Manglares de Mazatlán podrían ser devorados debido a la explosión inmobiliaria
De 1990 a 2020, la mancha urbana de Mazatlán creció un 239 por ciento, extendiendo su territorio mucho más rápido que el crecimiento de su población, que en el mismo lapso creció un 68 por ciento.
De acuerdo al Programa Municipal de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano, debido a esta expansión, Mazatlán está perdiendo lagunas, esteros, marismas, humedales y estuarios.
También, hacia la parte norte, hay una tendencia a desarrollar fraccionamientos cerrados para población de mayores ingresos, particularmente en predios colindantes con el estero de La Escopama, zona que carece de infraestructura.
Asimismo, datos de Vivienda y Tenencia de la Tierra muestran que Mazatlán tiene 66 asentamientos irregulares, gran parte de estos se ubican en inmediaciones de los márgenes del arroyo Jabalines, esteros del Infiernillo, de Las Malvinas y Urías, zonas inundables.
De acuerdo al Sistema de Monitoreo de Manglares de México, en el puerto los ecosistemas que más se han visto vulnerados son el Infiernillo y el de Urías, mientras que el del Yugo y La Escopama, de los cuatro más importantes en la ciudad, se mantienen con un impacto muy bajo.
El relleno hormiga es la principal vulnerabilidad, señala Ángel García Contreras, consultor especializado en medio ambiente y desarrollo. Entre la necesidad de las familias por una vivienda y los efectos colaterales del boom inmobiliario, estos espacios naturales se han visto fuertemente amenazados.
Pese a estar tipificado como un delito penal federal que se paga con una multa de mil a 20 mil salarios mínimos o con 4 a 8 años de cárcel, la impunidad es un gran aliado.
El mangle es una especie amenazada, listada en la NOM-059-SEMARNAT-2010.
El proceso de relleno de esteros y marismas es histórico y el caso más emblemático es el Estero del Infiernillo, que en los últimos 50 años ha perdido más del 50 por ciento de su superficie.
El relleno de los manglares del sur es para la construcción de asentamientos populares, pero hacia el norte, el desarrollo inmobiliario, con la construcción de fraccionamientos y residenciales, se expande cada vez más.
«Hay poca transparencia y claridad en los permisos de construcción, es una prioridad que nunca han tomado en cuenta ningún nivel de gobierno. Teniendo un Plan de Ordenamiento Ecológico, tienes una protección mayor a la zona que esté considerada como prioritaria en ese instrumento de planeación», dijo.
Autoridades son cómplices en la destrucción de manglares
Para el doctor Leonardo Moroyoqui Rojo, no hay autoridad que le ponga un alto a la degradación de los manglares, al contrario, también son partícipes. Hablando del boom inmobiliario turístico del que goza Mazatlán, apuntó que en los últimos 14 años el municipio ha perdido alrededor del 50% de sus manglares por los cambios de uso de suelo.
El fundador de Manglares Sustentables AC, señaló que los principales factores que han ocasionado la degradación de estos ecosistemas son la expansión de la población y la falta de atención gubernamental.
«Hay factores como la expansión de la población, la falta de actuación gubernamental, pérdida de terrenos de manglares. Ya todos sabemos cómo las inmobiliarias nos han estado ganando todos los terrenos, reglamentación confusa, dependencias gubernamentales sin personal calificado, que no son biólogos que no saben son acomodados en muchas dependencias, eso también repercute y por último la falta de conocimiento en este caso políticos, funcionarios y las comunidades locales», dijo.
¿Qué función tienen los manglares en el ecosistema?
Los manglares sostienen importantes pesquerías de lagunas costeras y estuarios, así como un hábitat de apoyo a las pesquerías de mar abierto; son un importante biofiltro de nutrientes y otros contaminantes; protegen la línea costera de la erosión; son zonas de amortiguamiento contra las inundaciones.