ESTADOS

Fue penoso ver a José Yunes levantar la mano de Xóchitl Gálvez: Andrade

Entre las razones por las cuales renuncié al PRI, además de que ha perdido rumbo y sentido de la historia tras entregar al país a un proyecto neoliberal, fue ver a José Yunes Zorrilla levantándole la mano a Xóchitl Gálvez, un hecho que pone en contrasentido la lealtad y el respeto personal que le puedo tener a Pepe Yunes, afirmó Eduardo Andrade Sánchez, luego de anunciar su salida de este partido tras casi 60 años de militancia.

Esto refleja la complejidad de la situación y la difícil decisión de muchos priístas que se enfrentan a la disyuntiva, entre la fidelidad personal y la coherencia ideológica, de un partido que se alía con otro que precisamente naciera como una reacción para enfrentarlo desde una perspectiva histórica, afirmó.

Recordó que desde su ingreso al PRI, en 1965, se identificó con el ala izquierda de este instituto político, marcada en ese tiempo por la corriente cardenista, contrapuesta a la alemanista y que históricamente se alternaban en el poder.

No obstante, señala con pesar que el tricolor se ha alejado de su raíz nacionalista revolucionaria, influenciado por las presiones internacionales y el surgimiento del neoliberalismo durante los gobiernos de Miguel de la Madrid, Carlos Salinas y Enrique Peña Nieto.

Andrade Sánchez afirmó que en el periodo de EPN, con quien asegura mantuvo una relación amistosa, se marcó todavía más una clara tendencia del partido a desviarse hacia la derecha. Sin embargo, “la gota que derramó el vaso fue la alianza del tricolor con el PAN para enfrentar a Morena y a su proyecto nacionalista, convirtiéndose en satélite de un instituto político de derecha que históricamente despreciaba a los priístas. Esta alianza, vista como una estrategia sin futuro para oponerse al gobierno, representa un cambio drástico en los principios que el PRI solía defender”.

Subrayó que su renuncia se debió a la incongruencia del Revolucionario Institucional al aliarse con un partido que anteriormente atacó y despreció a los priístas, incluso de manera racista. El exsenador denunció cómo el Revolucionario Institucional ha perdido su esencia y ha traicionado la ideología que lo formó al convertirse en compañero de viaje de aquellos que antes consideraba opuestos.

Respecto de la situación en Veracruz del PRI, inmerso en un proceso de colonización del PAN, destacó el peso específico del panismo de Boca del Río, liderado por la familia de Miguel Ángel Yunes Linares, al influir en la elección del candidato a gobernador y al hecho de que este grupo de panistas pesara al interior del tricolor lo cual refleja un cambio en las dinámicas internas partidistas.

–¿Cómo ve la alianza del PRI con la derecha en comparación con acuerdos similares en otros lugares, como el pacto entre el PAN y Vox en España?

–El partido solía tener una orientación socialdemócrata. Mi militancia en la izquierda del PRI buscaba preservar esa corriente. Sin embargo, se perdió la oportunidad de fortalecer el ala izquierda y terminó aliándose con la derecha de manera similar a la alianza del PAN con Vox en España, representando lo peor de la derecha reaccionaria.

–¿Cómo ve el proceso de colonización del PAN en el PRI en el estado?

–En Veracruz, la decisión de elegir al candidato a gobernador por el PAN demuestra una colonización del PRI. Aunque tengo respeto por Pepe Yunes, la alianza con Xóchitl y la posibilidad de concesiones al PAN me llevaron a dudar y finalmente a renunciar.

–¿Cuál es su perspectiva sobre el futuro del PRI en medio de la actual coalición?

–No creo que la coalición tenga éxito. El triunfo de Morena en Veracruz, bajo el liderazgo de Rocío Nahle, aseguraría que la derecha no tome el control del estado. La alianza parece más una estrategia para mantener posiciones políticas que una búsqueda de principios ideológicos. Y temo que el (…) PRI pueda seguir el trágico camino del PRD, perdiendo su esencia e ideología.

Andrade Sánchez fue pesimista sobre el futuro del partido en que militó tantos años y su participación en la coalición “es sombrío”, y aunque duda de la posibilidad de victoria de la coalición PAN-PRD-PRI, teme que el tricolor termine diluyéndose como el PRD, perdiendo su esencia, ideología y programas al no preservar su identidad ideológica ante alianzas controvertidas con la derecha.