INTERNACIONAL

Guatemala, al borde de una tragedia social y económica

Con unos 3.2 millones de guatemaltecos residentes en Estados Unidos, lo cual equivale a 18 por ciento de su población actual, que suma 17.8 millones, y que el año pasado aportaron a la economía de este país 21 mil millones de dólares en remesas, la amenaza del próximo habitante de la Casa Blanca, Donald Trump, de realizar deportaciones masivas coloca a esta nación centroamericana entre la espada y la pared.

Estados Unidos empuja ya a ese escenario. El año pasado, Guatemala recibió 64 mil 640 deportados, según el Instituto Guatemalteco de Migración (IGM). En 2023 acogió 60 mil 32 por vía aérea desde México y Estados Unidos, y otros 19 mil 665 por vía terrestre, de acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), un promedio de nueve por hora.

La fiscal general de Guatemala, Consuelo Porras, y Thomas Homan, encargado de migración y fronteras para la administración entrante de Trump, sostuvieron una reunión virtual el pasado día 6.

En el encuentro a distancia analizaron cómo colaborar y disminuir el uso del territorio guatemalteco de origen y puente para la migración irregular.

Desde que el Departamento de Estado le canceló la visa en 2021 y la incluyó en la lista Engel (listado de personas de Guatemala, El Salvador y Honduras que en valoración de Washington han cometido actos de corrupción o participado en acciones para socavar la democracia de sus países), Porras se ha dedicado a solicitar la captura de coyotes a pedido de Washington para extraditarlos y que los juzguen en Estados Unidos; también pide que le revaliden el documento para poder ingresar a territorio estadunidense.

Guatemala exporta mucho menos de lo que importa, y los envíos foráneos de mercancías, la inversión directa en el país, el turismo y los préstamos externos jamás cubrirían la demanda de divisas, señala el analista Ricardo Barrientos. Si no fuera por los dólares de las remesas que permiten pagar las importaciones, como el combustible, el desbalance comercial tendría al país en números rojos, como lo muestra un informe del Banco de Guatemala (Banguat) de agosto pasado.

La estabilidad económica no depende del turismo, ni de las exportaciones, sino de los guatemaltecos que hemos echado con una patada en el trasero, alerta Barrientos a La JornadaLa descripción de las exportaciones de Guatemala, además de bienes y servicios, debería incluir seres humanos, agrega el también director del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi).

En Estados Unidos hay 3.2 millones de guatemaltecos que generan 92 por ciento de las remesas familiares. Menos de uno por ciento sale de México y España, y al menos 7.2 por ciento de otros países, refiere la OIM.

La avalancha de dólares que envían sostiene el sector externo de la economía guatemalteca, estima el Icefi. Mantiene estable el tipo de cambio (un promedio de 7.5 quetzales por cada dólar estadunidense) y determina los precios de los productos importados. Irónicamente, la pobreza empujó a la mayoría de estos migrantes a salir del país.

Aunque el principal motivo para migrar es económico, los expulsados también huyen de la discriminación y la violencia criminal y de género, expone a La Jornada Francisco Juárez, oficial para el Programa en Guatemala del American Friends Service Committee (AFSC). Esta organización se enfoca en combatir la inequidad y las secuelas de la violencia, así como analizar las causas de la migración.

Juárez mencionó cómo, durante el conflicto armado interno (1960-1996), un millón de guatemaltecos se exilió por persecución política. Por el mismo motivo, en los gobiernos de Jimmy Morales (2016-2020) y Alejandro Giammattei (2020-2024) se exiliaron en Estados Unidos y otros países al menos 50 jueces, fiscales, abogados, defensores de derechos humanos y periodistas.

Al menos 90 por ciento de los guatemaltecos sí emigró para mejorar sus ingresos laborales, condiciones de vida y generar remesas. Tres por ciento lo hizo por reunificación familiar y otras razones se sitúan en menos de uno por ciento, indica una encuesta de la OIM de 2022.

Según el Ministerio de Economía (Mineco) y un informe del Icefi de 2024, el mercado laboral en Guatemala no puede absorber a los 12.5 millones de personas en edad de trabajar; entonces, seis de cada 10 se emplean en el sector informal.