Frontera norte con la guerra
Por José García Sánchez
La reiteración del ex presidente Andrés Manuel López Obrador y de la presidenta Claudia Sheinbaum por marcar diferencias claras entre el vecino del norte y México, criticadas sistemáticamente, por la oposición conservadora, son vitales frente al conflicto bélico que se anuncia cada día más intenso.
Prevalece todavía una dependencia cultural en varias capas de la sociedad mexicana respecto al vecino del norte, principalmente en los estados fronterizos, donde hasta las aspirinas mexicanas son desdeñadas porque “son mejores las de allá”. La fórmula es la misma, el laboratorio igual y el nombre también.
Mexicanos en vías de extinción que se consideran expertos en la vida de los pocos héroes que tiene Estados Unidos y sus líderes contemporáneos, pero no conocen la historia de su país, a pesar de que es más interesante, tanto que muchos historiadores e investigadores estadounidenses prefieren escribir sobre Historia de México que sobre la de su país.
Actualmente hay sólo cine estadounidense en la cartelera, todavía a principios de este siglo alguien podía ver películas de otros países, pero la publicidad y la oferta cinematográfica comercial se ha centrado en el cine estadounidense, con mucho público joven, por cierto.
Hace algunos años nadie pensaría que sería el gobierno el que empezara a marcar diferencias políticas entre la Casa Blanca y Palacio Nacional. Hubo por lo menos 4 presidentes y un mayor número de secretarios de Gobernación que trabajaron para la CIA. Y esto muestra la dependencia evidente desde el poder, ahora cada día hay una declaración que deslinda pero no divide, separa pero no enfrenta. La diferencia es precisa y el mundo ha dejado de pensar que México es parte de Estados Unidos, por el simple hecho de compartir frontera.
La guerra es el único camino que tiene el vecino del norte para sentirse poderoso, cabeza de un imperio, a pesar de haber perdido todas las guerras desde Vietnam hasta Afganistán; su presión económica no es la competencia sino el bloqueo. En América Latina ha cercado dos países comercialmente, Cuba y Venezuela.
Por si fuera poco, al país al que más le debe dinero la administración estadounidense es la de su peor enemigo: China. Por otra parte, ¿qué país con un poco de lógica puede asegurar que es ejemplo de democracia con sólo dos partidos políticos para contender por el poder?
Desde 2018, ha sido mundialmente conocida la clara y puntual diferencia entre Estados Unidos y México, contribuyó mucho que esta diferencia se estableciera rápidamente la popularidad de Andrés Manuel López Obrador y su constante competencia por el liderazgo con mayor aceptación en el planeta después del mandatario indio Narendra Modi.
El ex presidente y la actual presidenta son apreciados en el mundo a pesar de los intentos de la oposición por desacreditarlos con cualquier pretexto.
Al parecer las simpatías por ambos son superiores en el extranjero más que en el país, donde hay quienes los odian gratuitamente.