COLUMNISTAS

Los partidos se deshacen

ALMA GRANDE

Por Ángel Álvaro Peña

Una vez que se terminen de otorgar las candidaturas, las desbandadas serán noticia nacional. Los inconformes en todos los partidos, sin excepción, exigirán lo que sus sueños hubieran querido que sucediera pero la realidad se interpuso.

Como ocurría en el pasado, más de un precandidato fue ungido con la promesa y alentado por la ingenuidad de pensar que todos estaban a su favor. Sus equipos cercanos los engañaron y lejos de preservar la convicción y admitir la derrota buscan ese mismo cargo en otro partido político.

De las nueve entidades federativas desde la designación de candidatos a la gubernatura, hasta de diputados locales, en todos la pugna empieza a desgarrar a los partidos. En Veracruz la lucha entre morenistas que aseguran que Rocío Nahle no tenía derecho a ser candidata por haber nacido en Zacatecas, a pesar de que el artículo 11 de la Constitución estatal lo aclara desde hace muchos años, creó un clima de tensión en la cúpula política al interior de Morena.

La designación de senadoras en Veracruz, por ejemplo, se dividió en cuatro partes, precisamente porque las preferencias estaban reñidas y por fin se darán a conocer, también con sus respectivas consecuencias.

Rocío Nahle

Aunque en Morena aseguran que quienes rechazan a Nahle por haber nacido en Zacatecas, lo hubieran hecho sin este pretexto. Es decir, hay quienes no la quieren por el simple hecho de ser mujer y tienen en su lugar de nacimiento un pretexto para externar su repudio que puede dañar los resultados finales para la gubernatura. Para nadie era sorpresa el lugar de nacimiento de la ex secretaria de Energía.

Así, en Puebla, en un principio la pelea se llevó a cabo entre primos hermanos, Alejandro Armenta Mier e Ignacio Mier, fue a tiempo salvada y en nombre de la unidad, caminan juntos con las ventajas que esto conlleva.

Así, también en la oposición las divisiones en las dirigencias de los partidos hablan de sustituir a precandidatos por otros que no cuajan, todavía están a tiempo, pero han gastado mucho tiempo y dinero en sostenerlos hasta ahora; sin embargo, no se descartan algunos cambios.

Son momentos de unidad en los partidos donde seguramente brincarán a otros que anteponen el ego y los intereses. Así muestran que su vocación política es sólo una herramienta para vivir del presupuesto y no para servir a la gente sino para servirse del presupuesto, preservando la corrupción, porque cambiar de partido político sólo para alcanzar un cargo es un acto de corrupción, aunque algunos le llamen injusticia.

Los partidos no parecen satisfacer a sus militantes, los métodos que acuerdan todos se invalidan a la hora que no resultan ganadores los que perdieron, como sucedió con Marcelo Ebrard, a pesar de que el triunfo de Claudia Sheinbaum estaba muy claro desde meses antes de la aplicación de la encuesta.

Así como en Morena hay quienes brincaron a otros partidos, de éstos brincan a Morena. Hay partidos que pueden darse el lujo de hacerlo, pero el PAN y el PRD corren el riesgo de desaparecer si se van muchos miembros de sus filas porque si el día de la elección no cuentan con el número mínimo de militantes de nada les servirá competir en las urnas, simplemente están fuera de la competencia electoral.

 Dante Delgado

En Movimiento Ciudadano hubo un golpe de timón sorprendente al dejar al mando a Samuel García, quien ahora realiza la estrategia de las elecciones, pareciera que Dante Delgado, sólo está presente para apoyar en el discurso y, seguramente la ideología del partido, pero en materia de candidatos hay cierto extravío, en Veracruz ni siquiera han precandidato y colocar hacia la Presidencia de la República a alguien que puede hacerles perder el registro en varias estados del país.

Es decir, el problema no radica en solo las desbandadas sino en el número de militantes que son producto de esas deserciones masivas que pueden hacer mucho daño a sus partidos.

Lo que debe analizarse es el hecho de que los que dejan su partido nunca pertenecieron a la organización que abandonan sino que tienen mayor afinidad con el partido que le da la bienvenida. Esto ya habla de una falta de definición, y, de nuevo, de carencia de sensibilidad política.

Pero de las desbandadas no sólo son responsables quienes se van o se quedan sino de quienes los hacen salir y los admiten. Hay partidos que nunca debieron abrirle la puerta a algunos de los que llegaron para luego irse, ahí está el ejemplo de Germán Martínez, quien deja el PAN, se va a Morena, deja Morena por no contar con manga ancha en los gastos y crea un grupo independiente porque el PAN tuvo la decencia de no admitirlo. Por lo menos en ese momento hubo congruencia del partido, pero ahora ya ha vuelto a ser uno de ellos.

Quienes fueron las víctimas de estos individualistas brincos son los que votaron por ellos quienes, al ver la combinación perfecta de candidato y partido, emitieron su voto para luego ser engañados en el cambio de partido por personas como Lilly Téllez, quien a pesar de haber sido electa por la población como morenista, se fue al PAN. La gente de Sonora le reclama esa traición, y por si fuera poco le señala que no ha hecho nada por sus habitantes.

Lucy Meza

La responsabilidad de los dirigentes de los diferentes partidos en las desbandadas es muy grande en este fenómeno que veremos en su esplendor en unos días más. Porque las preferencias suelen dejar rencores. Así sucedió en Morena con la candidata a la que no le permitieron concursar por el supuesto de tener nexos con delincuentes, Lucy Meza, a quien, de inmediato aceptó el PAN, está dando la batalla muy de cerca a la candidata morenista, Margarita González.

Después de estas elecciones los dirigentes de los partidos políticos tendrán que realizar un profundo examen de conciencia sobre lo que hicieron mal, porque de los triunfos no se aprende, las derrotas son las que enseñan.

Las desbandadas tienen su origen en las malas decisiones de los dirigentes y en la falta de convicción de los militantes que se alejan de su partido original. Esto no sólo es un acto de corrupción sino un daño grave al sistema de partido y un atentado contra la democracia.

PEGA Y CORRE.- Récord histórico en la democracia del mundo fueron los resultados de las elecciones en El Salvador, donde Nayib Bukele, de 42 años, derrumba el mito de que la reelección es antidemocrática. Ganó con el 85 por ciento de la votación y en el Congreso obtuvo 58 de 60 legisladores. El pueblo es sabio…Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.