Estados Unidos despliega militares en Ecuador para un operativo «temporal»
Varios días atrás ya se había denunciado el sobrevuelo de naves estadunidenses en la costa pacífica de Ecuador, en redes sociales y en grupos de ciudadanos de la ciudad de Manta. Y la noticia se confirmó tras el comunicado de la embajada en Quito, que luego de dar la bienvenida “al personal de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos para una operación temporal con la Fuerza Aérea del Ecuador en Manta” explicó que “este esfuerzo conjunto a corto plazo se realiza como parte de nuestra estrategia bilateral de seguridad a largo plazo, en línea con los acuerdos actualmente vigentes conforme a la ley ecuatoriana”.
Esos acuerdos se firmaron en 2023 en el gobierno de Guillermo Lasso y fueron revalidados con Daniel Noboa en 2024. Sin embargo, en la Consulta Popular del pasado 16 de noviembre, el pueblo ecuatoriano negó, con el 60,82% de votos, la intención del presidente ecuatoriano de establecer bases militares estadounidenses. Por eso la oposición política siempre remarcó que no hacía falta la consulta
porque con los acuerdos de cooperación militar, que incluían el uso del territorio nacional, se podrían realizar operaciones conjuntas.
El comunicado de la embajada señala además que “la operación mejorará la capacidad de las fuerzas militares ecuatorianas para combatir a los narco-terroristas, incluyendo el fortalecimiento de la recopilación de información y las capacidades de lucha contra el narcotráfico, y está diseñada para proteger a los Estados Unidos y al Ecuador frente a las amenazas que compartimos”. Ninguna de las dos partes ha informado el número de personas y naves involucradas en estas operaciones, menos aún cuáles serán las acciones con los integrantes de las Fuerzas Armadas de Ecuador y si ellos participarían fuera de la frontera ecuatoriana.
Manta, principal puerto pesquero de Ecuador y enclave estratégico para el comercio exterior, ya había albergado una década una base estadunidense, cerrada en 2009 tras la decisión del entonces presidente Correa de no renovar el acuerdo de cooperación en la zona.
Todo esto ocurre además después de que Perú autorizara el uso de su territorio para las fuerzas militares estadunidenses y de que Paraguay firmara un convenio de colaboración militar con el gobierno de Donald Trump.
La reacción inmediata de Daniel Noboa, a través de su cuenta en X, fue: “Con el respaldo de Estados Unidos, activamos una operación temporal junto a la Fuerza Aérea del Ecuador en Manta, como parte de una estrategia bilateral de seguridad a largo plazo. Esta operación permitirá identificar y desarticular las rutas del narcotráfico, y someter a quienes creyeron que podían tomarse el país».
El martes último Noboa se reunió con los militares ecuatorianos en una ceremonia de entrega de equipamiento. Ahí reiteró de que “protege, cuida y que apoya a las Fuerzas Armadas como un Presidente que apoya a la ciudadanía y al progreso del país”. De acuerdo con el comunicado del ministerio de Defensa, en ese acto el mandatario andino se comprometió a invertir USD 9,4 millones y entregó 54 camionetas y 24 motocicletas; seis drones para labores de vigilancia; 25.103 uniformes y botas; y 350 paracaídas.
El reciente despliegue de personal de la Fuerza Aérea de EU en Manta “responde a una estrategia más amplia de Washington para reafirmar su hegemonía regional mediante la diplomacia militar”, sostuvo el catedrático universitario e investigador Luis Córdova. A su criterio, esta cooperación tiene una capacidad limitada para enfrentar la grave crisis de inseguridad que atraviesa Ecuador, país que actualmente figura entre los seis más peligrosos del mundo.

