La rentabilidad del Tren Maya
Por: Ricardo Homs
La revista Expansión ha publicado un reportaje sobre el Tren Maya en sus primeros 55 días de operación y describe que en ese lapso ha transportado a 50,976 pasajeros, de los cuales sólo 1,787 fueron turistas internacionales, lo cual representa el 3.5% del total.
Todo esto nos muestra la ausencia de planeación en un rubro tan básico entre el sector empresarial como lo es un estudio de factibilidad comercial para entender las condiciones del mercado en el sector donde se pretende trabajar.
Desde el inicio de su construcción el proyecto obedeció a la idea del presidente López Obrador de que los turistas extranjeros iban a enloquecer de curiosidad por conocer la selva maya. Sin embargo, es necesario distinguir para un proyecto de este tipo, los perfiles de turistas altamente .
Mientras el turista norteamericano, -y el nacional también-, quieren visitar lugares que les permitan divertirse y descansar y por ello prefieren las playas y lugares que ofrezcan actividades y emoción, es el turista europeo el que busca disfrutar del turismo cultural, que le enriquece en conocimiento y le permite experimentar la sensación de nuevas vivencias. Esto define de inicio el perfil del posible cliente del Tren Maya.
Sin embargo, habría que entender por qué un turista europeo que ha invertido entre diez y veinte horas de vuelo para llegar a nuestro país estaría interesado en hacer un recorrido de varias horas para conocer la selva maya cuando ese tiempo podría invertirlo en vivir la experiencia de otros centros turísticos con más opciones.
Las cifras proporcionadas por este reportaje son muy significativas y describen la problemática que enfrentará este medio de transporte turístico para llegar a ser rentable algún día.
A esto añadamos que reconvertirlo en un medio de transporte funcional para la población local significará reducir el precio del pasaje y apostarle a generar volumen de pasajeros, para lo cual será necesario hacerlo competitivo frente a los precios del boleto de autobús.
Por su parte, reconvertirlo en un medio de traslado de carga sería poco rentable pues toda esa zona geográfica no es industrial y por tanto, no se generaría el volumen necesario para hacerlo rentable.
En Europa donde el ferrocarril es el medio de transporte de pasajeros por excelencia, manifiesta características geográficas y poblacionales radicalmente diferentes a las que cubre la región maya.
Es una zona altamente poblada, donde en cortas distancias hay una movilidad humana altamente dinámica, con relaciones comerciales y laborales vinculantes. Las necesidades de transporte interurbano son fundamentales para la economía de la zona y el turismo es simplemente una parte de las razones de esa conexión.
La gente labora en una ciudad y quizá en un radio de treinta kilómetros puede estar su centro de trabajo y las carreteras serían insuficientes para apoyar esa movilidad. Sin embargo, aún así, la rentabilidad de este tipo de transporte de pasajeros es económicamente deficitaria en casi todo el mundo. Por ello en función de cubrir una necesidad social es que el estado generalmente subsidia su operación.
En contraste, la zona maya es de baja densidad poblacional y poca necesidad de movilización interurbana. Grandes distancias con poco pasaje.
La zona cubierta por este ferrocarril hasta hoy manifiesta únicamente una vocación turística. Por tanto, la pregunta que debiese flotar en el aire es qué opciones tiene de lograr ser rentable ahora que ya está construido con una alta inversión económica.
Independientemente de las poquísimas posibilidades de recuperar el capital invertido, ahora el reto es lograr que su operación cotidiana sea autosustentable y no se convierta en un elefante blanco que deba ser subsidiado eternamente.
¿A usted qué le parece?