COLUMNISTAS

Lucha de clases en la Gran Colombia

 

Por Arturo Salcido

El sueño bolivariano de principios del siglo XIX incluía la creación de una gran patria en lo que ahora son seis países, Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y Venezuela.

Más allá de las guerras en contra del colonialismo español, lograda la relativa independencia nuestros países se pasaron cien años en guerras internas y entre regiones, luchando sin cesar liberales contra conservadores, así como entre ellos mismos.

El mismo modelo de luchas internas repetido sin parar desde el Río Bravo hasta la Patagonia. Proyectos y motivos de unos y otros aparentemente casi iguales, traiciones y pleitos también muy parecidos. Traidores surgidos de los propios movimientos insurgentes, aliados a intereses del extranjero actuando siempre con gran rechazo a cualquier proyecto independiente y con odio irracional hacia el pueblo.

Parece un guión escrito, pero oculto que todos siguen. Igual actuaron en la represión de todos los pueblos, hordas de militares con odio desbordado y salvaje hacia su propia gente. Desde la colonia, hasta las dictaduras militares más recientes alimentadas por el imperialismo

El imperio español, incapaz de conservar su dominio, logró separar en pedazos aquél gran sueño y el imperialismo norteamericano siguiendo su política de rapiña entró a la disputa territorial y de saqueo, se apoderó primero de Panamá, quitándoselo a Colombia y luego se hizo dueño de los  recursos naturales, de las economías y gobiernos de  la Gran Colombia, llenando todo de bases militares y condenando a la región al atraso económico, político y social. Así transcurrió todo el siglo XX.

Sin ninguna duda, los diferentes proyectos de nación y de gobierno que condujeron a mil enfrentamiento entre liberales y conservadores justifican todas las guerras habidas, así como los  levantamientos populares buscando justicia y libertad pueden comprenderse, a pesar de que los primeros condujeron a triunfos populares muy breves y fallidos,  los segundos han costado millones de vidas y han sido derrotados casi todos, casi siempre. Sin embargo, vuelven siempre los cantos de lucha y de libertad.

El heroísmo de los pueblos de la Gran Colombia es grandioso, a la vez que sorprende la forma sistemática en que vuelven a la lucha después de haber  ido aplastados una y otra vez.

La historia inacabable de insurgencia popular, de enfrentamientos contra la opresión colonialista e imperialista, de organización campesina, sindical, partidista, de masas es un himno por sí misma.

 

Hoy, la voluntad de grandes dirigentes nacionales, Maduro, Evo y Petro, así como sus compañeros de lucha en Bolivia, Colombia y Venezuela, puede lograr grandes avances y con su solidaridad contribuir al rescate del proceso de cambio en Perú, encabezado por su presidente legítimo Pedro Castillo y muy pronto ir por la revancha en Ecuador, en donde la fortaleza ideológica de Correa sigue siendo un baluarte.

Todos los proyectos revolucionarios de América Latina han sido combatidos por el imperialismo y sus agentes, la mayoría han sido derrotados. Cuba, Nicaragua y Venezuela han resistido heroicamente.

Nuevas perspectivas de lucha se alzan en el horizonte. Los seis países actuales que un día fueron parte  del sueño de la construcción de la Gran Colombia, tal vez nunca se lleguen a plantear unirse en una gran nación, pero sin duda hoy existen las bases para crear y consolidar un gran proyecto de cooperación y desarrollo para el bien de sus pueblos, basado en la amistad y en el beneficio común.

El imperialismo de hoy ya no construye nada, solo golpea y destruye, pero los pueblos han aprendido.

Hoy Colombia y Venezuela enseñan al mundo la fortaleza y unidad de dos pueblos hermanos que el imperialismo norteamericano ha golpeado por décadas y que nuevamente vuelven a luchar y a construir juntos nuevos capítulos de nuestra historia.

La gran duda seguirá siendo hasta dónde se podrá llegar apoyados casi exclusivamente en el entusiasmo popular que reclama y exige cambios, pero no cuenta con organizaciones, ni proyectos, ni  programas de lucha que permitan avanzar y consolidar proyectos propios de libertad, de justicia, de vida digna.

Venezuela, Colombia y Bolivia tienen un gran momento histórico, cuentan con apoyo popular y tienen ahora la experiencia.

Con Brasil y Argentina en el mismo barco, se pueden lograr grandes cambios.

 


 

* Director General de publicaciones del Instituto Politécnico Nacional | 2001-2010

* Autor del proyecto de iniciativa de Ley para una Nueva Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos | 2000

* Diputado federal por el Partido Comunista Mexicano | 1979-1982

* Presidente del Colegio Nacional de Economistas | 1989-1992

 

 

Correo: asalcido.b@gmail.com

Twitter: @AsalcidoB