COLUMNISTAS

¿Alito Moreno-candidato presidencial?

 

Por Carlos O. Silva Bandala

¿Cómo que no hay método para elegir candidato presidencial priísta? Alejandro Moreno se reunió con algunos aspirantes a la candidatura presidencial: Claudia Ruiz Massieu, Enrique de la Madrid, Alejandro Murat, Beatriz Paredes, José Ángel Gurría, y, otros que no vienen al caso, con el propósito de definir el método para elegir al candidato presidencial y éste a su vez, proponerlo a la Alianza Va por México. Al sobrevalorarse pretenden ser candidato de la Alianza, no así del PRI, de manera independiente.

A casi 100 años de la fundación del Partido Revolucionario Institucional, existen documentos que soportan y validan legalmente su constitución: La Declaración de Principios, los Estatutos y el Programa de Acción. Alejandro Moreno sigue haciendo el juego de la tatahuila dando palos de ciego, que muestran su corta visión y desconocimiento de los procedimientos estatutarios, para el caso de la candidatura presidencial. Esa fatua reunión (fatua: lleno de presunción o vanidad infundada y ridícula) para establecer el método al comento, por sí misma se desmorona, pues nadie puede ser juez y parte, nadie puede ser juez de su propia causa, ya que resulta muy difícil ser imparcial si uno es parte de ésta.

 

EL ATOLE DE ALITO

¿Qué acaso no es atribución de la Asamblea Nacional o del Consejo Político Nacional, votar por quien habrá de ser el candidato presidencial? ¿En ese espectáculo como carpa circense que ha montado Alejandro Moreno, a tal grado llega su desconocimiento? ¿En su perversidad es solo para darles atole con el dedo?

Ahora sucede que Marko Cortés, dirigente del PAN, anuncia como condición para ser candidato presidencial (del PAN), que deben reunir un millón de firmas de respaldo, como signo de legitimidad popular. Alejandro Moreno al respaldar esa propuesta, esboza que a sus compañeros priístas no les asusta, y si quieren más, más.

No hay que confundirse, Marko Cortés propone como condicionante para ser candidato del PAN, que quienes así lo pretendan, reúnan un millón de firmas de respaldo. Lo propone como un asunto estrictamente interpartidista (PAN). Lo que Alito Moreno responde es que los priístas pueden reunir eso y más y se autocalifica al decirse electo con casi dos millones. Para Alejandro Moreno le cayó como anillo al dedo esa propuesta del millón de firmas, para sus propias ambiciones de convertirse en candidato presidencial del PRI. La explicación es muy simple, ninguno de los aspirantes priístas lograrían ese montonal de firmas, vaya ni siquiera la mitad, dado que, se sobrevaloraron por sí mismos.

Definidos los candidatos del PAN y del PRI, se convertirían en precandidatos de la Alianza Va por México. A partir de ello empezarán las pujas para ver quien finalmente es el representante de la Alianza ante la elección presidencial. Un entuerto más que complicado y difícil de resolver. Consensuar la candidatura presidencial PAN/PRI/PRD/Colectivos Ciudadanos, va a estar en mandarín y quizá, tal vez, cada uno tome su propio camino. Las ambiciones por la fama y el poder se volverán incontrolables. Todo al tiempo.

 

LAS CONSECUENCIAS

Alejandro Moreno se destaca por dos resultados políticos que marcan su historia, su tiempo, como dirigente nacional del PRI: Al interior del partido es un ganador reiterativo; hacia el exterior, un perdedor desastroso, caso tras caso, de fracaso tras fracaso.

Ex presidentes del CEN del PRI y el Senador Osorio Chong le pidieron que renunciara a la dirigencia nacional. Los mandó freír churros, expresión española que se traduce: En vez de discutir conmigo, anda a ocupar tu tiempo en otra cosa que a nadie le importa. Alejandro Moreno convocó al Consejo Político Nacional (500 delegados) y obtuvo la aprobación casi unánime para continuar como dirigente nacional hasta después de la elección para Presidente de México. Lo impugnaron ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación y ésta le validó el acuerdo del CPN para seguir dirigiendo al PRI. Está empoderado.

 

 

En el juego del poder político que trasciende para el equilibrio de las fuerzas representativas del gobierno, los gobernadores de los estados representan un peso y contrapeso político de primer orden. En la historia del PRI con Alejandro Moreno al frente, en ese sentido es funesta. Haber perdido 11 gubernaturas que pueden llegar ser 13, si el PRI pierde las elecciones en el Edomex y Coahuila. Aliarse con el PAN ha sido la causa mas indigna de sus derrotas estatales. A mayor explicación, los priístas son más afines a Morena. Repudian al PAN. Esa alianza PAN/PRI es antihistórica, no se ajusta a la historia y tradición del partido, liberal, revolucionario, férreamente contrario al pensamiento conservador del PAN.

 

LAS DOS VÍAS

Ahora bien, reconociendo que Alejandro Moreno, hacia el interior del partido está empoderado, el mando y decisiones es de suyo. De ello no puede haber más discusión. Decidir la candidatura presidencial del PRI, lleva a dos caminos estatutarios: La Asamblea Nacional o el Consejo Político Nacional. Convocar a los integrantes del CPN, no le ocasiona mayor complicación a Alejandro Moreno, para reunirlo. Validar, legítimamente por esa vía interpriísta la candidatura presidencial, es viable, posible y legítima.

En vez de tantear a los aspirantes con inventar un método, mejor someterlos a la consideración del CPN, órgano máximo deliberativo que ya tuvo la venia jurídica de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para la toma de decisiones en la superior representación político/partidista, y, votar por cualesquiera de ellos. Sin duda una derrota anunciada para ellos y un alza triunfal para Alejandro Moreno como el candidato presidencial. Tiene el respaldo absoluto de ese órgano político. En la orfandad desde Palacio Nacional en que se encuentra el PRI, el dirigente nacional del partido, es la personalidad más destacada y responsable de afianzar su presencia en el peso y contrapeso del poder político y continuar existiendo. En esa lógica se afianza Alejandro Moreno.

Alejandro Moreno, no va a regalar su capital político a otro. Respaldado por el CPN puede ser el candidato presidencial; los demás son puro teatro. Para enfrentar a la poderosa maquinaria de gobernanza, simpatías y militancias de Morena, se necesita un candidato presidencial con características de pendenciero. Ahí él lleva mano. Santiago Creel para una procesión y misa. Recordemos cómo Vicente Fox derrumbó a Francisco Labastida. Con su mata tepocatas y “la vestida”, hizo pedazos a un caballero político.

Para terminar, Alejandro Moreno, ya como candidato presidencial del PRI, en la mesa de las negociaciones para confirmar la Alianza Va por México, va a ser muy difícil que acepte que otro sea quien represente a esa asociación y no precisamente él. Más le importaría a Alejandro Moreno y al partido seguir su camino solos, que mal acompañados en una comparsa de aberrante alianza política.

 


 

Correo: flormarcc2@gmail.com