COLUMNISTAS

Morena y sus formas de hacer política

Por: Luis Ramírez Baqueiro

“Es el terreno de la ciencia hablar y privilegio de la sabiduría escuchar.” – Oliver Wendell Holmes.

 Para comprender mejor los tiempos convulsos de la moderna política mexicana en los tiempos de la 4T, será necesario siempre regresar a los clásicos, a la fuente del conocimiento, quizá abrevando de ellos podamos comprender mejor a esta nueva casta de políticos, que como diría el personaje creado por Roberto Gómez Bolaños “Chespirito”, La Chimoltrufia “No nos hagamos tarugos, pos ya sabes que yo como digo una cosa digo otra, pues si es que es como todo, hay cosas que ni qué, ¿tengo o no tengo razón?”

Podríamos empezar por definir a la política como ciencia y arte de gobernar que trata de la organización y administración de un Estado en sus asuntos e intereses.

Para Sócrates platónico no se dedica a la política, en tanto que no persigue el poder para sí mismo con objeto de dominar a los otros; pero sólo él es el verdadero político, en tanto que con sus enseñanzas busca conducir a los atenienses a una vida virtuosa.

Según Platón, la política es el arte de gobernar a los hombres con su consentimiento. El político es quien conoce ese difícil arte. El arte de gobernar por la fuerza no es política, es tiranía.

Para Aristóteles, la política no era un estudio de los estados ideales en forma abstracta, sino más bien de un examen del modo en que los ideales, las leyes, las costumbres y las propiedades se interrelacionan en los casos reales.

Maquiavelo afirmaba que la política tiene un ámbito propio y distinto; podrá haber política religiosa y política económica, pero mientras exista la distinción entre amigos y enemigos, el ámbito es específicamente político. Maquiavelo reconoce implícitamente la importancia de esta distinción para la política.

Tomás Hobbes plantea que para que los hombres puedan vivir juntos sin caer en la anarquía y la guerra, es necesario un Estado fuerte y autoritario. Para lograr esto es imprescindible establecer una relación de soberanos y súbditos entre los hombres.

Según Locke, la mente tiene el poder de abstraer sus ideas y convertirlas así en esencias generales, porque se distinguen las clases de cosas.

Las ideas políticas de Rousseau fueron la reafirmación de un Estado que tenga como fin la felicidad de las mayorías en donde se respeten las leyes, personas, vida, voluntad popular, propiedad, actos o pactos sociales entre otros.

Ya más entrados en el siglo XIX y el XX, Max Weber señala en su versión más clásica que la facultad que tiene el Estado como una entidad que tiene un monopolio sobre el uso del poder legítimo coercitivo en un territorio determinado. La política, en cambio, la define como la búsqueda del poder sobre el Estado.

Con base en ello, podremos comprender quizá un poco mejor el actuar de quienes hoy se disputan el poder en una pelea intestina, que más una disertación de las ideas, pretenden conducirla a la férrea batalla en donde la denostación y la diatriba sea el medio para hacerse valer.

La declinación de Zenyazen Roberto Escobar García a favor del proyecto de Rocío Nahle García, es una muestra de civilidad y construcción de un proyecto unificador que dé continuidad a lo que ellos creen es la obra más consumada de su líder moral el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Hasta ahí, la acción y las posibles declinaciones deberán interpretarse como un ejercicio de adhesión, de suma, de unificación, pues finalmente la política debe ser el ejercicio mediante el cual se logre y llegue al acuerdo al consenso.

Tristemente podemos observar que al menos para uno de esos aspirantes, impregnado de esa mala entraña que lo ha caracterizado a lo largo de su efímero paso por Veracruz, el tema es motivo de golpeteo político, en el afán de granjear así adeptos en su hueca y vacía propuesta.

Llama la atención como inclusive el aguerrido Manuel Huerta Ladrón de Guevara –también aspirante a Coordinar a la 4T en Veracruz-, ha referido en repetidas ocasiones que la “Unidad es con el pueblo”, “no con los que tuercen la ley”.

Huerta Ladrón de Guevara afirma que no puede existir unidad con quien va contra lo que han luchado desde los inicios del Movimiento, el abuso de poder, el desvío de recursos, la corrupción y sobre todo abandonar al pueblo por anteponer sus intereses personales.

«Mis compañeros aspirantes están en unas prácticas que yo los oía decir que la unidad, pero la unidad es con el pueblo y a partir de prácticas correctas, yo no me puedo unir con quien paga para que vayan a sus eventos, con quien acarrea, con quién utiliza los aparatos de gobierno, con quien usa los recursos públicos, como queda constancia en los propios videos y de manera muy cínica” subrayó, en franca alusión al oscuro personaje que continúa vendiendo espejitos.

Quizá con esto podamos comprender mejor el pensar y el sentir de los morenos hoy en franca guerra fratricida, se comerán entre ellos mismos, en una especie de canibalismo político mal logrado. ¿O usted qué opina?

 Al tiempo.