COLUMNISTAS

Ser mujer en distintas realidades y entornos

 

Por Zaira Rosas

Hablar de la mujer a lo largo de la historia implica hablar de lucha, pero también de unión, solidaridad y un constante despertar. Si bien gran parte de los roles de la mujer han sido dictados por hombres, la aceptación o la rebeldía proviene del ejemplo que puedan representar otras mujeres. De ahí la importancia de considerar quiénes son las personas líderes del momento, su ideología y las tendencias bajo las cuáles podrían influir en otras.

Con el paso de los años mujeres de la realeza, del ámbito político, la literatura y el mundo artístico, han sido modelos a seguir de muchas generaciones. Algunas incluso pasaron a la historia sin que se reconociera realmente su historia, porque su esfuerzo fue para hacer brillar a sus maridos, otras recibieron justicia tiempo después de su existencia, cuando los análisis sociales de la época posibilitaron entender que la manera en la que se les plasmó en la historia no era la correcta.

Si bien nos ha tomado años de lucha reivindicar los derechos de la humanidad y aún más los de las mujeres, aún hay una carga lingüística muy fuerte que nos relaciona con palabras como loca o histérica. Bajo esos adjetivos se nos ha juzgado tratando de invalidar nuestro enojo ante injusticias o nuestro actuar fuera de las normas establecidas. Así fue el caso de Juana I, a quien apodaron en la historia como “Juana la loca”, quien no pudo acceder a su derecho del trono porque la descalificaron mentalmente por no aceptar las constantes infidelidades de su marido y por el deseo que sus familiares varones tenían de controlar la corona.

La historia también nos ha demostrado que sólo bajo reuniones clandestinas de mujeres valientes comenzó a hacerse valer nuestro derecho al voto, mismo que antes era considerado para apoyar la ideología de los maridos, hasta que poco a poco fue evidente que el pensamiento individual era necesario y esta debía ser una elección libre para cada persona. Esa elección responde a una persuasión constante y a la propaganda que cada propuesta pueda generar, donde en la mayoría de ocasiones se ha asumido que ese rol era mérito solo de los candidatos, jamás pensamos que el verdadero impacto podría estar en manos de sus esposas, quizás de ahí la frase que detrás de todo gran hombre hay una gran mujer, porque anteriormente los espacios nos eran limitados y el brillo de ellos era producto del esfuerzo de ellas.

Afortunadamente en la actualidad hay mujeres que buscan sus propios ideales, que han dejado de lado figuras obsoletas en las que la mujer es sólo un apoyo de su marido y han demostrado que perseguir los propios intereses es una necesidad para una mayor igualdad. Un ejemplo de ficción con inspiración en hechos reales lo podemos encontrar en la serie “The First Lady”, que retrata de manera documental la vida de tres mujeres ejemplares en la historia de Estados Unidos: Eleanor Roosevelt, Betty Ford y Michelle Obama. Ellas estuvieron como primeras damas, pero bajo los periodos de gestión de sus esposos fueron líderes que invitaron a las mujeres a hacer uso de su pensamiento, cultivar su desarrollo personal y ser autónomas, esta serie es un ejemplo de empoderamiento y desarrollo personal para la mujer.

Sin embargo en la pantalla también encontramos otros ejemplos donde la mujer es tratada como un objeto, historias que nos parecen lejanas como “El cuento de la criada”, donde las mujeres son divididas en distintas clases y las llamadas criadas son utilizadas para la gestación de personas poderosas y adineradas, la serie lleva 5 temporadas, fue lanzada en 2017 y nos parecía algo irreal, hasta que comprobamos que a manera de ficción retrata nuestra realidad actual, donde las mujeres pueden ser utilizadas como vientres de alquiler.

Recientemente una de las socialités más famosas se vio retratada en una cama de hospital con su bebé recién nacido que obtuvo gracias a la gestación subrogada, este ejemplo que brindan personas como ella es lo contrario al empoderamiento, pues da continuidad a una práctica que se sostiene por la necesidad económica de otras mujeres. Podríamos debatir durante horas respecto a si esto es un derecho o explotación, pero la realidad es que este tipo de prácticas persiste por la desigualdad en una estructura social y económica.

Los roles de la mujer han cambiado y seguirán desarrollándose según nuestras elecciones y ejemplos cotidianos, de ahí la importancia de conocer más sobre nuestra historia, entender nuestras capacidades y explorar múltiples posibilidades para que nuestra realidad no se acerque más a una ficción de opresión y control.

 

 

Correo: zairosas.22@gmail.com

 

**Las columnas firmadas en este medio son responsabilidad de quienes las firman**