COLUMNISTAS

Aumenta venta de armas en el mundo

-Se otorga un voto de confianza a las autoridades con la entrega de armas de la población

 Por Ángel Álvaro Peña

En Estados Unidos existen cabilderos que negocian con los legisladores con mucho éxito, para apoyar la venta de armas libremente, ya sea al menudeo dentro del territorio del vecino país, o al mayoreo, creando una revuelta, o una revolución armada, un golpe de Estado o una guerra.

A Estados Unidos, país que tiene fama de ser bélico, no le interesa que haya guerras, lo que es importante para su economía es que haya conflictos armados aunque los pierda, el objetivo es vender armas, aunque con ellas mueran millones de personas, sin importar si son mujeres, niños o ancianos.

Desde hace muchos años el vecino país del norte no ha ganado una sola guerra, incluso, asegura que la Segunda Guerra Mundial la ganó su ejército cuando en realidad quienes vencieron a los nazis fueron los soldados rusos. Pero para cambiar la historia están las películas de Hollywood sobre el tema, donde hacen héroes a quienes nunca existieron y se adueñan de victorias ajenas impunemente.

Las estrategias para aumentar el negocio de las armas son muy variadas y tienen que ver, principalmente con el miedo.

No es difícil mencionar que muchos de los conflictos en México, que derivan de la inseguridad repercuten en una manera de impulsar la venta de armas. Ponderar la inseguridad como el problema mayor del país tiene que ver con los intereses de los vendedores de armas.

Así, ante la percepción de inseguridad, en México la compra de armas debería repuntar, gracias a las noticas de los medios que colocan en primer plano las atrocidades de los delincuentes. Si es necesario colocan escenas de otros países para infundir más miedo y hacer de la supuesta inseguridad un negocio.

La oposición en México al insistir en que la inseguridad es el principal problema de México, y reiterar, en todo momento que lejos de disminuir aumenta, ataca desde un mismo frente varios objetivos: el primero es desgastar la imagen del gobierno; el segundo, demostrar al extranjero que se requiere de ayuda de otros países, principalmente de Estados Unidos para fortalecer la lucha contra la violencia y la posibilidad de servir de puente para los cabilderos de ese país para que la gente adquiera en México armas, tal y como lo hacen senadores, principalmente republicanos, en el vecino país.

El Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo informó que los ingresos de los 100 mayores fabricantes de armas aumentaron a 679 mil millones de dólares en 2024, la cifra más alta que se haya registrado en la historia.

No sería nada extraño que los panistas viajen a Estados Unidos a denunciar problemas relacionados con la inseguridad y la violencia. Menos raro aún que tengan vínculos con los cabilderos, especialistas en convencer legisladores para incrementar las ventas de armas.

Los cabilderos han intentado entrar de lleno al mercado mexicano y tuvieron su mayor auge con la operación del presidente panista, Felipe Calderón, Rápido y Furioso, el cual permitió el ingreso de más de 2,000 armas de alto poder a México con el supuesto fin de rastrear a los compradores y destinatarios.

El operador de esta operación fue nada menos que Genaro García Luna, actualmente preso y condenado a cadena perpetua en Estados Unidos, estrategia que sólo sirvió para aumentar el número de muertos. Momento en que los cabilderos consideraron que podrían continuar con su trabajo dentro del Congreso mexicano.

Los panistas son traidores a la patria por vocación, con un profundo amor por el dinero aunque ese dinero asesine, y violente los derechos humanos.

Los cabilderos de fabricantes de armas pagan decenas de millones de dólares cada año para influir en el Senado de Estados Unidos.

México es un país de paz y el hecho de no comprar armas para defender a los suyos y sus bienes es un voto de confianza a las autoridades encargadas de la seguridad. Más aún los mexicanos aumentan el número de armas entregadas a las autoridades, a veces a cambio de despensas, o cualquier bien que requieran.

En cambio, los fabricantes de armas y sus cabilderos en Estados Unidos destinan cientos de millones de dólares al Congreso, especialmente al Senado, para influir en la legislación que mantiene la venta libre de armas. El principal vehículo de financiamiento es la asociación Nacional del Rifle y los comités de acción política vinculados a la industria.

Los senadores más proclives a dicho cabildeo son los republicanos.

Los senadores son clave en comités de seguridad y justicia y han recibido entre 50,000 y 200,000 dólares por campaña en aportaciones directas o indirectas de los fabricantes.

En México, los decomisos de armas han aumentado en los últimos años en nuestro país, alcanzando niveles récord en 2024 y 2025. En el 24 se aseguraron 12,232 armas de fuego en todo el país. Un incremento de 4.9 por ciento respecto a 2023, con un promedio: 33 armas aseguradas por día, incluyó desde armas cortas hasta lanzagranadas, lanzacohetes y explosivos artesanales.

En 2025 se decomisó 26.3 por ciento respecto al mismo periodo de 2024, en cuanto a armas de uso exclusivo del Ejército. En total, las fuerzas de seguridad han confiscado en 2025, 12,000 armas, frente a poco más de 9,700 el año anterior.

Treinta de las 39 empresas estadounidenses en el top 100 registraron aumentos. Sus ingresos combinados aumentaron un 3.8 por ciento a 334,000 millones de dólares.

México es un país de paz, y ciudadanos pacíficos, por mucho que la oposición quiera convertirlos en una población dividida entre víctimas y victimarios.