No estaba muerto, andaba de parranda (con sus escoltas)
ALMA GRANDE
Por Ángel Álvaro Peña
Algo extraño está pasando en el Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, perteneciente a la Secretaría de Gobernación, que han perdido la disciplina y su tarea deja mucho que desear desde hace varios años.
Lo sucedido en Quintana Roo es una muestra muy peligrosa de la manera de actuar de los escoltas con el Principal, llaman así a la persona que protegen, quien, en este caso, el periodista independiente, Michael Díaz, desapareció y el último contacto que se tuvo con él, fue el domingo por la tarde.
Artículo 19, señala que hubo preocupación en la casa del comunicador porque la puerta de su casa estaba abierta, su coche estacionado, la billetera y el celular en su recámara, pero él no estaba. El periodista apareció la tarde del martes vivito y coleando.
Se desconoce si los escoltas andaban con él, de ser así tendrán que reportar las actividades que realizaron durante la ausencia de su protegido y, de no haber estado con él, deberán explicar el motivo del descuido que tardó un par de días.
Los escoltas del Mecanismo, tradicionalmente cuidaban edificios. La Segob contrata al personal del Servicio de Protección Federal, dependencia descentralizada de la Secretaría de Gobernación, para que sus custodios protejan la vida de los comunicadores, pero en este caso, se fueron de parranda con su cliente, lo cual deberán asentar en sus respectivos informes.
En estos casos es necesario saber cómo actúa la Junta de Gobierno del Mecanismo, que encabeza Enrique Irazoque, cuyos integrantes se caracterizan por ser muy estrictos a la hora de aprobar a los nuevos protegidos y muy rígidos a la hora de mantener esa protección a los comunicadores, quienes tienen que comprobar en cada momento que su vida corre peligro.
La Junta de Gobierno debe poner orden su casa primero y después aventurarse a cuidar personas, porque lo ocurrido en Quintana Roo demuestra que hubo complicidad entre el Principal, y sus custodios, para irse de juerga.
En Veracruz uno de los comunicadores que recibe el servicio del Mecanismo, a través de los escoltas del Servicio de Protección Federal, se queja de que las personas que deben velar por su integridad son infiltrados para dar cuenta, santo y seña, de la vida privada del periodista, en lugar de proteger su vida.
Las funciones del Mecanismo dejan mucho que desear, prueba de ello es que siguen asesinando comunicadores; el atentado que sufrió recientemente la periodista de Tijuana, Yolanda Caballero, a quien le quemaron su camioneta, es otro descuido del Mecanismo que debe ser explicado y castigado.
La Fiscalía General del Estado de Quintana Roo informó que el periodista independiente Michael Díaz fue localizado con vida, luego de que se reportara su ausencia. Señaló: “La FGE informa que fue localizada la persona de oficio comunicador, del cual se desconocía su ubicación desde la tarde del domingo pasado, razón por la que se abrió una carpeta de investigación”.
Las autoridades afirmaron que la vida del periodista no estuvo en riesgo. Es decir, está ileso el periodista, porque, según asegura la fiscalía: “En ningún momento, la vida de esta persona estuvo en riesgo y su ausencia no tuvo relación con el trabajo que desempeña en los medios de comunicación”.
Si no le pasó nada y los escoltas no fueron capaces de reportar su larga ausencia, deben dar a conocer lo sucedido. Cualquiera que sea la verdad, los escoltas, el Servicio de Protección Federal y el Mecanismo de Segob, quedan muy mal.
PEGA Y CORRE.-Movimiento Ciudadano carece de cuadros y lo demostró con sus candidatos, que no levantan en ningún lugar del país. Si se trata de una estrategia, es mala, pareciera que es un signo de debilidad, porque tener un candidato que en menos de 48 horas pertenecía a otro partido, no muestra fuerza ni convicción… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.