COLUMNISTAS

El delirante Julen

 

Por José Páramo Castro

Por menos de la mitad de lo que dijo el dos neuronas, Julen Rementería de la secretaría de Energía, Rocío Nahle, ya hubiera demandado por violencia de género al coordinador de los panistas en el Senado, pero como todas las personas de inteligencia corta se le perdona dicha agresión.

Debe pasarse por alto la agresión decir que ni “haciéndose la jarocha Nahle será gobernadora de Veracruz”, porque la desesperación de la oposición, especialmente de los panistas los obliga a salir de sí mismos para tratar de desahogar su furia ante la frustración de la derrota electoral anticipada.

Sabemos que una persona con la torpeza de Julen no puede tener un vocabulario amplio y se explica su forma soez al referirse a una contrincante mujer. Tampoco la memoria de personas como Julen puede ser muy amplia como para recordar que hay leyes que protegen a las mujeres de las agresiones verbales de los machos como el senador veracruzano.

La trayectoria política de Julen Rementería del Puerto ha pasado de tumbo en tumbo, primero diciendo que la longaniza que compraba López Obrador era muy cara y estaba revisando las compras de Peña Nieto en Los Pinos; luego arremetió contra los médicos cubanos porque o estaba registrados en la SEP con sus cédulas profesionales, y que, según él no estaban acreditados como médicos. Tampoco lo culpamos de no conocer las reglas internacionales porque ni siquiera conoce las de su propio estado. Va un ejemplo:

Julen asegura que al adicionar un párrafo al Artículo 11 de la Constitución de Veracruz, es una ilegalidad a pesar de que fue aprobado por mayoría con ayuda de los panistas, el pleno de la LXVI Legislatura aprobó con 38 votos a favor, 11 en contra y cero abstenciones, establecer en la Constitución Política local que son veracruzanos las y los mexicanos nacidos fuera del territorio estatal que tengan hijos veracruzanos o una residencia efectiva de cinco años en la entidad.

 

La mayoría de las constituciones de los 32 estados de la República Mexicana otorgan el derecho a ser electos por razones de residencia. En este caso que Rocío Nahle ha sido diputada y senadora por Veracruz y los panistas no se dieron cuenta que, según ellos, violentaban la Constitución estatal, desde luego el último en enterarse es el lerdo de Julen, quien ahora quiere regresar el tiempo y todavía no sabe que no se puede. Imposible negarle los derechos como veracruzana a alguien que reconocieron y legitimaron como tal, con dos cargos de elección popular, en recintos oficiales.

Lo que debe preocuparle a este astronauta de la política mexicana es el hecho de que entre quienes votaron por la modificación a esa ley están tres panistas: Othón Hernández, actual coordinador de la bancada, Hugo González, vicepresidente de la legislatura, y Nora Lagunes, quienes, aseguró, acalorado el senadorcito por la desesperación de la próxima derrota, deberán explicar sus razones ante el órgano de control interno del partido. Julen señaló que estos tres legisladores desobedecieron al PAN, que había determinado que se debía votar en contra de esta reforma constitucional, lo cual habla del voto corporativo que tanto criticó el PAN.

Su admiración por la ultraderecha monárquica española de VOX, ubica a Julen en sus fantasías del príncipe azul, la princesa encantada, la corona, el trono, los caballitos, las espadas, que acusa una etapa no resuelta en la personalidad de este panista que explica sus modos y conductas. Algo hay en su cerebro que todavía no madura. Y el hecho de que los cuentos de hadas y reyes y reinas lo comprueba. Jugar con casas de Lego es una prueba contundente de esa infancia inconclusa.

La agresión a una mujer de la dimensión que lo hizo este hombrecillo si bien no merece castigo por su condición mental, sí debe tomar terapia para que no vuelva a agredir a nadie, porque en su estado es capaz de violentar los derechos y la integridad de sus propias correligionarias.

 

 

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