COLUMNISTAS

Gente buena… haciendo cosas malas

Por Ricardo Homs

Cuesta trabajo entender cómo mucha gente trabajadora y esforzada de antes hoy se dedica a actividades ilícitas, o apoya a los cárteles locales, -entre otras actividades ilegítimas-, e incluso delincuenciales.

¿A qué podríamos atribuir este cambio de conducta tan radical en tan poco tiempo?

Seguramente es la influencia del entorno, donde un grupo de factores sociales y políticos han socavado los tradicionales valores de la sociedad mexicana.

Entre estos factores podemos incluir el efecto corruptor de la narrativa ideológica que activa las peores actitudes colectivas.

La nueva tendencia destructiva justificada bajo argumentos de reivindicación social, está envenenando la mente de los mexicanos.

No existe un gen nacional pleno de maldad, -ni tendiente a la violencia-, sino una sociedad que ha perdido sus valores bajo la estrategia manipuladora de la 4T, que no trae una actitud constructiva ni propositiva, sino de confrontación, venganza y cobro de agravios.

Cuando veo a los vigilantes a cargo de la seguridad del edificio donde vivo, -muchachos jóvenes, amables, comedidos, responsables y honorables-, trato de imaginar cuál sería su conducta si en lugar de haber sido contratados por una empresa de seguridad privada, fuesen contratados por una institución policial gubernamental. ¿Cuál sería su actitud si estuviesen laborando en una patrulla?

Cabe la posibilidad de que el efecto corruptor del contexto laboral les orillase a realizar actividades violentas o contrarias a la ética y a sus propios valores y al final, -bajo la presión continua de quienes les rodean-, todo fuese diferente.  

Las malas conductas terminan siendo una bola de nieve en un país cuya sociedad día tras día pierde el rumbo.

¿Qué podremos esperar de los niños que estuvieron junto a sus papás en un desfile equino organizado por un cártel, aplaudiendo a rabiar? Seguramente ese estilo de vida se convierte en su modelo a seguir.

En la WEB circulan videos de varios desfiles organizados por la delincuencia organizada mientras los pobladores, -adultos y niños-, los vitorean y aplauden a su paso. Esa experiencia festiva seguramente moldea su percepción y convierte en héroes a quienes viven en un contexto delictivo, extorsionando a terceros, cobrando derecho de piso, secuestrando  e incluso asesinando a quien les estorba.

Si quienes le rodean aprueban y aplauden ese estilo de vida, -o por lo menos lo toleran-, esa será su aspiración y más aún si les genera riqueza y poder.

La sociedad mexicana con este cambio de valores morales,  -generados a partir del resentimiento-, está siendo impactada por estos nuevos modelos sociales que estado desvirtúan el ánimo colectivo, induciendo nuevas conductas, de tipo delincuencial.

¿Qué tanto influye el contexto social en las conductas individuales?

Las conductas individuales de hoy se inician con la aceptación de que son normales, después la tolerancia, y al final la aceptación de que representan una oportunidad de acceder a mayor calidad de vida e incluso riqueza. De este modo estamos aniquilando a este país de cara a las nuevas generaciones.

No debemos ser tan tolerantes y exigir al gobierno cumpla con sus obligaciones constitucionales de garantizar la seguridad y paz social, independientemente de las opiniones de quien gobierna.

¿A usted qué le parece?