COLUMNISTAS

La metamorfosis de Xóchitl

 

Por José García Sánchez

Al despertar Xóchitl Gálvez, una mañana, tras un sueño intranquilo, se encontró en su cama convertida en un monstruoso insecto. Así empezaría la historia reciente de la senadora panista si fuera la protagonista de La Metamorfosis de Franz Kafka. Kafquiano también resulta que de la noche a la mañana haya despertado indígena, con un aparato de publicidad dedicado a los ingenuos que intenta convencer que viene desde abajo.

Nadie ignora aquellas agresiones que realizaron Lorenzo Córdova y Edmundo Jacobo, en 2015, contra un gobernador indígena, al burlarse hasta el cansancio por su forma de hablar. Nunca dijo nada Xóchitl, todavía en ese momento no era ni indígena ni de origen pobre. En ese año Xóchitl era directora general de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas; sin embargo, años después salió la senadora a las calles a apoyar a las personas que habían emitido esas burlas, con un letrero que decía “El INE no se toca”.

Así le hicieron con Vicente Fox, de quien dijeron que se trataba caso casi de un repartidor de la cocacola en los camiones. La mentira como propaganda política en favor de las oligarquías, con los resultados que todos conocemos; a Calderón lo nombraron el presidente del empleo desde la campaña y fue el presidente de la engañosa guerra contra el narco. A Peña Nieto, el joven de telenovela que se casaba con Cenicienta y encabezó el sexenio más corrupto de la historia.

Ahora, quieren hacer pensar que Xóchitl es pobre de nacimiento e indígena de origen. Su protagonismo del pasado es ahora su peor enemigo, porque si hubiera sido más discreta en sus espectáculos donde lo mismo se vestía de dinosaurio que fingía un acto de escapismo encadenada al estilo Houdini, pasando por un histrionismo en el Senado que rebasaba lo ridículo.

 

 

La casa donde nació Xóchitl, en Tepaltepec, Hidalgo, era la mejor del pueblo en ese momento. La escuela estaba a dos cuadras y no es cierto que debía caminar “dos pueblos” para llegar a estudiar. Hay videos que descubren sus mentiras que ahora quieren cobrar solidez ante la postulación no oficial de su figura como candidata de una derecha que encontró en la posibilidad de explotar la fantasía para hacerse competitiva en las urnas.

Sólo a quien le gusta ser engañado puede creerle a Xóchitl. El aparato que, como pulpo, tiene tentáculos en todas partes, la apoya con toda la fuerza del resentimiento que es capaz una derecha que perdió sus privilegios y quiere recuperarlos a través de esta mujer que está más cercana a la aristócrata millonaria Margarita Zavala que a la comediante India María.

Xóchitl Gálvez buscó, por todos los medios que hasta los panistas le faltaran al respeto. La mirada de desprecio de Calderón en una fiesta de la elite conservadora, cuando le dice “Señora periscopio”, es un claro ejemplo de ello. Ahora quiere rescatar el respeto que ella misma tiró a la basura, y lo que es peor intenta erigirse como una persona que puede dirigir una campaña política que rebasa sus fuerzas y su confortable estilo de vida, pero sobre todo su convicción.

La derecha necesita a alguien manipulable para que, en caso de llegar, obedezca los lineamientos de rescate de las canonjías de la clase que ahora se arrastra exigiendo el dinero del pueblo para sus bolsillos.

Xóchitl no va obedecer el mandato del pueblo sino el de Claudio X. González, quien encabeza el grupo de “despojados” por la 4T. Xóchitl Gálvez no representa los intereses de la derecha de manera cabal y absoluta, les estorba su supuesto origen pobre y su fingida raíz indígena. En realidad, la fragilidad de Xóchitl es un arma invaluable para la derecha, porque a media campaña puede haber un cambio por alguien más consistente en su proyecto hacia la derecha y más coincidente con sus intereses. Xóchitl no es garantía para nadie, es solo un instrumento efímero de la mentira.


 

Twitter: @Josangasa3