COLUMNISTAS

La farsa de la austeridad

Por Aurelio Contreras Moreno

La principal bandera del obradorismo, junto con el supuesto “combate a la corrupción”, es la “austeridad” con la que su líder pide conducirse no solo a los servidores públicos, sino a la población.

Y así como en el tema de la corrupción, la pretendida austeridad del régimen es un cuento, una simulación aberrante con la que han pretendido –y con muchos, lo ha logrado- engañar a los mexicanos.

Sobran historias durante el sexenio de cómo los antes autodenominados “luchadores sociales” descubrieron las mieles del arca abierta, del presupuesto a libre disposición, y se han dado la gran vida viajando por el mundo, comprando ropa de marcas de lujo, comiendo en restaurantes exclusivos y comprobando que lo que les molestaba no era la corrupción, sino que ésta no los “salpicaba”.

La tarde de este miércoles, comenzó a circular en redes y chats la foto de una residencia ubicada en el exclusivo fraccionamiento “El Dorado”, ubicado en los límites entre los municipios conurbados de Boca del Río y Alvarado. Esto es, en la zona de desarrollos inmobiliarios más cara de todo el estado de Veracruz.

Fue el empresario Arturo Castagné el primero en difundir la fotografía en la que se aprecia el inmueble de gran tamaño, construido a la orilla del río y al que incluso se puede llegar en yate, una de las características más excesivas de un residencial hecho para los ricos muy ricos de la región Veracruz puerto. “Fifís”, les llaman los obradoristas.

Castagné afirmó –seguramente con información de primera mano- que la “fifí” que habita la mansión es ni más ni menos que la ex diputada federal, senadora con licencia, ex secretaria de Energía y a partir de este viernes, oficial y legalmente candidata de Morena a la gubernatura de Veracruz, Rocío Nahle García.

“Les presento la casa de la señora de Zacatecas @rocionahle construida recientemente en el fraccionamiento ‘El Dorado’ municipio de Alvarado, Ver. ¡¡¡Dos Bocas’ aún no refina, pero ya dejó las primeras utilidades!!!”, publicó Castagné en la red social X.

Pasó el resto de la tarde y noche del miércoles, y ante el silencio de la candidata morenista, sus voceros y cibersicarios salieron hacia el mediodía del jueves a “desmentir” que la mansión sea propiedad de la oriunda de Zacatecas, algo que nadie afirmó, por cierto. Pero en su lugar, terminaron por confirmar que sí la habita, solo que, según ellos, la está “rentando”.

“Lo que en realidad pasa es que a los del clan los puso muy nerviosos que Rocío Nahle eligiera la zona conurbada Veracruz-Boca del Río-Medellín para convertirlo en su ‘búnker’, base de operaciones y centro logístico de su campaña por la gubernatura de Veracruz, Nahle se les metió en ‘su territorio’ a los del clan, y para ello arrendó una casa en el tiempo que dure la campaña, ya que hay que recordar que Rocío es originaria (sic) de Coatzacoalcos donde tiene su casa, en la que ha vivido por más de 38 años, por lo que en Boca del Río rentó dicha propiedad”, se difundió en un correo de la cuenta comunicaciongubernamental@hush.com, que se hace llamar “Prensa Veracruz” y detrás de la cual está un tenebroso textoservidor que opera la guerra sucia contra los adversarios del régimen que lo contrate. Lo mismo lo hizo antes para Javier Duarte que ahora para el gobierno de Cuitláhuac García.

Otra vocera, la jefa de prensa de Rocío Nahle, Adriana Muñoz Cabrera, se lanzó en contra de Arturo Castagné en X para llenarlo de improperios y, ya sabe, usar la cantaleta de la “misoginia” y el “clasismo” para intentar desviar la atención. Pero también terminó confirmando que la candidata morenista sí es quien habita la mansión.

“Hay una gran diferencia entre ser propietario o rentar”, admitió Muñoz Cabrera, quien al menos durante el periodo de precampaña, era al mismo tiempo delegada de Radiotelevisión de Veracruz, la emisora del gobierno del estado, en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río.

Suponiendo sin conceder que efectivamente, la pomposa mansión no es propiedad de Rocío Nahle, sino que la rentó para establecer ahí un centro de operaciones –lo cual debería entonces ser fiscalizado como gasto de campaña por el INE-, de acuerdo con asesores y expertos inmobiliarios consultados por la Rúbrica, el arrendamiento de una “casita” de ese tamaño, con esas características de construcción y ubicada en una de las zonas residenciales más caras del estado de Veracruz, no es menor a los 70 mil pesos mensuales. Por lo menos.

¿De verdad la candidata que pregona la “austeridad” no podía haberse buscado un “bunker” más barato, en una zona donde tuviera “contacto con el pueblo”, en lugar de un fraccionamiento “fifí” al que no cualquiera puede entrar?

Claro, a menos que su equipo de campaña se traslade en yate por Veracruz.