Sector manufacturero de EU sigue sumido en la debilidad
El sector manufacturero –que representa 10.2 por ciento de la economía de Estados Unidos– se contrajo en agosto por sexto mes consecutivo, ya que las fábricas siguieron lidiando con el impacto de los aranceles a las importaciones, pero un auge del gasto en inteligencia artificial está prestando apoyo a algunos segmentos de la industria.
El Instituto de Gerencia y Abastecimiento (ISM) informó el martes que su índice PMI manufacturero subió a 48.7 el mes pasado desde 48.0 en julio. Una lectura del PMI por debajo de 50 indica contracción en el sector manufacturero.
Economistas encuestados por Reuters habían previsto que el PMI subiera a 49.0. A pesar de la persistente debilidad del PMI, las empresas han incrementado el gasto en productos de inteligencia artificial, lo que está ayudando a compensar parte del lastre de los derechos de importación.
Reducción en las plantas laborales
Sin embargo, el indicador de producción cayó de 51.4 en julio a 47.8 en agosto. Con el descenso de la producción, el empleo en las fábricas se mantuvo moderado. El ISM ha observado una “aceleración de las reducciones de plantilla debido a la incertidumbre de la demanda a corto y mediano plazo”.
Los proveedores tardaron un poco más en entregar materiales a las fábricas el mes pasado. El índice de entregas de proveedores de la encuesta ISM aumentó hasta 51.3 desde 49.3 en julio. Una lectura por encima de 50 indica una ralentización de las entregas.
La prolongación de los plazos de entrega hizo que los precios pagados por las fábricas por los insumos se mantuvieran elevados. El índice de precios pagados de la encuesta bajó a 63.7 tras 64.8 en julio. La elevada lectura respalda la opinión de los economistas de que los precios de los bienes se acelerarán en el segundo semestre de 2025.
Los aranceles han tardado en repercutir en una mayor inflación, y los economistas sostienen que las empresas siguen vendiendo mercancías acumuladas antes de que entraran en vigor los derechos de importación. Las compañías también han estado absorbiendo algunos de los costos relacionados con los gravámenes.
Pero las existencias se redujeron en el segundo trimestre y las firmas han advertido que los aranceles están elevando sus costos, lo que los economistas esperan que acabe repercutiendo en los consumidores.