Trabajadores de empresas de IA alertan de opacidad ante falta de reglamento internacional
Un grupo de empleados y extrabajadores de empresas de inteligencia artificial (IA), como OpenAI, Google DeepMind y Anthropic, denunciaron este martes la opacidad de las compañías sobre los posibles riesgos de la vanguardista tecnología al aprovecharse de la falta de un reglamento internacional.
«Las empresas de IA poseen sustancial información no pública sobre las capacidades y limitaciones de sus sistemas, la idoneidad de sus medidas de protección y los niveles de riesgo de diferentes tipos de daños. Sin embargo, actualmente solo tienen vagas obligaciones de compartir parte de esta información con los Gobiernos, y ninguna con la sociedad civil», anota el documento.
Los expertos, algunos de los cuales firmaron desde el anonimato, dicen tener «la esperanza de que estos riesgos puedan mitigarse adecuadamente con la orientación suficiente de la comunidad científica, los legisladores y el público».
Actualmente solo tienen vagas obligaciones de compartir parte de esta información con los Gobiernos, y ninguna con la sociedad civil
Piden protección para los denunciantes
La falta de regularización y los estrictos contratos de confidencialidad entre las empresas y sus empleados complican posibles denuncias a estas compañías de vanguardia, según indican en el documento.
En tanto, los expertos piden que las empresas se «comprometan» a no llegar a acuerdos que prohíban «la crítica a la compañía por preocupaciones relacionadas con el riesgo»; igualmente, piden que se establezca un procedimiento de carácter anónimo en que empleados y extrabajadores pueda plantear «inquietudes relacionadas con riesgos al directorio de las empresa, a los reguladores y a una organización independiente apropiada con experiencia relevante».
Han habido tímidos intentos de regulación
Por el momento, no existen regulaciones internacionales de la Inteligencia Artificial.
El Parlamento Europeo ratificó en marzo la ley de IA de la Unión Europea, la primera del mundo que regula esta tecnología en el mundo, aunque
La ONU, por su parte, ha insistido ante los Estados miembros que es urgente consensuar una regulación y ha llegado a crear un ‘consejo de sabios’ con este fin, que hasta el momento no se ha traducido en ningún resultado concreto.