La Cumbre del nuevo orden mundial
Por Ángel Álvaro Peña
El afán desmedido por desacreditar a la actual administración pública de México obliga a sus detractores a ser parciales y fingir que olvidan el proceso que conduce a la Novena Cumbre de las Américas, a pesar de su accidentada trayectoria.
En esta ocasión la Cumbre de las Américas se desmorona o se consolida.
Porque colocan la tendencia de unidad en el continente como un capricho del Presidente de México, cuando en la cumbre pasada, celebrada en Lima, Perú, en abril de 2018, no asistió, por voluntad propia, el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump. El pretexto fue un conflicto que los propios Estados Unidos habían creado:
«El presidente permanecerá en Estados Unidos para supervisar la respuesta estadounidense a Siria y supervisar el desarrollo de eventos en el mundo», dijo entonces la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders.
En esa ocasión se prohibió la asistencia de Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, por iniciativa de la canciller peruana Cayetana Alkovín, decisión que respaldaron los 12 países que integran el Grupo de Lima, incluyendo a México, entonces gobernado por Enrique Peña Nieto.
En ese momento la disidencia venezolana estaba fortalecida con la designación de Juan Guaidó, como presidente alterno del país, de tal manera que los anfitriones ya habían negociado con los líderes opositores venezolanos para tenerlos como únicos interlocutores. Así, en representación de Venezuela, estuvieron Luis Florido, María Corina Machado, Julio Borges y Lilian Tintori, quienes actualmente ya no figuran en la oposición política de su país.
La vocación de exclusión de Estados Unidos o de los países cuyos gobiernos había controlado hasta hace tiempo, se volvió a mostrar en diciembre del año pasado, condición que pocos saben que el propio Joe Biden había excluido a Guatemala, Honduras, Haití, Nicaragua y El Salvador, además de Cuba, Venezuela y Bolivia de su “Cumbre para la Democracia”, mientras se acercaba con apoyo económicos de por medio, a Panamá, Costa Rica y República Dominicana.
REUNIÓN CONTINENTAL
No puede sacarse de contexto lo que sucede en una reunión que ni siquiera puede realizarse cada año como originalmente estaba planeado. Sus encuentros se realizan cada tres o cuatro años en diferentes países del contente. En México, por ejemplo, se llevó a cabo una reunión extraordinaria, en enero de 2004, durante el periodo de Fox, cuando sucedió la vergonzosa anécdota, cuando el entonces mandatario mexicano, en pleno desconocimiento de los protocolos diplomáticos, le dijo a Fidel castro, “Cenas y te vas”, para quedar bien con su jefe George W. Bush.
Esa ha sido la única ocasión en que la Cumbre se realizó en México, y, la próxima que se inaugurará el 9 de junio, será la segunda que se lleva a cabo en Estados Unidos, ya que la primera fue del 9 al 11 de 1994, en Miami, cuando era presidente de Estados Unidos, Bill Clinton.
Cuando se trata de una reunión continental y, sobre todo, de crear el consenso para consolidar un nuevo orden mundial, es necesario la presencia de todos los países y, sobre todo, a los que difieren de la mayoría, o, en este caso, los que empiezan a ser mayoría y que Estados Unidos no se ha dado cuenta de ese cambio.
Es por eso que el presidente de México dijo que si no estaban todos incluidos en las invitaciones, él simplemente enviaría a un representante, pero no estaría ahí.
Ante esta situación, los gobiernos de Argentina, Honduras y Bolivia se sumaron al exhorto del presidente López Obrador a que Joe Biden invite a los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua en la Cumbre de las Américas. Hasta el momento, López Obrador y Luis Arce, el mandatario boliviano, han anunciado que no viajarían a Estados Unidos para participar en la cumbre en caso de que Washington no invite a todos los gobiernos de la región, mientras que el argentino, Alberto Fernández y la hondureña, Xiomara Castro se sumaron al exhorto.
IX CUMBRES
Las nueve cumbres realizadas, ocho y una extraordinaria, tuvieron sus características, ausencias y anécdotas, de tal suerte que lo que ahora sucede, a poco menos de un mes de la realización, pareciera inflado por ciertos de medios en México que quieren exaltar la presión de México para que se incluya a todos como un boicot que nunca ha sido interpretado así por nadie, hasta ahora que todo lo que sucede en México, recibe un nombre radical y extremo tratándose del actual gobierno.
El presidente López Obrador ha dedicado espacios públicos y esfuerzos diplomáticos para convencer a la administración de Biden de invitar a los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua, y ante la negativa de Washington, elevó el tono hasta anunciar que no asistiría si no se convoca a todos por igual.
López Obrador encargó al canciller Marcelo Ebrard Casaubón presentar formalmente la petición al gobierno de Estados Unidos, rechazada la semana pasada por el secretario de Estado, Antony Blinken, lo que endureció la postura de López Obrador.
Ebrard señala que, en 2015, el entonces presidente estadounidense Barack Obama invitó el presidente cubano Raúl Castro a asistir a la VI Cumbre de las Américas en Panamá.
La primera Cumbre de las Américas se llevó a cabo en Miami, el anfitrión fue Bill Clinton, se realizó del 9 al 11 de 1994; la segunda se realizó en Santiago, En Chile, cuando era presidente Eduardo Frei, del 18 al 19 de abril de 1998, sólo dos días; la siguiente en Quebec, Canadá, celebrada del 20 al 22 de abril de 2001, su primer mandatario era Jean Chrétien; la que debía ser la Cuarta Cumbre fue la primera reunión extraordinaria, llevada a cabo en México del 12 al 13 de enero, en Monterrey, Nuevo León, siendo presidente Fox. La siguiente se realizó en Mar del Plata, en Argentina, los días 4 y 5 de noviembre, bajo la presidencia de Néstor Kirchner; la quinta Cumbre se llevó a cabo en Puerto España, Trinidad y Tobago, del 17 al 19 de abril de 2009, siendo el primer ministro Patrick Manning; tres años después, en 2012, del 9 al 15 de abril, se realiza en Cartagena, Colombia, durante la presidencia de Juan Manuel Santos Calderón se realiza la sexta Cumbre; la siguiente Cumbre se realizó en Panamá, Panamá, del 10 al 11 de abril de 2015, durante la presidencia de Juan Carlos Varela; la siguiente es la más reciente, ocurrida en 2018, hace más de cuatro años, del 13 al 14 de abril en Lima, Perú, durante el mandato de Martín Vizcarra.
La próxima será una de las más extensas se llevará acabo del 6 al 10 de junio, en Los ángeles, California. La de mayor duración ha sido la de Cartagena, Colombia, realizada en siete días.
“El presidente López Obrador propone retomar el camino iniciado por Obama e interrumpido desde entonces”, señaló el canciller en un mensaje dirigido a “las críticas de los mismos que aplaudían en 2015 la invitación del presidente Obama a Raúl Castro”, comentó el secretario de Relaciones Exteriores.
El anfitrión de las cumbres pareciera tener un poder injustificado al decidir quién es invitado y quién rechazado, cuando en realidad tanto la convocatoria como la asistencia y los acuerdos deben realizarse en forma consensuada y no basarse en la tendencia política del gobierno sede. De otra manera, nunca habrá acuerdos firmes y menos aún con la solidez necesaria como para que se cumplan.
Para algunos analistas, el Presidente López Obrador usa el tema de la Cumbre de las Américas para reforzar las relaciones bilaterales con Cuba y recuperar lo que se perdió durante el Gobierno de Fox Quesada, aseguró Lorenzo Meyer, profesor emérito del Colegio de México.
Pero hay quienes afirman que dada la popularidad del mandatario mexicanos los puentes que construye López Obrador con los países de Centro y Sudamérica lo convierten en líder de América Latina.