Partidos en México sin democracia
La elección interna en los partidos políticos ha sido cerrada a la población, contradiciendo sus supuestas vocaciones democráticas
Por Ángel Álvaro Peña
La falta de democracia en los partidos políticos de México representa, por sí mismo, el más sólido cuestionamiento en cuanto a su apego a la democracia se refiere. Habla de la participación hacia afuera y en su interior la niegan a la población. Los tres partidos dignos de llamarse así, están en proceso de elección interna para que surja un nuevo líder nacional.
Su responsabilidad social les impone reglas no escritas que deben acatar, y una de ellas es la democracia interna.
El PRI comenzó arbitrariamente con su proceso y al parecer solucionó en el interior de sus filas, la elección, aunque con serias divisiones. Se asegura que diariamente renuncian a su militancia un número importante de mexicanos. La ley señala que durante el año electoral no puede haber proceso de selección o elección de líderes partidistas. El año electoral se termina cuando se entrega la constancia de mayoría a los competidores en las urnas y el tricolor ya concluyó sus designaciones para cuatro años o más en su cúpula.
A pesar de la imposición de Alejandro Moreno, la lealtad al partido de otros priistas se impuso a la posible desestabilidad del partido, como es el caso del ex gobernador de Sonora y ex secretario de Gobernación, Manlio Fabio Beltrones, quien, a pesar de invitaciones a otros partidos, se mantiene como priista
Esto recuerda la manera en que escogieron a su candidata a la Presidencia de la República, proceso que dejaron incompleto para darle el espacio a Xóchitl Gálvez.
El PAN creó candidatos para elegir pero su elección será a puerta cerrada. Entre los posibles se encuentran los senadores Kenia López Rabadán y, probablemente Damián Zepeda, el diputado Jorge Romero y la exdiputada Adriana Dávila. Los aspirantes tendrán un mes para cubrir el requisito de reunir más de 30,000 firmas de los afiliados, el 10% de la militancia, o los apoyos de por lo menos 114 consejeros nacionales que avalen su postulación. Quienes avancen en el proceso tendrán 45 días para hacer campaña. López Rabadán y Dávila buscan ser la primera mujer al frente del PAN desde su fundación en 1929.
A pesar de la existencia de candidatos todo mundo sabe que el gran elector en el PAN es Marko Cortés, quien designará a Jorge Romeo como su sucesor, en una simulada selección de la militancia, ante esta anunciada acción el senador Damián Zepeda, optó por salirse de la competencia y todo hace pensar que también saldrá del partido en los próximos días.
Cortés, dirigente nacional desde 2018, se negó a renunciar después de las elecciones y dijo que iba a quedarse hasta terminar con su periodo. En la próxima contienda interna también estarán en juego los 32 comités estatales, donde ya se muestran divisiones entre los militantes panistas por diferencias en los criterios para su renovación, sobre todo en los Estados donde el partido se mantiene como una fuerza competitiva, como Guanajuato o Yucatán.
Están cerrados a la gente los panistas, que debe tener voz y voto para elegir al líder de su partido favorito, en una muestra de antidemocracia en sus procesos internos.
Pero quien se lleva las palmas en su proceso de selección interna es Morena, que hasta ahora coloca a una candidata única, que es la actual secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde. Los morenistas aseguran que nadie más ha querido inscribirse en esta competencia, a pesar de contar con cuadros muy importantes para el fortalecimiento de la democracia interna.
Sus posibles competidores deberán tener el mismo peso, en caso de surgir. De hecho, la sorpresiva llegada de Gerardo Fernández Noroña del PT a Morena, creó expectativas de competencia para este cargo; sin embargo, pareciera que Morena escoge también la simulación a la democracia y surge la pregunta de que con esta condición en la elección de su líder nacional cómo pueden exigir que los miembros del Poder Judicial sean electos por la población.
La responsabilidad de una democracia interna en Morena es doble, como parte del sistema de partido y como partido en el poder que es el soporte de un gobierno que debe ser eminentemente democrático y deberá demostrar equidad a pesar de que posee la mayoría. En las cámaras.
Morena, junto con los otros dos partidos políticos de México debe considerar la manera en que van a llevar a cabo la elección de sus líderes. Deberán, todos ellos, abrirse a la población como muestra de civilidad y confianza en sus propuestas.
En un sistema de partidos, que pugna a través de la democracia alcanzar el poder no puede dejar a la población al margen de la elección de sus líderes nacionales. Es una contradicción que pone en entredicho no sólo la confianza de los partidos en la población que los apoya sino su apego a la democracia que dicen defender.
Lugo de unas elecciones tan trascendentes como las que acaba de protagonizar el pueblo de México no es justo que esos ciudadanos que participaron en masa en las urnas, estén fuera de la elección de los líderes de los partidos que representan una alternativa política para que los represente.
Los partidos deben ser la vanguardia de la sociedad y no la sociedad la vanguardia de los partidos. Esto deben tenerlo en cuenta todos ellos para fortalecer la democracia y del país y sostener la solidez de sus institutos políticos.