COLUMNISTAS

Vicio de los infames

 

Por Alberto Woolrich Ortíz

Hace algunas décadas tuve el enorme privilegio de conocer y convivir en  cordialísimo afecto con un internacionalista de óptima calidad, fue Presidente Decano de la Academia Mexicana de Derecho Internacional y quizá el más congruente de su generación. Sin duda me refiero al Dr. Don Luis de Gonzaga y Sevilla. De ese gran señor aprendí que “no hay cosa que más envilezca a un político que faltar a su promesa”. Vicio grotesco, vil, infame.

En éste mes de octubre del dos mil veintidós, en México continúa el agobio de las conductas reprochables, como lo son la corrupción y la  inseguridad. En ésta Cuarta Transformación de la República y en su entorno de pérdida de valores éticos, políticos, jurídicos y morales por los que transitamos, hay que agregar que Andrés Manuel López Obrador, no ha dado cumplimiento a su palabra de honor de combatir la corrupción, la inseguridad. El Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos tiene todavía un corto tiempo que recorrer para tratar de limpiar la pestilente cloaca en la que actualmente se encuentra su Fiscalía General de la República.

Mientras no se indague, acuse, procese y castigue a muchos delincuentes solapadores de las criminales acciones de la mafia política y alentadora del poder del narcotráfico, de ahora y de antes, los gobernados del país no recuperarán la credibilidad en las expresiones del Poder Ejecutivo.  Se impone una limpia a fondo y en serio en contra de ese fenómeno deleznable.

No se valen confianzas a favor de los forajidos del derecho por supuestos servicios prestados al Poder Ejecutivo.

Andrés Manuel López Obrador, en su carácter de Primer Magistrado de la Nación, debe actuar hoy más que nunca, de manera implacable en contra de todos aquellos —amigos o no— que crearon y permitieron el crecimiento en el desempeño de sus funciones para que proliferara y avanzara el estigma de la corrupción narco-política.

No resulta propicio que por dinero mal habido, se olviden los principios torales que a pesar de todo se sustentan en nuestra Constitución Política.

La corrupción como madre de la inseguridad, de lo antijurídico, ha generado el síndrome de la violencia que tanto ha enlutado a México,

a últimas fechas ha ocupado los encabezados de todos los medios de información nacionales e internacionales.

Todo ello lleva a concluir a la Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, que Andrés Manuel López Obrador no debe permitir que siga campeando la violencia en nuestra Nación. Tema de nuestro tiempo.

Poco tiempo le falta al Poder Ejecutivo para poder cumplir su promesa. ¿Podrá salvarse de aquél vicio grotesco, vil e infame que bien refirió Don Luis de Gonzaga y Sevilla? Es cuanto.

 

 

Lic. Alberto Woolrich Ortíz

Presidente de la Academia de Derecho Penal

del Colegio de Abogados de México, A.C.

 

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