escritor, para entonces vender sus falaces cuentos, los que por cierto se hablan que cobra en dólares. Al tiempo.
Al tiempo.
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