COLUMNISTAS

El ocaso de un ícono de la política mexicana

Por Ricardo Homs

Don Cuauhtémoc Cárdenas era un referente de respeto en las comidas donde se gestó un importante movimiento ciudadano para construir una visión de país a largo plazo, denominado Colectivo por México, o Mexicolectivo.

En esas comidas participaban políticos de larga trayectoria como Dante Delgado Rannauro, el ex candidato presidencial Francisco Labastida Ochoa, el ex rector de la UNAM José Narro Robles, la senadora y excandidata presidencial Patricia Mercado, la senadora y excandidata  presidencial Josefina Vázquez Mota, el exrector de la UNAM Francisco Barnés De Castro, el hoy candidato a la CDMX Salomón Chertorivski, la exgobernadora Amalia García, y también la exgobernadora de Yucatán Ivonne Ortega y otros más. Un grupo político con un origen partidista plural. Sin embargo, también reconocidos académicos como don Diego Valadés, ex procurador general de la república, Mauricio Merino y otros intelectuales y representantes de organismos de la sociedad civil. El proyecto era ambicioso y de gran trascendencia y alejado totalmente del ámbito electoral.

Don Cuauhtémoc siempre estaba en el lugar de honor, al centro del presídium en la mesa en forma de herradura.

Es más, su libro “Por una democracia progresista” fue el origen de este movimiento ciudadano que pretendía perfilar una nueva visión de país.

Se planificó desde meses atrás el lanzamiento público de este proyecto en un gran evento de 700 personas en el World Trade Center, programándose para el 30 de enero del 2023. Un gran despliegue de organización para esa reunión con líderes de opinión, coordinada por Luis Farias Mackey.

Sin embargo, la noche anterior con un escueto mensaje informó que no asistiría y se deslindaba del proyecto.

Inesperada actitud de alguien tan admirado.

La interpretación que algunos dimos a esta inesperada decisión fue que el ingeniero había sido recriminado por el presidente López Obrador por participar de un proyecto donde predominaban opositores y seguramente había ejercido influencia directa su hijo Lázaro, quien en esa fecha era su coordinador de asesores.

Los antecedentes de los desencuentros educados y respetuosos del ingeniero Cárdenas con Andrés Manuel López Obrador se remontan hasta quizá veinte años atrás, con dos visiones diferentes de un mismo proyecto de izquierda.

Evidentemente el ingeniero Cárdenas fue un apoyo decisivo en la carrera política de Andrés Manuel López Obrador. Sin embargo, conforme este último evidenciaba su temperamento tendiente a la confrontación, seguramente el ingeniero empezó a deslindarse de esa relación política.

Tiempo después, en mi rol de anfitrión durante una comida que me tocó presidir hace unos cuantos meses, quedé junto a él y pudimos conversar quizá un par de horas. Un hombre sencillo, equilibrado, con una visión de futuro de nuestro país. Un hombre de izquierda moderada y responsable que se volvió un referente de la lucha por la democracia. Cálido y afectuoso.

En esa charla sobre la situación del país, me quedó claro que su visión de futuro no coincidía con el radicalismo y actual actitud del presidente.

 Sin embargo, ver hoy al ingeniero felicitando al presidente López Obrador por su política contra la pobreza y apoyando públicamente a la candidata de la 4T, rompe con la congruencia ideológica manifestada a lo largo de los años haciendo patentes respetuosas pero firmes referencias a sus diferencias frente a la política obradorista.

Quizá hemos perdido a un importante referente de la izquierda que tiende puentes y construye alianzas.

Sin embargo, la sensación que nos deja este cambio de actitud del ingeniero Cárdenas no nos parece sincero, sino un ejercicio de voluntad y poder presidencial utilizando aspectos familiares, donde la posición y el futuro de Lázaro Cárdenas Batel se puso en juego.

Mejor nos quedaremos con la imagen de un verdadero referente político de larga trayectoria defendiendo la democracia.

¿A usted qué le parece?