“Las alumnas más adelantadas de AMLO”
“La inteligencia consiste no sólo en el conocimiento, sino también en la destreza de aplicar los conocimientos en la práctica”. – Aristóteles.
En el nuevo escenario político nacional, dos figuras femeninas se han erigido como las discípulas más aplicadas del ex presidente Andrés Manuel López Obrador: Claudia Sheinbaum Pardo, presidenta de la República, y Rocío Nahle García, gobernadora de Veracruz.
Ambas han asumido con rigor y estrategia el modelo de comunicación política heredado por su mentor: un ejercicio que prioriza el contacto directo, la exposición constante, pero también el control y la dosificación de los tiempos mediáticos.
La experiencia reciente en Veracruz lo confirma. Mientras los medios nacionales como Reforma montaban una narrativa escandalosa sobre la presunta desaparición y asesinato de policías municipales en Chicontepec y la muerte de una maestra jubilada venida a operadora de taxi en Alamo, la realidad fue otra: los elementos aparecieron vivos este martes. Nadie rectificó. Nadie matizó. Y mientras en todo el país se contabilizaban 58 homicidios en un solo fin de semana, pocos reportaron que en Veracruz sólo se registraron uno por jornada entre viernes y lunes.
Estos datos, que son importantes para la construcción de la percepción pública sobre seguridad, han sido ignorados por sectores mediáticos nacionales. Pero Rocío Nahle, fiel a la escuela de AMLO, no evade. Da la cara, encara las crisis y responde con datos, no con discursos vacíos. Es, de hecho, la única gobernadora de Morena que ha enfrentado de manera frontal el tema de seguridad ante la sociedad que la eligió, caso contrario a la realidad que enfrenta por ejemplo el Gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya –a quien tan solo el fin de semana le aparecieron más de 15 muertos-.
Y si bien Claudia Sheinbaum se mueve con un estilo pausado, técnico, casi quirúrgico en el manejo de los tiempos y mensajes, Nahle García aplica una fórmula más directa, impulsiva pero igualmente inteligente. Mientras Sheinbaum articula, Nahle confronta –siempre desde el respeto circular, ese que se debe dar de ida y vuelta-. Una gobierna desde la serenidad de Palacio Nacional, la otra desde la ebullición política del Palacio de Gobierno en Xalapa.
Ambas, sin embargo, comparten una misma lógica: abrir la conversación, permitir el debate público y cerrar con resultados, con datos y con acciones. Así como López Obrador acostumbraba a dosificar su presencia mediática, hoy ellas también alternan entre la omnipresencia y el silencio estratégico. Pero nunca dejando los temas sin respuesta.
La política ya no es indiferencia ni evasión.
Hoy, Veracruz tiene una gobernadora que responde, y México, una presidenta que escucha. Las dos mujeres más poderosas del país, formadas bajo la narrativa de la Cuarta Transformación, ya no son sólo herederas: son protagonistas. Y sí, sin duda, las alumnas más adelantadas del presidente que cambió la historia reciente de México.
Al tiempo.