Se exige lealtad a la justicia
La filosofía política de la Primera Magistrada de la Nación, al parecer se encuentra profundamente comprometida para ofrecer respuesta concreta al problema de la corrupción en el medio de procuración e impartición de justicia. Esta posición –que los académicos deseamos sea verídica–, en el entorno político no resulta ser unánime, ni la aplauden todos, pues existe una tradición dentro del entorno de la gobernanza que sostiene una defensa a esa corrupción.
La Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, A.C., no va a introducirse dentro de la proterva hermandad política que sostiene el pensar que debe de dar continuidad a ese fenómeno de corrupción, por resultarle muy productivo a las togas de indignidad que resultaron aparentemente favorecidas por el voto popular; el deseo de los académicos es referir de manera cruda y dura la defensa de la disciplina de lealtad a la justicia.
Muchas veces las promesas de los mandatarios del neoliberalismo, hasta las de la Cuarta Transformación de la Nación; por conducto de López Obrador, fueron inclinadas a lo mismo, sin embargo, sus gestiones resultaron insatisfactorias por haber permitido tanta corrupción y deslealtad a la justicia.
Sin embargo, ello no preocupa excesivamente al liceo de estudios jurídico penales, porque el valor de la filosofía de lealtad a la justicia que defiende una mujer en la actualidad, desde el elevado sitial que ocupa como ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación se mide, no sólo por la actuación que ha ejercido durante sus funciones en el entorno de impartición de justicia.
La corrupción resulta por todos conocido es un fenómeno que ha acompañado, por desgracia, a los Tres Poderes de la Unión. En concepto de la referida academia la corrupción prima facie es inmoral y delictiva, produce escándalos que afectan gravemente a todo el sistema político y sobre todo a México.
La Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, en su carácter de Primera Magistrada de la República debe hoy, más que nunca, tomar en consideración que Lenia Batres Guadarrama, no es la persona idónea para ocupar el sitial de Presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, no obstante que se diga que obtuvo mayoría por voto popular, por lo tanto, la Presidenta Constitucional deberá diseñar las medidas efectivas para exterminar esa dañina corrupción que afecta significativamente a las instituciones de impartición de justicia.
Según el leal saber y entender del gremio de la abogacía independiente, la corrupción nace y se difunde cuando un ente del Estado que ocupa una posición especial dentro del medio de impartición de justicia, no efectúa o hace determinadas cosas insertas en la Carta Magna que atentan en contra de ella, obteniendo beneficios (económicos y/o políticos) que resultan ser desleales a la justicia.
¿Podrán Claudia Sheinbaum Pardo y quien merece ser la Presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, nulificar ese malogrado triunfo que la corrupción festeja?
Es cuánto.