INTERNACIONAL

Abandonan comunidades en Bolivia por contaminación de ríos con cianuro

Pobladores de Viacha, un municipio en el altiplano de Bolivia, abandonaron varias de sus comunidades debido a la cadena de consecuencias económicas que genera la contaminación de los ríos con cianuro, un químico venenoso, vertido por varias empresas mineras que se han instalado en el sector en los últimos años.

«En mi comunidad ahora somos pocos, hay casas abandonadas, otras donde viven dos o tres personas. Ya no se puede vivir con esta contaminación, ya no se puede más y tienen que migrar por la contaminación», contó a EFE Édgar Gutiérrez, un poblador de la comunidad Mamani.

Viacha es un municipio del departamento de La Paz y se ubica contiguo a la ciudad de El Alto, la más joven de Bolivia y que se separó del municipio de La Paz, la sede del Gobierno boliviano, hace 39 años. Queda en la zona altiplánica del departamento y desde la urbe alteña recibe el caudal de dos ríos.

Gutiérrez lamentó que haya migración de familiares o amigos, pero reconoce que quedarse en Viacha sería para enfermarse o «morirse envenenados».

El dirigente de la comunidad Pallina, Juan Pablo Yujra, también tiene familiares que dejaron su comunidad para poder generar dinero.

«Mi hermano se ha tenido que ir, él vendía leche pero como ya no hay mucho no le iba bien en el negocio, así que se fue trabajar a otra ciudad», explicó a EFE.

Las personas que salieron de Viacha se fueron a El Alto, a La Paz y a Santa Cruz para buscar trabajo de albañil u otros oficios.

Son 10 las comunidades de Viacha que están afectadas por la contaminación de los ríos.

«En las personas este problema trae infecciones urinarias, estomacales porque nosotros tomamos agua de este sector», afirmó Yujra.

«Las verduras, las hortalizas también están contaminadas y parece que el cáncer entra por nuestras bocas. Esa es nuestra preocupación», agregó.

Respecto a los animales, el ganado vacuno es el más afectado, pues su alimentación con el agua contaminada deriva en afecciones como cojera, desnutrición, problemas estomacales e incluso la muerte.

Gutiérrez, coincidió con Yujra y afirmó que «cuando éramos niños nos íbamos a bañar al río, pero ahora en gran manera nos afecta».

«Nuestros ganados son flacos, la leche ya no da. Antes la leche que daba era mucha, ahora tampoco se puede mantener en buenas condiciones a nuestras vacas», lamentó Gutiérrez.