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Por Herlindo Robles
Ningún periodo electoral había sido tan esperado en el Estado de México, las expectativas de las dos torres empoderadas, Morena y la alianza opositora, se dieron con todo y con pasión. Dos mujeres con proyectos políticos antagónicos. La población económicamente vulnerable, advierte una luz esperanzadora, para salir de la infame pobreza en que están sumidos desde anteriores generaciones.
Casi un siglo de cacicazgo, explotación e injusticias, de las familias cuasi feudales, o imperiales, como la de Alfredo III, famoso en Andorra, o recientemente en Reino Unido, derivado de la investigación publicada en aquella latitud, por la periodista mexiquense Teresa Montaño.
La alianza opositora, se enfocó en la operación de una campaña política sostenida en las tradicionales “Cara limpia y uñas largas”; como siempre han sido las campañas del tricolor. Cada sexenio el electorado se topa con pared, ante el incumplimiento de promesas de campaña y el saqueo de las arcas públicas. Aunque ya eso no es suficiente, pues las reglas del neoliberalismo, marcan el paso de nefastos funcionarios estatales.
El único cambio que ha habido es que la corrupción ahora se concentra en una selecta estirpe. Esto no pasa inadvertido al electorado, pues la sociedad percibe el escandaloso desvío de la riqueza a favor de las ya tradicionales familias aristocráticas, dueñas no solo de haciendas, sino de un mayoritario porcentaje de empresas de transporte de pasajeros, administradoras de carreteras de peaje, y de los terribles depósitos de vehículos, negocios agropecuarios, gasolineras, franquicias de todo tipo, en fin, son dueños de todo lo que vuela, camina o repta en el Estado de México.
Ante la vista de una población cada vez más crítica, con sentido social, y sobre todo valor cívico. Por cierto, la frase de campaña de la candidata de la derecha, en verdad se revierte, pues la valentía que invoca, solo servirá para romper cadenas de sometimiento a la dictadura y monopolio económico de un puñado de familias. Solo los timoratos “alcanza migajas”, aduladores de las pudientes familias, se inclinan a recibir las migas que caen de la mesa de sus explotadores.
Si viviera Isidro Fabela, moriría de la vergüenza causada por la semilla que engendró en la tierra mexicana, baste recordar su mensaje el 1 de mayo de 1913, en calidad de orador de la Casa del Obrero Mundial: “Ellos, los trabajadores, son los que concurren con sus manos incansables a la eterna algarada del mundo; ellos son los productores pacientes y constantes de la riqueza, ellos son los que agotando su juventud viven laborando la felicidad ajena.
Ellos construyen palacios que adornan los bulevares para ostentación de los ricos, ellos fabrican los carruajes que se deslizan por las brillantes avenidas, donde los burgueses se abandonan al amor y placidez, víctimas de su aburrida pereza, ellos son los que llevan el confort a los salones, la elegancia a los atavíos, la suntuosidad a los banquetes, el esplendor a los teatros y el lujo a las mansiones regias. Ellos son lo que tienen que acatar en el taller, tantas veces en silencio el vocablo altisonante de los patrones que tienen bajo su férula el estómago de los obreros…”
Así la traición a la clase proletaria, la mixtificación de la democracia hacia la clase trabajadora es en verdad el peor sometimiento bajo el engaño de la falsa democracia, pues nos han vendido la idea de que por la democracia y en su favor, debemos continuar votando por los mismos déspotas, personas como Alejandro Moreno, exhibido como “centavero” de empresarios corruptos, acostumbrados a pagar favores políticos con dinero en efectivo, (para no dejar rastro), Marko Cortés, un aburguesado, que le cuesta mucho departir con el pueblo, o el cacique del “vomito amarillo” sin estructura electoral, pero con franquicia del INE, para recibir prerrogativas, y vender candidaturas como la de José Luis Abarca, en 2 millones de pesos. El pueblo ya despertó y observa.
En consecuencia, el Plan C, se avizora triunfador en la contienda, al fin llegará la alternancia, pues no hay PRI que dure 100 años, ni pueblo que lo aguante.
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Twitter: @zorvha
