Atentado blindado
Por José García Sánchez
“Miénteme una eternidad, que me hace tu maldad, ¡feliz!”
— El Pirulí —
México no es un país de atentados frustrados. En el país tenemos mejores sicarios que investigadores, por lo regular se cumplen las órdenes, en caso de haberlas o se cumplen, sin prisas ni pretextos.
Si se toma en cuenta la ferocidad con la cual magnifican un atentado, cuyas causas reales se desconocen y su veracidad es endeble, nos acercamos más a la posibilidad de un autoatentado. Más aún si vemos quiénes son las personas que señalan con dedo flamígero al gobierno como culpables, las dudas empiezan a despejarse y no sólo porque siempre son los mismos acosadores sino porque pareciera que reunieron en un grupo a los autodenominados periodistas cuya credibilidad se diluye día tras día para convertir un incidente en una consigna.
Si defendieran con tanta vehemencia la verdad en su trabajo cotidiano México sería otro país, porque como dice la canción popular de El Pirulí, “Miénteme más…”, hay quienes prefieren las mentiras antes de herir sus preferencias políticas de las que cada día queda menos.
ATENTADO PREPARADO
Las circunstancias del atentado son muy extrañas y las opiniones sobre su autenticidad se dividen, en términos reales, el tema no es de trascendencia, aunque haya grupos que quieren colocarlo casi como de seguridad nacional.
Los personajes implicados no gozan de credibilidad ni se caracterizan por su honradez, sólo pensemos en un Manlio Fabio Beltrones, y un video que tiene el mismo formato del elaborado para defender a la supuesta víctima del atentado, que aquel con artistas de quinta que se llamó “Sálvenos del Tren”, con guion preparado y maquillaje expuesto, al parecer también producido en los estudios de televisa.
Ahí están agresores contra la vedad como Jorge Ramos, Leo Zuckerman, Sergio Aguayo, Raymundo Riva Palacio, o De Mauleón. Personajes a los que todavía algunos mexicanos le cantan la canción de El Pirulí, “Miénteme”. Porque la gente prefiere mentiras que coincidan con su forma de ver el país que verdades que los desmientan. Y en este caso el ejemplo es claro y contundente.
Las dudas sobre el tema se inclinan, cada vez más, hacia algo preparado. Pero hay que esperarse a los resultados antes de criminalizar a la víctima o buscar entre los rencores y los resentimientos culpables.
Visto fríamente todos los que protagonizan el incidente del jueves por la noche son representantes del pasado. Desde los políticos hasta los autonombrados periodistas que se desgarran las vestiduras consideran que tiempos pasados fueron mejores, por lo menos para ellos. El furor que despertó entre algunos espontáneos que no saben para quién trabajan.
APOYO DE MENTIRAS
Hay que ser honestos y aceptar que lugares como Radio Fórmula aglutinan activistas disfrazados de periodistas, los cuales, además de usurpar funciones, se dicen defensores de la libertad de expresión. Porque de los adalides de la opinión ninguno estudio periodismo. Ni Zuckerman, ni Dóriga, ni Loret, ni las Denisses, etc. estudiaron periodismo. Todos ellos autodenominados líderes de opinión, con lo vetusto que puede sonar este término que la mentira diluyó su existencia.
La vocación periodística surge del amor a la verdad, de no ser así son mercenarios.
Sólo los chayoteros en extinción son capaces de alzar la voz contra el gobierno para colocar al victimario como víctima. Porque quien miente públicamente hace daño a la sociedad, a la democracia y a la verdad. Ninguno de los integrantes de Radio Fórmula con voz pública puede resistir una prueba del polígrafo sobre lo que escriben o hablan. Y este medio cómo no va a estar resentido si ahora recibe menos del 90 por ciento de publicidad del gobierno que antes.
Debemos tomar en cuenta que en México los delincuentes tienen derechos humanos y al mentir se delinque y cuando hay un atentado contra uno de ellos debe castigarse a los culpables, en caso de haberlos, para que hay un verdadero estado de Derecho.
Twitter: @Josangasa3
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