Filosofía inadecuada
Por Alberto Woolrich Ortíz
Durante la fatídica y extravagante época política del neoliberalismo y en la actual Cuarta Transformación de la Nación, el quehacer filosófico-político se ha tornado en horrendo desconcierto. Las doctrinas sostenidas en ambas épocas solo fueron destinadas a dar paso y obtener inmunidad e impunidad para los delincuentes que originaron el fenómeno de la narco-política en México, situación irracional y contraria a la filosofía contenida en la Constitución Política. Los argumentos que se sostuvieron y sostienen las autoridades para ello fueron y son jurídicamente insostenibles e inaceptables.
La ideología protectora y vinculada a esa narco-delincuencia a la que se refiere el párrafo antepuesto, no da cabida a la justicia que nuestra Patria merece y requiere, esas intoxicaciones ideológicas no son acordes ni lo serán jamás con nuestras leyes, primordialmente con el Código Penal Federal.
Las referidas y breves reflexiones expuestas, buscan una respuesta por un camino acorde y ordenado por nuestras leyes: Esa travesía consiste en expresar la verdad vista desde una óptica diversa a la que sostiene Andrés Manuel López Obrador y sostuvieron en su momento los predecesores en esas indignidades.
Aquella filosofía protectora políticamente de la narco-delincuencia sostiene y sostuvo un objetivo muy claro. Por una parte, tomar las gananciales que se obtienen para financiar sus campañas políticas y cubrir con ello ciertos programas sociales con los que se obtienen los sufragios para mantener el poder. Irreverencia no justificada filosófica y teóricamente por defender el fenómeno de la corrupción. Todo el poder constituido por la narco-política desde un punto eminentemente filosófico, se convierte con ello en dominante y a la vez en infamante. Dominante para ellos y degradante para nuestro México.
A la Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, le parece que esa insulsa filosofía que sustenta el poder tras el poder carece de sentido para nuestra Carta Magna y las Leyes que de ella emanan. El discurso de los anteriores procuradores y del actual Fiscal General de la República en defensa de esa filosofía, ha estado encargado de otorgarle ese triste sentido; brindar legitimidad, inmunidad e impunidad al narco-político protegido por esa ontología.
Por la cara adversa, la academia de mérito, sostiene que esa manera de pensar y actuar es vista como un ejercicio corrosivo para nuestro Estado de Derecho. Cabe recordar que nuestras leyes fueron creadas para lograr un México mejor, un México de bien, alejado por ende de la corrupción.
México requiere, necesita hoy más que nunca, liberarse de ese lastre. Ese postulado filosófico que sostiene la abogacía independiente de la República es el ideal para reformar y hacer crecer la imagen de nuestra gran Nación.
Es cuánto.