Cuatro traidores se van de Morena
Por: Luis Ramírez Baqueiro
“Tu peor pecado es que te has destruido y te has traicionado por nada.” – Fiodor Dostoievski.
La ambición por el poder es la evidencia de las almas viles, más si el único afán que las mueve es el poder por el poder mismo, y eso quedó de manifiesto este martes cuando cuatro legisladores locales de Morena, anunciaron su renuncia a ese grupo legislativo para conformar uno propio.
Aquí no se evidenció razones de fondo, no se aduce preceptos políticos relevantes, es más, no se advierte más que la intención de separarse de la representación grupal a la que pertenecían, de cara al proceso electoral del domingo 2 de junio.
Pero quiénes fueron esos políticos con grandes visiones y miras que han tomado la sabia decisión de mostrarse y exhibirse cual “chaqueteros” son.
La única mujer del grupo la ex presidenta de la Mesa Directiva del propio Congreso Local, Cecilia Josefina Guevara Guembe, la misma que hiciera tremendo escándalo y berrinche porque no la dejaron continuar al frente de la Mesa Directiva de la Sexagésima Sexta Legislatura, porque su partido tomó la salomónica decisión de rotar la misma entre las mujeres legisladoras, algo jamás realizado por partidos políticos en Veracruz.
La medida ejecutada por Morena, en cierta forma responde al compromiso con las mujeres para abrirle y brindarle espacios relevantes en el ejercicio público y político.
Los otros tres angelitos –que nada tienen de santos- fueron Marco Antonio Martínez Amador, Fernando Arteaga Aponte, Bonifacio Castillo Cruz, todos ex militantes de otras fuerzas políticas en donde al no darles posiciones relevantes renunciaron para buscar espacios en Morena.
El actuar chapulinesco de estos legisladores habla de sus concepciones morales, de sus principios éticos y de su clara proclividad a venderse al mejor postor.
Su salida no refleja la realidad de un Morena que comienza a cerrar filas de cara a la elección y que confirma que como en todos los casos siempre habrá traidores que como “Judas” venderán al Señor por 30 monedas.
Estos hasta pena ajena dan, porque ni las 30 monedas habrán de obtener, mucho menos puestos algunos en el siguiente gabinete, porque cargos de elección popular no obtuvieron y sus renuncias obedecen más a sus vísceras, que a contemplar correctamente el escenario político electoral que se avecina para la entidad.
Por lo pronto, el gobernador Cuitláhuac García Jiménez deberá por empezar a auditar el manejo y paso de Fernando Elías Guevara en la Subsecretaría de Infraestructura, a donde se sabe ha hecho lo que ha querido, beneficiándose de la obra pública sin miramiento y sin apego a los principios rectores de la 4T.
Se van cuatro chaqueteros de Morena, cuatro traidores a los principios y valores que dijeron defender, éxito a donde los recojan, y usted ciudadano recuérdese, no olvide sus nombres, ni sus rostros para que otro día que vuelvan a pretender tomarle el pelo, simplemente no se deje usted engatusar.
Porque ahora sí le venden gato por liebre, será enteramente su culpa.
Al tiempo.