Dos empresas de Quintana Roo industrializarán el sargazo
La Secretaría de Ecología y Medio Ambiente informó que existen dos empresas de Quintana Roo que ya cuentan con todos los permisos para la industrialización de productos a base de sargazo.
La Secretaría de Ecología y Medio Ambiente (SEMA) informó que existen dos empresas de Quintana Roo que ya cuentan con todos los permisos para la industrialización de productos a base de sargazo, y que dos más están en el proceso de obtenerlos.
Huggette Hernández, titular esta dependencia, detalló que esto se da luego de que el año pasado se publicó la Estrategia Integral para el Manejo y Aprovechamiento del Sargazo (EIMAS).
Sabemos de dos empresas que están con los permisos y sabemos que ya se está comercializando en tiendas departamentales en un esfuerzo de hacer bien las cosas, hacen desde cosméticos, pinturas, block para construcción; hasta lavabos y un sinfín de productos”, comentó.
La funcionaria recordó que además de organizar punto por punto todos los aspectos que involucra el combate al sargazo, la EIMAS define claramente normas y parámetros para el aprovechamiento de esta alga, la cual contiene altos índices de arsénico que se deben considerar a la hora de transformarla ya sea en biocombustible o en materiales de construcción, o incluso en el proceso de disposición final.
En el caso de las dos empresas que ya procesan el sargazo, tuvieron que pasar por una serie de requisitos que garantizan que los productos a base de esta alga son inocuos para la salud humana.
De manera paralela, trabajan desde el año pasado con una empresa holandesa interesada en producir energía con el sargazo, pero detalló que todo depende del recale, pues en ocasiones es masivo y en otras temporadas no.
También están a la espera de los tres proyectos de científicos e investigadores enfocados al tratamiento y valorización del sargazo, para la generación de un subproducto, como parte del Reto Nacional de Sostenibilidad BBVA 2023 “Juntos por el Caribe Mexicano”.
Insistió en que todo lo anterior se deriva de la certeza jurídica que se genera a partir de la EIMAS, donde se da sustento legal al aprovechamiento de este recurso del mar.