Veracruz el peor lugar para ejercer el periodismo
Por Luis Ramírez Baqueiro
“Desde los tiempos de Adán, los necios están en mayoría”
– Casimir Delavigne –
No es el territorio de una conflagración bélica abierta, aquí no suenan las alarmas por los bombardeos aéreos, las calles se pueden transitar digámoslo de manera regular, las barricadas no son pan nuestro de cada día, el horizonte por lo regular es azul, no se ven las fumarolas que dejan los ataques funestos de la artillería enemiga y a pesar de ello, las y los periodistas mueren por racimos.
Veracruz ese pedacito de patria que sabe vivir y cantar, como lo acuñara el propio maestro Agustín Lara, es considerada ya, el peor de los escenarios para el ejercicio periodístico del mundo.
Aquí morirse en el ejercicio de esta bendita profesión es más probable, que sacarse el “Melate” o la misma “Lotería Nacional”.
Este lunes, la entidad vuelve a ser nota nacional, tras el asesinato artero de dos periodistas en Cosoleacaque, Veracruz.
Tierra de nadie, tierra donde la violencia impera, tierra donde el pasado 15 de febrero de 2021, fueron asesinadas su ex alcaldesa Gladys Merlín Castro y su hija, al interior de su misma residencia, decapitadas, así de crudo y brutal es la entidad.
Ahora les tocó a dos jóvenes mujeres que, como todas las jornadas, salían a la calle, a ejercer su profesión, a buscar la nota.
De acuerdo con el informe de la Fiscalía General del Estado (FGE), se trata de las comunicadoras Yessenia Mollinedo Falconi y Sheila Johana García Olivera, quienes fueron ultimadas por sujetos desconocidos en la calle Benito Juárez, de la colonia Cerro Azul de Cosoleacaque.
Mollinedo Falconi, era la directora del portal El Veraz, y Sheila Johana era su reportera, natural que el binomio anduviera en las calles buscando la nota.
Como siempre, los compañeros de la zona se encuentran sumamente consternados, este reportero ha conversados con algunos, y su congoja, pena y frustración se ve multiplicada, cuando minutos después del incidente, algunos otros “compañeros” salpicara de datos más en afán descalificativo a las reporteras asesinadas, que en un intento por esperar se devele la verdad.
Con la muerte de las dos comunicadoras, suman 11 los asesinatos contra periodistas mexicanos en lo que va del 2022.
Mientras el discurso rancio y hueco resuena nuevamente. El Gobernador Cuitláhuac García Jiménez expresó en sus redes sociales su compromiso por esclarecer los hechos y agradeció el apoyo de la Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana.
En Twitter afirmó: «Que le quede claro a quién no quisiera entenderlo, en Veracruz ya no hay ni complicidades ni se tolerará estas agresiones cualquiera», escribió el Ejecutivo Estatal.
«Daremos con los perpetradores de este crimen, habrá justicia y no habrá impunidad como lo hemos dicho y hecho en otros casos. El @Gobierno ya no es omiso ni cómplice, vamos tras ellos. Agradezco el apoyo inmediato de la Sria. de Seguridad federal, @rosaicela_».
Por su parte, la fiscal general del Estado, Verónica Hernández Giadáns, aseguró que no habrá impunidad; se agotarán todas las líneas de investigación, incluida su actividad periodística.
Según cifras de la organización Artículo 19, desde diciembre de 2018 se han contabilizado mil 945 agresiones contra la prensa en el país, incluyendo 33 asesinatos, nueve en lo que va de este año, y dos desapariciones, un 85 por ciento más que en el primer trienio del presidente Enrique Peña Nieto.
Qué bueno que con la llegada de la 4T todo iba a ser muy diferente, y claro que lo ha sido, hoy Veracruz es la entidad más peligrosa del mundo para ejercer el periodismo, y eso créame ya es mucha nota.
La pregunta que seguirá sin responderse es ¿hasta cuándo? Señores.
Al tiempo.
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