ECONOMÍA

Una app fintech abre a tortillerías las puertas que los bancos cerraron

Los productores de tortilla de México forjaron su negocio aun cuando los bancos les cerraban las puertas, pero la tecnología les abrió otras para incursionar por primera vez en el mundo financiero, una tendencia que crece en América Latina.

Reacios además a las formalidades empresariales, los tortilleros, presentes en cada barrio mexicano, desarrollaron una aplicación móvil que les permite cobrar sus productos con tarjetas, códigos QR o con el número de celular.

Con esta tecnología, también ofrecen a sus clientes un medio para hacer recargas telefónicas o pagar servicios públicos, a cambio de comisiones que les permitirían generar ingresos extra de 300 a mil 900 dólares mensuales, estima el Consejo Nacional de la Tortilla (CNT), que concibió la app junto con la fintech Finsus.

Para muchos usuarios es su primer vínculo con los circuitos financieros

La herramienta supone para muchos su primer vínculo con los circuitos financieros en este país donde solo 49 por ciento de sus 129 millones de habitantes tiene cuenta bancaria e impera una gran informalidad laboral.

Aunque está en fase de prueba, la aplicación ya agiliza la labor de Abel García, próspero productor de 60 años y con 25 en el negocio.

Dueño de varias tortillerías, recuerda las dificultades que tuvo para emprender al no conseguir un préstamo bancario.

“Anteriormente era difícil que dieran crédito. ¡Mucho muy difícil!”, recuerda García en el populoso distrito capitalino de Iztapalapa, donde tiene sus establecimientos bajo la marca Soy de México.

Su éxito le dio finalmente acceso a los bancos, pero con limitaciones que terminaron por cansarlo. “Por eso rompimos la chequera”, dice, refiriéndose a su distanciamiento del sistema bancario.

Abriendo paso entre un sector que suele usar sólo pagos en efectivo

Ingrediente base de los tacos, la tortilla es consumida prácticamente por toda la población, y su producción involucra de 110 mil a 135 mil negocios, de acuerdo con cifras oficiales y del gremio. Un kilo cuesta 20 pesos (un dólar).

Pero la mayoría de negocios está en la informalidad.

En Ciudad de México, por ejemplo, hay unas 18 mil tortillerías, y según el gobierno local solo 10.4 por ciento de esos comercios están registrados.

Por ello es habitual que productores y clientes, sin acceso al sistema financiero, prefieran el efectivo.

La más reciente encuesta (2021) de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), el regulador del sector bancario, indica que 64 por ciento de los mexicanos prefiere el metálico antes que el dinero plástico, mientras que solo la mitad de quienes tienen cuenta utiliza aplicaciones de pago.

María Adelaida Francisco, empleada de la tortillería Abogados en la alcaldía Tláhuac, nunca había tenido cuenta o app financiera hasta que Jorge Ramírez, su jefe, le sugirió usar la aplicación del CNT.

Por ahí “pago la luz, le hago transferencia a mi patrón”, cuenta la mujer de 40 años.

Algunos productores también rehuyen a los bancos, temerosos de trámites o deudas. “Tienen un poquito de miedo al tema de (la secretaría de) Hacienda o lo desconocen”, explica Ramírez, abogado de 35 años, quien sí contribuye al fisco. Varios de sus ocho empleados ya utilizan la aplicación para cobrar el sueldo.

Un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la compañía Finnovista, difundido en junio pasado, señala que México es el segundo país de la región con el mayor número de emprendimientos fintech, con 20 por ciento del total, por detrás de Brasil (24 por ciento).

De hecho el sector, integrado por compañías que usan la tecnología para los servicios financieros, creció 340 por ciento entre 2017 y 2023 en América Latina y el Caribe y supera las 3 mil empresas emergentes, indica el reporte.

“Vuelta a la tortilla”

Pese a los avances, Homero López García, presidente del CNT, señala que la inserción financiera del gremio tortillero todavía es “nula”.

“La banca no cree en la industria. Cuando busco proponerle esta situación (la aplicación), el 90 por ciento me mandó al diablo”, comenta.

Pero la app puede cambiar esa historia.

“Le estamos dando la vuelta a la tortilla. Ellos (los agremiados) dicen ‘me gusta, lo entiendo’ y estamos entrando. Es revolucionar la industria”, agrega López, quien espera que la herramienta sea adoptada por 40 por ciento de los negocios en un año y alcance al 90 por ciento en tres.