COLUMNISTAS

EL RETO : UN GOBIERNO REPUBLICANO DEBE SER INCLUYENTE.

Por. Carlos O. Silva Bandala.

GOBIERNO REPUBLICANO. – Es una forma de organizar y administrar al Estado que se sustenta en los principios de la República: La igualdad ante la ley, la aplicación imparcial de la justicia y la búsqueda del bien común; son algunos de esos preceptos. En un Gobierno Republicano el poder recae en los ciudadanos, quienes lo ejercen a través de sus representantes (gobernantes que eligen). Es decir, los ciudadanos delegan el ejercicio del poder, sin que los gobernantes sean dueños o se crean dueños del Estado. Todas las cuestiones que se lleva a cabo constituyen asuntos públicos. La concepción generalizada es “el poder del Pueblo y para el Pueblo.

AUTORITARISMO. – No puede ser definido como una relación de poder social en la que la pretensión de ser obedecido incondicionalmente es vista por quien detenta el poder, como legítimo, sin embargo, ante los ojos de los subordinados u otros implicados en la relación, como arbitraria e ilegítima. Un gobierno autoritario es una modalidad del ejercicio de la autoridad que impone su voluntad, en ausencia de consensos construidos de forma participativa.

DIVISIÓN DE PODERES. – El objetivo central de la División de Poderes es que el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo y el Poder Judicial, de jerarquías similares que integran el Estado, funcionen de manera separada y sin una interferencia con la otra, libres de controles, obstrucciones o presiones intimidatorias. Este principio es esencial en todo Estado de Derecho. El artículo 49 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece claramente que el ejercicio del Poder de la Federación está dividido en tres Poderes.

Claudia Sheinbaum, Presidenta electa de México, se convertirá en Presidenta Constitucionalmente, a partir del 01 de Octubre del 2024 (2024-2030). Fue electa por 35 millones 874 mil 313 votos ciudadanos, abanderada por los Partidos políticos MORENA/PT/PVEM representando el 59.75% del total de los votos emitidos. El número de ciudadanos registrados en el territorio nacional fue de 98 millones 329 mil; 34% de los ciudadanos anotados le dieron su confianza. Si bien la nueva Presidenta de México es legítima y legal su triunfo, ha de observarse que el 64% de los ciudadanos inscritos en el INE, no es posible precisar con certidumbre si están o no de acuerdo con su futuro Mandato Presidencial, ya que 38 millones aprox. no acudieron a las Urnas y el resto 22 millones y medio aprox. votaron a favor de Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez. El punto es, que aún cuando su triunfo ha sido arrollador y contundente, Claudia Sheinbaum se obliga a legitimarse socialmente todos los días de los próximos 6 años de su Mandato. Lo que habrá confirmarse con el ejercicio de un BUEN GOBIERNO. Eso es lo mismo que sucedió con el Presidente AMLO, que en términos similares fue electo, pero su aceptación social siempre estuvo por arriba del 60%.

Ganar la elección presidencial es la primera etapa, ahora viene lo más complicada, compleja y difícil labor de gobernar con eficacia y nobleza (honradez, honestidad, sinceridad, lealtad, bondad) sin distingo de Clases Sociales de la República.

  1. CONGRESO DE LA UNIÓN. – En la actitud de mandamás del Poder Ejecutivo (todos han sido igual) ha llevado a pervertir el espíritu de División de Poderes, “ordenando” a sus compañeros de Partido político para que voten sin mediar diálogo, acuerdo, mucho menos consenso, entre las oposiciones partidistas parlamentarias para sacar adelante el Presupuesto Federal Anual y las Iniciativas de Ley, enviadas al Congreso por el Ejecutivo Federal.

Tenemos un Presidente con las más altas calificaciones populares en la historia de nuestro País. Claudia Sheinbaum obtuvo un triunfo indiscutible. No en balde es la aceptación generalizada del Presidente por todo el territorio nacional. Que fue un Referéndum a su gobierno ¿Por qué no reconocerlo? Que Claudia Sheinbaum le manifiesta reiteradamente un cálido reconocimiento; mal e injusta se vería si no lo hiciese. El efecto López Obrador como espejo en la elección presidencial ppdo. se reflejó en la nueva composición del H. Congreso de la Unión. MORENA/PT/PVEM serán en alianza la mayoría calificada, que, traducida a hechos por venir, todas las Iniciativas enviadas por la Presidenta de México a la Cámara de Diputados, serán aprobadas, sí o sí. Hay la creencia y consecuente preocupación que, con ese apoyo popular no habrá límites a ese Poder bilateral Ejecutivo-Legislativo. Lo que debemos proponernos como demócratas, es que la nueva Presidenta de México considere inconfundiblemente, que un gobierno democrático se construye día a día, escuchando, acordando, consensuando y compartiendo el ejercicio de gobierno, con la participación incluyente de las minorías. Porque ese amplio poder popular ha de tener límites a lo que pudiera confundirse como una Dictadura que llegó al Poder por la vía democrática, al comandar en dos Poderes Constitucionales, contrario al espíritu de la Ley Suprema. En el desenfreno, hay un riesgo latente de autoritarismo.

Existe un concepto común de que la democracia es el gobierno de las mayorías. Nos lo reiteran en las aulas escolares, en el gobierno, por todos lados. La democracia no es únicamente el gobierno de las mayorías; la democracia es un sistema de pesos y contrapesos, de límites al Poder; que garantice derechos a todos los ciudadanos, incluyendo y sobre todo a las minorías. La democracia hecha gobierno requiere necesariamente de límites al Poder y de un Estado de Derecho. Eso es lo que elegimos el 2 de junio. Una propuesta de gobierno de administración de nuestra cosa pública. Con un aparato de justicia (SCJN) constituido, independiente y profesional. Quienes votaron por una oferta política diferente, habrán de tener, insoslayablemente, garantizados sus derechos y sus libertades.

En la democracia, el triunfo electoral es el sustento social, legal, cierto, autentico para el liderazgo por el que se contiende. Sin embargo, y a sabiendas de que al estar al frente del Poder Ejecutivo Federal, producto de la democracia participativa, si bien se representa a un gobierno de mayorías ciudadanas (votos electorales), que respaldaron ese liderazgo, como GOBIERNO DEMOCRÁTICO, se obliga a ser incluyente de las minorías que no respaldaron a la nueva gobernante de la República. Una cosa es la democracia electoral y otra la democracia hecha GOBIERNO REPUBLICANO. Al tener presente en el Proyecto de Nación de la 4T a continuarse por la Presidenta de México: PRIMERO LOS POBRES, no será correcto, ni atinado e impropio de su investidura presidencial, volver estigmatizar a las Clases Medias de aspiracionistas.

Uno de los grandes retos para Claudia Sheinbaum como primera mujer en la historia de la República, a cargo del Poder Presidencial, será procurar un ambiente de paz y conciliación entre todas las clases sociales del País. De tal suerte que con una mentalidad y actitud moderna como podemos considerar en Claudia Sheinbaum, como científica y luchadora social, con mayorías calificadas o no en el Congreso, lo importante y transcendente es construir consensos entre todas las fuerzas políticas y la sociedad civil. Como primera mujer Presidenta de México, como responsable del Segundo Piso de la 4T, en la Revolución de las   Consciencias, el reto democrático de su gobierno será desterrar y para siempre la imposición de criterios a golpe de martillazo de poder.

LA ENCRUCIJADA DE LA HERENCIA MALDITA. – El poder del Presidente AMLO, circunstancialmente se ha acrecentado con el triunfo de Claudia Sheinbaum. Falta 3 meses y medio para que termine su Mandato y en Septiembre se instala el nuevo Congreso de la Unión, que puede convertirse en la HERENCIA MALDITA para Claudia Sheinbaum, si el Presidente hace valer a golpe de puñetazo de poder, la mayoría calificada para aprobar las Reformas a la Constitución, según su PLAN C, enfocadas al Poder Judicial, Órganos Autónomos y Partidos políticos.   Legal y legítimamente en esa nueva composición del Congreso de la Unión para intercambiar criterios, sostener acuerdos y consensos, corresponde a la nueva Presidenta de México. Aún cuando AMLO entregará el Mando Presidencial el primero de Octubre, el Presidente puede hacer valer el Poder por el Poder mismo. Es su tiempo y quedará en su criterio que sea parte o no de su historia.

NADA ES PARA SIEMPRE. – ¡Que difícil es dejar el Poder y creerse todo poderoso! El último trimestre del 2024 nos dará visos de que tamaño y de que está hecho el talante de Claudia Sheinbaum como Presidenta de México.

Quien se asume demócrata, representante de UN GOBIERNO DEMOCRÁTICO Y REPUBLICANO, habrá de ser en la medida en que sea incluyente. A contrario sensu las calles volverán a llenarse de manifestantes. Ese es el meollo del asunto de gobernar, donde han de igualar las palabras con los hechos.